Culebrilla: ya está disponible en el país la vacuna contra la afección que resurgió durante la pandemia

Anuncian que llegará al país en agosto la primera vacuna contra la culebrilla
Se estima que tres de cada 10 personas tendrá herpes zóster en algún momento de la vida a partir de los 50 años

La vacuna para prevenir el herpes zóster, como es el nombre de lo que popularmente se llama culebrilla, que en varios países empezó a recomendarse ante el aumento de casos durante la pandemia de Covid-19 está disponible en el país tras la aprobación regulatoria local, según se informó a la prensa esta tarde.

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Se trata de un esquema de dos dosis con indicación para dos poblaciones: las personas de 50 años en adelante y los mayores de 18 con riesgo aumentado de padecer la infección, que aparece por la reactivación del virus de la varicela, que permanece latente una vez que la persona tuvo esa enfermedad típicamente infantil. “La posibilidad de no haber tenido varicela es mínima”, dijo Gustavo Lopardo, expresidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), que participó de la presentación en el Centro de Convenciones Buenos Aires (CEC).

El intervalo de aplicación recomendado para ambos grupos varía. Mientras que en los adultos va entre dos y seis meses, en los más jóvenes es de cuatro semanas. No es una vacuna de calendario, por lo que estará disponible en vacunatorios privados y farmacias, según precisaron voceros de GSK, el laboratorio productor de Shingrix. Su costo, hasta que se defina su cobertura, es de $32.500 pesos cada dosis.

“Potencia la inmunidad para que no se pueda volver a activar el virus varicela zóster (VVZ) en un herpes zóster. Es una vacuna que, en definitiva, previene esa reactivación”, agregó Lopardo.

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Virus latente

En el país, no es una enfermedad de notificación obligatoria, por lo que se desconoce su carga, como ya había publicado LA NACIÓN. Estimaciones citadas por los especialistas a partir de que más del 90% de los adultos tuvo varicela permiten inferir que tres de cada 10 personas tendrá herpes zóster en algún momento de la vida a partir de los 50 años. Y como el riesgo aumenta con la edad por un proceso natural de envejecimiento del sistema inmunológico (inmunosenescencia), según se recordó, en los mayores de 80 puede aparecer en una de cada dos personas.

El virus permanece latente en ganglios nerviosos; si se reactiva o “despierta”, sigue el recorrido de un nervio con las lesiones similares a un sarpullido en forma de franja del lado izquierdo o derecho del cuerpo o la cara con fiebre, dolor intenso y punzante y malestar general.

La vacuna, según se indicó en la presentación, demostró ser efectiva en un 91,2% en los mayores de 50 y en un 88,8% a partir de los 70 años contra una complicación conocida como neuralgia postherpética, que es el dolor que no cede más de 90 días desde que desaparecieron las lesiones.

“Los que más se beneficiarían son, dentro de las edades para las que está aprobado el producto, quienes no tuvieron herpes zóster, tienen más de 50 años y son grupo de riesgo”, opinó Roberto Rey, jefe del Servicio de Neurología del Sanatorio Finochietto, durante la presentación.

De acuerdo con los datos de un seguimiento a 10 años de la vacunación, la eficacia contra la infección con el esquema completo se mantiene en un 89% en ese intervalo.

Incremento

Durante la pandemia de Covid-19, el riesgo de tener herpes zóster aumentó entre un 15 y 21% en las personas que habían contraído la infección, de acuerdo con estudios difundidos a la fecha. De hecho, en Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) recomendaron la inmunización preventiva a partir de los 50 años y en los mayores de 19 con el sistema inmunológico debilitado. Se había discontinuado, también, la vacuna Zostavax, de MSD, que en los vacunatorios de la Argentina se dejó de aplicar entre agosto y septiembre del año pasado.

Ante la consulta de LA NACIÓN, los médicos que participaron de la presentación explicaron que en los mayores de 18 años, la indicación dependerá de la evaluación del riesgo que haga el médico tratante en cada caso. Pacientes inmunocomprometidos/inmunosuprimidos, con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma, diabetes, enfermedad renal crónica o VIH/sida, entre otros problemas de salud están entre los grupos considerados con más riesgo de que se reactive el VVZ, según detallaron.

Coincidieron, también, al responder que el producto se puede coadministrar con otras vacunas, como la antigripal o contra la neumonía.