Profesora de biología analiza el sushi de varios restaurantes y revela el fraude de sus ingredientes

Un experimento académico de una profesora de biología con sus estudiantes del último año de una universidad canadiense demostró el refrán de que “todo lo que brilla no es oro”, ni todo lo que parece sushi, realmente lo es.

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La clase analizó muestras de sushi de varios restaurantes especializados y constataron, con pruebas de ADN, que los contenidos de esos alimentos no son realmente lo que dicen sus etiquetas, incluso descubrieron que algunos ingredientes eran sumamente asquerosos. Literalmente, estaban pasando gato por liebre.

La doctora Jennifer McDonald, profesora de Biología, y sus estudiantes del Fanshawe College, en London, Ontario, se enfocaron en extraer pruebas de ADN de cada rollo para averiguar si el pescado usado era en realidad el que se decía en el menú de los restaurantes escogidos para este experimento.

Mediante un hilo en Twitter ella ha ido exponiendo lo que realmente encontraron en los famosos menús de la comida al estilo japonés. Explicó en su cuenta que estaba buscando la manera de integrar sus laboratorios de biología molecular con un ejercicio práctico, que vinculara la teoría con algo relevante para sus alumnos cuando se graduaran.

“El pescado que se etiqueta incorrectamente en la industria de pescados y mariscos (¡incluso en la industria de los acuarios!) está bien documentado y es algo que muchos gobiernos están intentando abordar con reglas y regulaciones más estrictas, más cumplimiento y multas más altas”, expuso en su cuenta.

En su tarea con los alumnos esperaba encontrar similitudes con lo que se sabe sobre este asunto: alrededor del 50% del pescado para consumo humano no se etiqueta correctamente. “Algunas especies, como la del pargo rojo y el atún blanco, tienen más probabilidades de ser etiquetadas incorrectamente que otras”, aclaró.

Afirmó además que si bien estaba familiarizada con varios estudios sobre fraudes en los usos del pescado por parte de distintas industrias, no pudo predecir en su experimento todos los resultados que tuvieron.

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En los sushi analizados no solo encontraron pescados mal etiquetados. Entre los ingredientes “secretos” encontraron también varios tipos de insectos.

¡Eran bastante asquerosos! Uno de mis alumnos preguntó qué tan común es encontrar material de insectos en sus alimentos, pensando que esto sería algo raro. ¡Tuve que reventar su burbuja y decirles que comes insectos o trozos de insectos casi todos los días!”, explicó la profesora, tras los resultados de su experimento.

Los fraudes en los etiquetados del pescado son un alto riesgo para la salud. Incluso puede ser muy grave para la vida de las personas alérgicas.

La doctora McDonald ejemplificó que un estudio previo demostró que el 84% de las muestras de atún blanco que probaron en Estados Unidos era en realidad de un pescado llamado escolar, prohibido en Japón desde 1977 por ser sumamente tóxico.

“Muchas personas son alérgicas a los mariscos o algún otro tipo de pescado, y los evitarán cuando salgan a comer a un restaurante o compren comida en una tienda de comestibles. Si el pescado que se les sirve (¡o cualquier alimento, en realidad!) no es lo que dice la etiqueta, podrían enfermarse o incluso morir”, alertó también.

Los consumidores son fáciles de engañar, argumenta además. Muchas a veces se han sentido enfermos después de comer este tipo de alimento y se lo achacan a las bacterias de E.coli o Salmonella, pero en realidad pudo ser escolar, etiquetado como “atún blanco”, explica.

El fraude alimentario representa para la industria del pescado ganancias por encima de los 50,000 millones de dólares, abundó McDonald.

El experimento de esta profesora y sus alumnos deja muchas inquietudes sobre lo que realmente emplean en sus ingredientes los múltiples restaurantes de comida al estilo japonés que existen en el mundo. Después de esto, cada carta del menú debería ser más explícita. De lo contrario, comer esos deliciosos bocados será siempre un riesgo.

Tras los resultados, a doctora McDonald aseguró que seguirá comiendo sushi, pero que tomará sus precauciones, como mantenerse alejada de todo lo que diga “atún blanco” y preguntará más sobre la procedencia de lo que compra. “¡Comí pescado de nuevo la noche después de encontrar los resultados! Me encanta el pescado y me encanta el sushi”.