Cuarentena: un empresario de La Pampa denunció que policías irrumpieron en su oficina, le pegaron y se lo llevaron detenido

Luis María Bompadre es un empresario de 58 años de Catriló, una localidad de La Pampa, de 7500 habitantes. Desde que comenzó a regir el aislamiento preventivo, social y obligatorio para prevenir el avance del coronavirus sumó un nuevo ítem a su rutina diaria: cada vez que va a trabajar debe pasar por el control que está en el acceso al pueblo, dado que las oficinas de su empresa, Maquinarias Bompadre SRL, están en las afueras, sobre la ruta 5.

En algunas ocasiones, según contó a LA NACION, eso lo llevó a fuertes discusiones con el personal policial y municipal, pero ayer los enfrenamientos llegaron a otro nivel y denuncia que efectivos de la fuerza irrumpieron en sus oficinas, le pegaron y lo detuvieron. "Me sacaron esposado como si fuera un delincuente", dijo.

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Según consideró, el origen de esta agresión policial comenzó en las primeras semanas de la cuarentena. Un efectivo no lo quería dejar pasar y tuvieron un fuerte cruce de palabras. Finalmente, él llamó al Ministerio de Justicia de Santa Rosa y logró su objetivo, por estar en el sector agropecuario y de producción de alimentos, permiso con el que siguió yendo de un lado a otro sin problemas hasta este miércoles. "La bronca viene de ahí", vaticinó Bompadre, y añadió que, si bien ya podía pasar con normalidad como personal exento, desde aquel momento había quedado un halo de tensión entre ambos.

Más de 100 días después se repitió la historia. "Iba con mi señora a ver un emprendimiento que tenemos en las afueras de Catriló y discutí con un policía porque me trató mal, diciéndome que no podía pasar a cada rato", narró. En esa ocasión el oficial lo dejó cruzar, aunque el clima entre ambos "quedó tirante". Todo según su testimonio, pasado un rato, cerca de las 16, volvió a Catriló para dejar a su esposa en su casa y retomó hacia las oficinas. Esta discusión fue distinta y no lo dejaron cruzar, así que decidió "dar por terminada la pelea" y tomar un camino alternativo por la ruta 1 hacia su trabajo, que está tan solo a 300 metros de aquel control.

"A los 15 minutos, vinieron 4 policías con armas largas al predio y entraron a mis oficinas en el segundo piso. Sin mediar palabra, nos agarramos en lucha, hasta que me pusieron las esposas", relató Bompadre, quien contó que no le mostraron ninguna autorización judicial para presentarse en su trabajo, que "forcejearon, que los efectivos le pegaron en la panza y que tiene varias escoriaciones en el cuerpo". "Dicen que vinieron a notificarme, pero casi me tiran la puerta abajo y me agarraron de una manera muy violenta. Esa no es la manera de notificar a nadie. Fue un abuso total de autoridad".

Logró identificar a dos de los cuatro efectivos: aquel con el que se había enfrentado en el control 15 minutos atrás y el oficial de aquella discusión de fines de marzo o principios de abril, que "quedó a cargo de la comisaria después de que hubo unos casos de coronavirus" y que -según el testimonio del empresario- le recordó los sucesos de aquella vez. "Así que discutiste con el Policía", le marcaron.

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En el momento de la agresión y la posterior detención, él estaba solo con su secretaria, que se asustó mucho por lo sucedido: "Ella vio todo, pero no le hicieron nada". "Finalmente, me cargaron en un patrullero y me llevaron a una comisaría, donde estuve aproximadamente dos horas esposado", dijo nervioso. Cuando aún estaba en la sede policial, su hijo más chico se enteró de lo que sucedía y fue a buscarlo, pero "discutió con un policía de la entrada, lo esposaron y lo metieron adentro también".

Según señalaron desde la Policía de Catriló a este medio la detención del empresario de 58 años "fue porque le había faltado el respeto al efectivo policial y, sobre todo, al personal municipal que hace los controles". En el caso del hijo de Bompadre, explicaron que, a la "mala conducta" se le sumó la velocidad con la que conducía: "Se acercó [a la comisaria] a gran velocidad y faltó el respeto".

Para que pudieran retirarse debieron firmar una notificación. "No la pude leer porque les dije que no tenía los lentes y no me lo quisieron leer", dijo y añadió que evaluará tranquilo qué hacer para que no vuelva a suceder un episodio como ese. "Mañana o pasado a más tardar voy a hacer una denuncia en una fiscalía de Santa Rosa", adelantó. "Lo que quiero es que no se repita nunca más y que no le pase a nadie".

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De todos modos, la denuncia será un paso posterior. Lo primero que hizo Bompadre una vez que salió de la comisaría fue volver a su oficina, donde se quedó un rato solo ordenando. Todavía le cuesta digerir que eso haya ocurrido en su pueblo: "Nos conocemos todos como si fuéramos familia. No me entra en la cabeza. Es una violencia que acá no se ve, es un pueblo de gente de campo y trabajadora. Yo laburo todo el día. Me dedico mucho a este negocio, que lo fundé yo. Empecé a los 22 años".

En sus palabras se siente la decepción por haber sufrido este mal momento de parte de la policía local, pero también se percibe su angustia: sabe que mañana a las 7 deberá pasar de nuevo por aquel control.