Anuncios

Cuando Heinrich Himmler quedó prendado (de una réplica) de la ‘Dama de Elche’ en su visita a Madrid

Entre el 19 y el 24 de octubre de 1940, Heinrich Himmler, mano derecha de Adolf Hitler y máximo líder (Reichsführer) de las SS, viajó hasta España con motivo de la preparación del encuentro que debía llevarse a cabo entre Adolf Hitler y Francisco Franco en Hendaya, realizando un recorrido que lo llevó a visitar Irún, San Sebastián, Burgos, Madrid, Toledo y Barcelona, ciudades en las que fue recibido y tratado como si de un Jefe de Estado se tratara, siendo agasajado con todo tipo de presentes, adornando las avenidas por la que debía pasar con la esvástica.

Heinrich Himmler quedó prendado (de una réplica) de la ‘Dama de Elche’ en su visita a Madrid (imagen vía hemeroteca de ABC)
Heinrich Himmler quedó prendado (de una réplica) de la ‘Dama de Elche’ en su visita a Madrid (imagen vía hemeroteca de ABC)

Se intentó vender dicho viaje bajo la excusa de que iba a hacer simplemente turismo, de ahí que fuese llevado a visitar los lugares más típicos de cada lugar (no faltando ni tan siquiera la tradicional corrida de toros, de la que salió horrorizado). Pero todo el mundo sabía que tras ese pretexto Himmler tenía la importante misión de cerrar todos los flecos del encuentro entre Franco y Hitler de aquella misma semana, además de tender unos puentes de cooperación entre la dictadura franquista y el Tercer Reich; teniendo en cuenta el grado de optimismo de ambos líderes en aquel momento, un años y medio después de la victoria de Franco en la Guerra Civil española y uno tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial en la que Hitler parecía el claro favorito para ganarla.

El periplo turístico llevó a Himmler, el día 23 de octubre, hasta el Monasterio de Montserrat (Barcelona) donde llegó con un objetivo: encontrar el Santo Grial ante el convencimiento que tenía de que en la llamada ‘montaña mágica’ se encontraba guardado el cáliz (copa) que fue utilizado por Jesucristo durante la Última Cena.

[Lee este post relacionado: Cuando Heinrich Himmler fue a buscar el Santo Grial a la montaña de Montserrat]

Su viaje a España estuvo lleno de anécdotas, entre ellas el hecho de que le desapareciera un portafolio con documentación de la suite del hotel Ritz de Barcelona donde se hospedaba.

Pero otro curioso suceso se produjo durante los días que anduvo de visita por Madrid, donde llegó el 20 de octubre y fue recibido en la Estación del Norte como si del mismísimo canciller alemán se tratara, con recepción incluida en el Palacio del Pardo por el propio Franco (crónicas de la época calificaron el recibimiento como propia de un ‘príncipe soberano’).

Tras dos días de visita por la capital de España (incluido un viaje a Toledo) el sábado 22 de octubre fue llevado a visitar el Museo del Prado y posteriormente el Museo de Arqueología. Himmler era gran amante del arte y la Historia, pero, además, como gran aficionado al esoterismo que era, intentaba encontrar todo tipo de relación entre el pasado y su arte y las conexiones místicas y ocultistas (de ahí su empeño por encontrar el Santo Grial).

En el Museo de Arqueología quedó prendado cuando frente a la escultura de la ‘Dama de Elche’, observándola detenidamente durante un buen rato (a pesar de la apretada agenda de actividades y visita que tenía y, por tanto, el poco rato que disponía para entretenerse en cada obra que le llamaba la atención o gustaba).

Pero el busto de la ‘Dama de Elche’ se merecía ese tiempo extra que Himmler le quiso dedicar a la escultura más significativa de la cultura ibérica del siglo V a.C. (aproximadamente).

[Lee este post relacionado: La Dama de Elche, considerada por una revista como ‘la española más sexy de la historia’]

Le fascinó esa perfección de detalles tanto en el rostro de la Dama como de la tiara y diadema que porta. La observó atentamente y entre sus comentarios dejó caer al director del Museo de Arqueología su interés por conseguirla en propiedad, a lo que el representante del museo ofreció enviarle una reproducción de la misma.

La prensa informó sobre la visita de Heinrich Himmler a la Dama de Elche (imágenes vía hemerotecas de La Vanguardia y ABC)
La prensa informó sobre la visita de Heinrich Himmler a la Dama de Elche (imágenes vía hemerotecas de La Vanguardia y ABC)

Lo bueno del asunto es que Himmler desconocía (o así lo exponen todas las crónicas de la época) que lo que estuvo contemplando no era el verdadero busto de la Dama de Elche, sino una réplica exacta que había sido realizada en 1907 por el escultor valenciano Ignacio Pinazo Martínez.

Este artista había estado becado en París a principios del siglo XX y allí fue donde visitó en el Museo del Louvre la verdadera escultura de la Dama de Elche, ya que ésta fue vendida al museo parisino en 1897, tan solo unos pocos meses después de haber sido descubierta en unas excavaciones realizadas aquel año en el yacimiento arqueológico de La Alcudia (a tres kilómetros de Elche).

Desde entonces la que ha sido una de las obras más insignes del arte y la cultura en España había estado expuesta en el prestigioso museo de París (aunque durante la IIGM, en 1940, cabe destacar que permanecía escondida ante el expolio de obras de arte que estaban realizando los nazis en todos aquellos lugares en los que entraban).

[Lee este post relacionado: Monuments Men, los hombres que velaron por las obras de arte durante la IIGM]

El joven escultor valenciano (tenía 24 años en 1907) en su visita al Louvre realizó un modelado en barro del busto y de ahí sacó un molde con el que salieron varias réplicas exactas (una de ellas de plata), yendo una a parar al Museo Arqueológico de Madrid, donde andaban algo disgustados por no disponer de la verdadera Dama de Elche. Una de aquellas réplicas de Ignacio Pinazo Martínez (hermana de la expuesta en el museo madrileño) sería la que harían llegar al Himmler.

Lo que no se sabe es si llegó a enviarse. Parece ser que no, ya que desde la institución española se esperaba el final de la IIGM (que se preveía breve) para mandar tan preciado regalo.

Cabe destacar que en la mayoría de los periódicos de la época (parece ser que por expreso deseo de las autoridades) se trató de ocultar el hecho de que el busto de la Dama de Elche que contempló y de la que quedó prendado Heinrich Himmler era una réplica. El diario barcelonés La Vanguardia fue uno de los pocos que citó ese ‘pequeño detalle’.

Al día siguiente de esta histórica visita el dirigente nazi partió hacia Barcelona, donde le esperaba otro apasionante episodio en su visita a Montserrat ante su empeño de encontrar el Santo Grial.

La verdadera escultura de la Dama de Elche regresó a España en 1941 (tras unos intercambios de obras de arte entre el Museo del Prado y el Museo del Louvre), permaneciendo en las instalaciones de la pinacoteca nacional durante 30 años, ya que no fue cedida al Museo Arqueológico Nacional hasta 1971, donde se encuentra expuesta desde entonces (salvo alguna ocasión en el que ha formado parte de exposiciones itinerantes por distintos museos de la ciudad de Elche).

Fuentes de consulta e imágenes: revistabinter / telemadrid / rcmagazine / Hemeroteca ABC (1) / Hemeroteca ABC (2) / Hemeroteca La Vanguardia