Cuando los congresistas estadounidenses recurrían a la violencia para arreglar los desacuerdos políticos

El Congreso es el lugar donde se reúnen los representantes políticos de un país y en el que debaten, acuerdan y discuten sobre las leyes y modo en que quieren que la nación sea legislada.

Ilustración de 1856 en el que un congresista sureño agrede a un representante de la Unión  antiesclavista (imagen vía The Library Company of Philadelphia)
Ilustración de 1856 en el que un congresista sureño agrede a un representante de la Unión antiesclavista (imagen vía The Library Company of Philadelphia)

Es un tira y afloja donde, dependiendo de la cantidad de representantes que tiene cada partido, las discusiones entre estos pueden llegar a ser realmente tensas. A lo largo de la Historia hay un buen número de ejemplos en los que un desencuentro entre políticos ha llevado a estos a retarse a vida o muerte en un duelo (como fue el caso de los chilenos Salvador Allende y Raúl Rettig en 1952) e incluso numerosas son las veces en las que los noticieros han informado de algún altercado, a puñetazo limpio, en el hemiciclo de algún país asiático.

El recurrir al insulto o la violencia llevados por el fragor de una discusión entre representantes políticos es algo que se ha producido a lo largo de la Historia y hubo un periodo muy concreto en la que los congresistas de Estados Unidos tomaron ese modo de solucionar los desencuentros y diferencias políticas como algo habitual y en el que en el Congreso de los EEUU se vivieron escenas más típicas del Viejo Oeste que de la cámara que representaba a los norteamericanos.

Tuvo lugar durante las tres décadas previas al estallido de la Guerra de Secesión y el contexto político y social del país (que llevaba medio siglo independizado del dominio británico) dejaba ver las múltiples y muy acentuadas diferencias que existían entre los ciudadanos de los distintos Estados y, evidentemente, entre sus representantes políticos.

Discrepancias sobre qué tipo de nación querían y, sobre todo, la cuestión respecto a la esclavitud, provocó años de tensión entre los congresistas abolicionistas y quienes no lo eran. El estallido de la Guerra Civil en 1861 no fue más que el resultado final de muchos años de desacuerdo y desencuentro, ya no solo entre los ciudadanos sino que muy especialmente entre los políticos que representaban cada una de las opciones.

Por tal motivo, entre mediados de 1830 e inicios de 1860, era común presenciar en el Congreso unas escandalosas trifurcas que, a menudo, acababan con una multitudinaria pelea. El ‘código de honor’ de la época venía a obligar a tener que defenderse cuando alguien profería un insulto o descalificación, algo que se convirtió en muy habitual.

El nivel de crispación entre los congresistas llegó a tal punto que ya no solo las discusiones verbales derivaban en peleas físicas sino que incluso en el Congreso estadounidense se vieron dantescas escenas en las que algún representante, que se sentía ofendido, sacaba un arma y pretendía solucionar el problema a base de tiros o navajazos.

Ilustración representando una pelea en el Senado de EEUU en abril de 1850 en el que uno de los representantes sacó una pistola (imagen vía Library of Congress)
Ilustración representando una pelea en el Senado de EEUU en abril de 1850 en el que uno de los representantes sacó una pistola (imagen vía Library of Congress)

Numerosas son las ilustraciones que se publicaron en la prensa de la época en la que se veía escenas de auténticas batallas campales entre insignes congresistas y en la aparecía alguno empuñando un revolver o blandiendo una navaja.

Benjamin Brown French fue representante en el Congreso durante varias legislaturas e incluso llegó a ocupar el cargo de Secretario de la Cámara de Representantes, tomando buena nota de lo que allí ocurría y, gracias a sus anotaciones en un diario personal, hoy en día se puede tener conocimiento sobre cómo eran las trifulcas y discusiones entre los congresistas entre mediados de 1830 e inicios de 1860.

El diario de notas de Benjamin Brown acabó siendo publicado en forma de libro bajo el título ‘Young Republic, A Yankee's Journal’ y que ha servido como base para el libro recientemente publicado ‘The Field of Blood: Violence in Congress and the Road to Civil War’ escrito por Joanne B. Freeman y en el que se detalla cómo era la vida de los congresistas estadounidenses en los años previos a la Guerra Civil.

Fuentes de consulta e imágenes: ‘Young Republic, A Yankee's Journal’ de Benjamin Brown French / ‘The Field of Blood: Violence in Congress and the Road to Civil War’ de Joanne B. Freeman / nytimes / aoc.gov / Library of Congress / The Library Company of Philadelphia

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