Cuando Franco pidió a los nazis encerrar en campos de concentración a miles de exiliados republicanos españoles

El ‘Holocaust Memorial Day’ es la jornada que, desde hace varias décadas, está reservada para recordar a todas las víctimas de los campos de exterminio nazi, durante los años del Tercer Reich (incluyendo los de la IIGM).

Liberación del campo de concentración de Mauthausen en la que se aprecia una pancarta escrita por los presos españoles (imagen vía Wikimedia commons)
Liberación del campo de concentración de Mauthausen en la que se aprecia una pancarta escrita por los presos españoles (imagen vía Wikimedia commons)

Dicha conmemoración se realiza cada 27 de enero, coincidiendo con la efeméride del día (en 1945) en el que el ejército soviético liberaba a los prisioneros de Auschwithz-Birkenau (Polonia) aunque sirve para recordar a todas y cada una de las víctimas de todos los campos de concetración y/o extermino que los nazis abrieron a lo largo y ancho de Alemania o en países aliados e invadidos.

Según consta, más de 9.000 fueron los españoles que pasaron por alguno de esos campos, siendo el de Mauthausen (Austria) el que más exiliados republicanos encerró y falleciendo en ellos dos tercios de los prisioneros.

Tras finalizar la Guerra Civil, en abril de 1939, docenas de miles de españoles, fieles a la II República, decidieron huir del país, en busca de un futuro mejor y, sobre todo, intentando esquivar la férrea persecución que desde la dictadura franquista se instauró hacía toda aquella persona que no pensase igual que el régimen impuesto por el bando ganador.

Muchas de esas personas decidieron cruzar el océano Atlántico yendo a parar a diferentes países de Hispanoamérica, pero un gran número decidió quedarse en el continente europeo (mayoritariamente en Francia).

El inicio de la Segunda Guerra Mundial, en septiembre de 1939, y posterior invasión alemana de Francia (mayo de 1940) con la capitulación del gobierno francés (25 de junio de aquel mismo año), pilló a miles de exiliados españoles en este país, el cual, a partir de aquel momento, empezó a aplicar las leyes que los nazis ordenaban.

Una de ellas fue el perseguir, apresar y enviar a campos de concentración a todos las personas de nacionalidad española exiliadas en aquel país, debido a que un gran número de estas, debido a sus ideales marxistas y pasado como combatientes del bando republicano, podrían acabar ayudando a la ‘Resistencia francesa’ que luchaba contra el Reich alemán.

Fue el propio gobierno franquista desde donde salió la petición de persecución y apresamiento para los exiliados, facilitando a las autoridades nazis y de la Francia de Vichy (colaboracionista con el Tercer Reich) los datos de miles de españoles que se encontraban en el país galo.

Durante los años en los que duró la IIGM, a pesar de la declaración de España como ‘país neutral y no beligerante’ en la mencionada guerra, la colaboración del gobierno franquista con las Fuerzas del Eje fue continua.

El dictador Franco quería evitar que los españoles huidos tras finalizar la Guerra Civil pudiesen organizarse y mantener en el exilio el gobierno de la II República, por tal motivo puso todo su empeño para que fuesen perseguidos y encerrados.

Hay un baile de número en las cifras que ofrecen cada fuente de consulta, pero se calcula que, de los más de 9.000 españoles encerrados en los campos de concentración nazi, fueron asesinados alrededor del 70 por ciento (esto equivaldría a más de 6.000 víctimas mortales).

El campo de Mauthausen fue donde se encerró al mayor número de españoles (7.532 entre hombre, mujeres y niños, de los que fallecieron 4.816), motivo por el que algunas personas lo denominaban como ‘el campo de los españoles’.

Otros campos de concentración a los que se envió a los exiliados republicanos españoles eran Dachau, Buchenwald, Ravensbrück, Bergen Belsen, Auschwitz, Flossenbürg, Natzweiler, Neuengamme, Sttuthof, Sachsenhausen, Gross-Rosen, Aurigny, Guernesey o Neu Bremm.

Al igual que el resto de prisioneros de otras nacionalidades, creencias políticas o religiosas, culturas o razas, al uniforme de los presos españoles también se les cosía un triángulo invertido, que en este caso era de color azul y en su interior llevaba una ‘S’. El hecho de haber escogido ese color y no el rojo (que era el distintivo para los presos por razones políticas) fue debido a que a los exiliados republicanos, en el momento de haber sido apresados, se les despojaba de la nacionalidad española (por un acuerdo firmado entre los gobiernos de Franco, Hitler y el francés Pétain) y, por tanto, se les concedía el azul (reservado para los inmigrantes) debido a que eran considerados como apátridas.

Fuentes de consulta e imagen: deportados.es / campmauthausen / canalhistoria / Wikimedia commons

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