Cuba presidirá bloque latinoamericano, reflejo de fracasos de EEUU

El presidente cubano, Raúl Castro, viajará a Chile para asumir la presidencia de la Celac, en una cumbre que pondrá de relieve la plena inserción de Cuba en América Latina y el fracaso de la política de Estados Unidos hacia la isla comunista, según analistas. En su primera visita a Chile, Castro asumirá por un año la presidencia de la Celac, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, creada en 2011 en Caracas bajo el impulso del presidente venezolano Hugo Chávez, que convalece de una cirugía de cáncer en un hospital de La Habana y será el gran ausente de la cumbre de Santiago. "No queda un solo país en el hemisferio (aparte de Estados Unidos) que no tenga relaciones con Cuba y se oponga activamente a la política de embargo contra Cuba" vigente desde 1962, dijo a la AFP el analista Arturo López-Levy, de la Universidad de Denver (Colorado, centro de Estados Unidos). "La presidencia de la Celac elevará el perfil de Raúl Castro y Cuba como líderes regionales, encareciendo para Estados Unidos el costo de su política de aislamiento hacia Cuba", agregó el académico y coautor del libro "Raul Castro and the New Cuba", recientemente publicado en Estados Unidos. Previo a la cumbre de la Celac, el domingo y lunes, habrá un encuentro entre los líderes latinoamericanos y de la Unión Europea, que comienza el sábado. Raúl Castro no ha tenido un papel relevante en la política internacional desde que sustituyó en el mando a Fidel Castro en julio de 2006, pese a que presidió en septiembre de ese año la cumbre de los No Alineados en La Habana debido a la enfermedad de su hermano. Sin embargo, bajo su gobierno Cuba ha reforzado sus lazos con América Latina. En 2009, cuando la Organización de Estados Americanos (OEA) anuló en su asamblea de San Pedro Sula, Honduras, la marginación de Cuba decretada en 1962, todos los países latinoamericanos ya habían restablecido los lazos diplomáticos con La Habana, cortados por presiones de Washington en los años 60. Los últimos en dar tal paso fueron El Salvador y Costa Rica, a inicios de 2009. La Habana no ha mostrado interés en retornar a la OEA, pero apoyó la creación de la Celac, que integran 33 naciones de América y que margina a Estados Unidos y Canadá. "La asunción de la presidencia de la Celac puede calificarse como (...) el inicio de una etapa que se caracterizará porque Cuba será un país totalmente integrado a la diplomacia de la región", dijo el académico y exdiplomático cubano Carlos Alzugaray. "Sin lugar a duda es uno de los más importantes éxitos de la diplomacia cubana en los últimos años", agregó el profesor de la Universidad de La Habana. Otro éxito diplomático se adjudicó La Habana en abril de 2012, cuando América Latina y el Caribe unieron sus voces en la Cumbre de las Américas en Cartagena, Colombia, para exigir el fin de la exclusión de Cuba en ese foro. La propuesta fue rechazada por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, por lo que la Cumbre terminó sin acuerdo sobre el tema. "Por no ser un hombre carismático, Raúl Castro ha sido subestimado pero es un político hábil y con formas institucionales de gobernar. No tiene sentido juzgar su liderazgo regional en razón de cómo lo haría Fidel Castro pues son personalidades y situaciones diferentes", dijo López-Levy. "Su énfasis no está en el liderazgo de proyectos revolucionarios internacionales, sino en crear un ambiente favorable a las reformas que tienen lugar en la isla", añadió. El viaje de Raúl Castro ha desatado algunas pasiones políticas en Chile, con manifestaciones a favor y en contra del régimen comunista de la isla frente a la embajada cubana. La UDI, partido conservador chileno que integra la coalición gobernante, acusa a Cuba de "amparar" a ex guerrilleros de izquierda que mataron en 1991 a su fundador, el ex senador Jaime Guzmán, considerado el ideólogo de la dictadura de Pinochet. También se desataron pasiones en Chile durante la visita de 23 días que cumplió Fidel a fines de 1971, cuando sus comentarios sobre temas políticos internos dieron argumentos a la oposición chilena y a parte de la prensa para atacar al gobierno socialista de Salvador Allende. Las opiniones que Fidel expresaba cada día durante su prolongada visita terminaron por complicar a Allende, que no sabía cómo pedirle a su amigo y aliado que regresara a la isla, según testimonios de la época. Dos años después, cuando el general Augusto Pinochet encabezó el golpe militar que puso fin a la "vía chilena al socialismo", Allende rechazó rendirse y se suicidó en el Palacio de La Moneda disparándose con un fusil que le había regalado Fidel. En su segunda visita a Chile, con ocasión de una Cumbre Iberoamericana en 1996, Fidel tuvo una áspera discusión con el entonces presidente del gobierno español, el conservador José María Aznar, que se zanjó cuando ambos intercambiaron sus corbatas. La discusión había ido subiendo de tono, hasta que Fidel elogió la corbata de Aznar, quien le ofreció generosamente cambiarla por la suya. Aznar comenzó a hacerle el nudo de la cortaba a Castro y le pidió que no se asustara, pues no pretendía atarle una soga al cuello, después de haber usado duras palabras para exigir democracia en Cuba. "Fidel se ha llevado la mejor corbata que se ha puesto nunca. Yo me he llevado una que me pondré algunas veces", contó Aznar, quien admitió que el áspero diálogo y el cambio de corbatas "motivó la atención" de los demás presidentes. El presidente cubano, Raúl Castro, viajará a Chile para asumir la presidencia de la Celac, en una cumbre que pondrá de relieve la plena inserción de Cuba en América Latina y el fracaso de la política de Estados Unidos hacia la isla comunista, según analistas. Raúl Castro asumirá por un año la presidencia de la Celac, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, creada en 2011 en Caracas bajo el impulso del presidente venezolano Hugo Chávez, que convalece de una cirugía de cáncer en un hospital de La Habana y será el gran ausente de la cumbre de Santiago. También se desataron pasiones en Chile durante la visita de 23 días que cumplió Fidel a fines de 1971, cuando sus comentarios sobre temas políticos internos dieron argumentos a la oposición chilena y a parte de la prensa para atacar al gobierno socialista de Salvador Allende.