Critican falta de barreras que podrían haber protegido Las Ramblas de un ataque

Las autoridades fueron el viernes objeto de las críticas de vecinos y turistas en Barcelona por no haber protegido mejor la vía más popular del centro de la ciudad contra un ataque mortal. En la imagen, Mossos d'Esquadra patrullan en Las Ramblas, Barcelona, 18 de agosto de 2017. REUTERS/Sergio Pérez

Por Andrés González BARCELONA (Reuters) - Las autoridades fueron el viernes objeto de las críticas de vecinos y turistas en Barcelona por no haber protegido mejor la vía más popular del centro de la ciudad contra un ataque mortal. Trece personas murieron la tarde del jueves cuando una furgoneta que conducía un supuesto militante del Estado Islámico se precipitó por el bulevar central de Las Ramblas, peatonal, atropellando a los peatones a su paso. Vecinos y trabajadores dijeron que temían que esa zona pudiera ser objeto de un ataque y cuestionaron que las autoridades de la ciudad y la Policía no hubieran instalado pivotes, bolardos o algún tipo de barrera permanente para evitar el paso de los vehículos a la zona peatonal. Otros dijeron que las instituciones tenían que valorar cómo combinar la seguridad con los intereses del turismo, un sector sensible a la presencia policial, y salvaguardar al mismo tiempo el estilo de vida de los ciudadanos. La alcaldesa del Ayuntamiento de Barcelona, Ada Colau, dijo que antes del ataque ya había una mayor presencia policial en las calles de la ciudad y que los protocolos de seguridad se habían ido revisando constantemente. Militantes islamistas han llevado a cabo una serie de ataques por toda Europa en los últimos 13 meses, en muchos de los cuales se utilizaron vehículos conducidos contra la multitud para causar el mayor daño posible. Un camión mató a 86 personas en Niza en julio de 2016. "Esto se veía venir, aquello (por la zona de Las Ramblas) está pidiendo a gritos, después de lo de Niza, que entrara uno por ahí", dijo Gabriel Rabarte, un vigilante de seguridad de 50 años que trabaja en un centro comercial junto a la vía. "Ahí tenían que haber puesto un par de jardineras, algo". Gally Battat, un joven estadounidense de 24 años que vive cerca de la zona y que estaba tan solo a unas calles de donde se produjo el ataque, dijo que la semana pasada se había dado cuenta de que no había bolardos ni en Las Ramblas ni en otras áreas que podrían ser objeto de un atentado con coche. Las autoridades españolas han instalado bloques de cemento en zonas vulnerables de algunas ciudades para asegurarlas, y Barcelona también había instalado barreras en algunas calles principales en eventos concretos como las celebraciones de Año Nuevo. La ciudad también había prohibido el paso de grandes vehículos a zonas clave en ese periodo, del mismo modo que hizo Madrid. Tras el ataque, este viernes las autoridades instalaron grandes maceteros de hormigón cerca de la madrileña Puerta del Sol. En la ciudad francesa de Niza, que fue objeto de un ataque con un camión el día de la Toma de la Bastilla el año pasado, el alcalde dijo que convocaría una reunión con sus homólogos europeos el mes que viene para estudiar cómo pueden mejorar las medidas de seguridad tras el ataque de Barcelona. "Es obvio que son los alcaldes -de Berlín, Londres, París, Niza, Barcelona o Estocolmo- quienes son los que primero se enfrentan a esta violencia y quienes controlan estas áreas públicas", dijo Christian Estrosi a los periodistas. VUELVE LA GENTE Jose Moya, que ha trabajado como florista en Las Ramblas en Barcelona durante 30 años y cuyo establecimiento se libró por un palmo de ser arrollado por la furgoneta del ataque, según cuenta, dijo el viernes que deseaba que la Policía hubiese hecho más por proteger la zona. "Siempre hemos dicho (..) La Rambla es un caramelo", dijo. "No estoy diciendo que sea culpa de los Mossos (..) (pero) yo no sé, yo no entiendo, a lo mejor no se pueden poner pivotes, pero si estamos en alerta cuatro, las furgonetas mételas dentro, no las dejes en un lado. Hubiera salvado vidas". Desde el Ayuntamiento dijeron que ataques como los del jueves son difíciles de prevenir. "Es imposible la seguridad absoluta, sería prescindir de la libertad y encerrarnos en nuestras casas", dijo Colau a la televisión catalana TV3. "(El) control al cien por cien de los múltiples puntos posibles objetivos de una ciudad grande e internacional como Barcelona es imposible", dijo. "Entiendo el debate, pero no es práctico (...) no podemos llenar Barcelona con bolardos", dijo el consejero de Interior de Cataluña, Joaquim Forn, en la radio. A pesar de estas inquietudes, muchos se reunieron el viernes en la capital catalana para homenajear a las víctimas del ataque. A mediodía, miles de personas habían vuelto a la zona de Las Ramblas al grito de "No tinc por" ("No tengo miedo"). La Policía registró los bolsos y mochilas de los que intentaban acceder a la zona como medida de precaución. En la mañana del viernes muchas tiendas y restaurantes de Las Ramblas habían vuelto a abrir.