Cuarentena en la Argentina. Datos errados, roces diplomáticos y conflictos políticos, las marcas de los anuncios

Después del mediodía, el presidente Alberto Fernández anunciará, por décima vez, la extensión de la cuarentena en la Argentina, que comenzó el 20 de marzo y está por cumplir 150 días.

Se repite, de nuevo, la postal de Fernández junto al jefe de gobierno porteño -Horacio Rodríguez Larreta-, el gobernador bonaerense -Axel Kicillof-, los dispensers de alcohol en gel, las tres copas con agua y el lema "Argentina unida", proyectado detrás de los mandatarios.

La imagen de los tres líderes es casi la misma, anuncio tras anuncio, pero cada una de las diez conferencias estuvo atravesada por alguna particularidad: errores en los datos, roces diplomáticos o cruces políticos. Estos últimos, con el tiempo, se apaciguaron.

Gráficos erróneos

Es un sello propio del presidente acompañar los anuncios con números y gráficos explicativos. Las famosas "filminas", sin embargo, le han jugado una mala pasada en más de una oportunidad.

Uno de los primeros errores estuvo en un gráfico mostrado en la presentación del 23 de mayo, en donde se indicaron tasas erróneas de mortalidad en distintos países de América; incluso, en la Argentina. Según los números exhibidos en aquel momento, en nuestro país había más de 4000 muertos, cuando, en realidad, los fallecidos eran alrededor de 450.

El mismo error se transpoló a las cifras de Estados Unidos, Brasil, Chile, entre otros países que figuraban en la diapositiva. Ocurrió que, en todos los casos, la tasa de mortalidad fue calculada cada millón de habitantes, pero el rótulo decía "fallecidos acumulados cada 100.000 habitantes".

A pocas horas de finalizado el anuncio, el Ministerio de Salud de la Nación reconoció el error y pidió disculpas, pero, para ese entonces, el embajador de Chile en la Argentina, Nicolás Monckeberg Díaz, ya había realizado su descargo.

"Hoy más que nunca necesitamos colaboración y rigurosidad para superar esta pandemia. En honor a la prolijidad, es necesario aclarar los datos recientemente dados en cadena nacional", tuiteó Monckeberg, tras la conferencia de Fernández.

Un mes más tarde, el 26 de junio, las matemáticas volvieron a fallar en el equipo del presidente. En un gráfico que informaba la cantidad de personas internadas por coronavirus en camas de cuidados intensivos (UTI), la suma del total país estaba mal hecha.

A esa fecha, había 424 personas internadas en UTI dentro de la ciudad y la provincia de Buenos Aires, y otras 38 personas, en el resto del país. Si bien la suma daba 462 internados, el total, según el cuadro, era de 472.

Roces diplomáticos

La seguidilla de deslices también se trasladó a los discursos del presidente Fernández, quien, al comparar su manejo de la pandemia con el de otros países, generó roces diplomáticos.

A principios de abril, cuando recién iniciaba la cuarentena, Fernández indicó que la tasa de nuevos casos detectados, por cada 100.000 habitantes, era mayor en Chile (31,24) que en la Argentina (4,19), lo que ubicaba a nuestro país entre los mejores posicionados a nivel global.

La comparación provocó el enojo del presidente chileno, Sebastián Piñera, quien ordenó, en respuesta, la elaboración de un informe titulado "Coronavirus: Chile versus Argentina", para demostrar que la cantidad de tests realizados en el país vecino era mayor a los que se habían efectuado -hasta ese entonces- en la Argentina, lo que explicaba el mayor número de casos.

Al mes siguiente, en mayo, Fernández volvió a generar revuelo al comparar las medidas locales con el abordaje de los gobiernos de Noruega y Suecia.

"Cuando me dicen que siga el ejemplo sueco, la verdad, lo que veo es que, Suecia, con diez millones de habitantes, hoy cuenta más de 3000 muertos por el virus. De haber seguido ese ejemplo, nosotros, hoy, tendríamos 13.000 muertos", dijo Fernández, en el anuncio del 8 de mayo. "Si abrimos la economía vamos a terminar como terminó Suecia", agregó.

El mandatario sumó a su reflexión a Noruega, en donde sí se aplicó una cuarentena estricta. "Suecia tuvo 14 veces más muertos que Noruega", señaló.

La comparación provocó una respuesta del gobierno sueco, a través de la embajada en la Argentina, quien comunicó que "es difícil hacer comparaciones directas entre las medidas de contención que han adoptado diferentes países".

Disparos de Kicillof

El gobernador de la provincia de Buenos Aires también avivó a las embajadas con sus discursos. Tal fue el caso de la sede española en la Argentina, que, el 31 de julio pasado, desmintió a Kicillof por haber afirmado, en la conferencia de aquel día, que en Barcelona regía una "cuarentena estricta".

"Ante ciertas informaciones que han circulado en el día de hoy, la Embajada de España quisiera aclarar que, desde que el 21 de junio se levantó el estado de alarma; ni Barcelona ni ninguna otra parte del territorio español están en cuarentena, ni estricta ni de ninguna clase", sostuvieron en la embajada.

Críticas a la oposición

Previo al cruce con el gobierno español, Kicillof ya había generado rispideces con el macrismo, al apuntar contra la gestión de María Eugenia Vidal, en un anuncio del mes de mayo. "En la provincia ampliamos enormemente la estructura de salud, que estaba muy deteriorada", dijo, en esa oportunidad, el mandatario bonaerense.

Minutos después, el propio presidente Fernández se mimetizó con el tono de su par kirchnerista: "Sin querer ahondar sobre el detalle, en los años de los que hablaba Axel, ni Ministerio de Salud existía".

Con el paso de los anuncios, sin embargo, el tono confrontativo empezó a abandonarse e, incluso, el presidente Fernández ha llegado a referirse a Rodriguez Larreta como "mi amigo, Horacio".