"Melania Antonieta": las críticas a la frivolidad de la primera dama de EEUU mientras el COVID-19 golpea sin piedad

Se cuenta que mientras sus enemigos atacaban las murallas de Constantinopla, muchos de los líderes del Imperio Bizantino en esa ciudad se afanaban en discusiones sobre el sexo de los ángeles. Al final la ciudad cayó y ese imperio llegó a su fin.

Siglos después, mientras las calles de París ardían en tensión y sus pobladores eran azotados por el hambre en los tiempos previos al estallido de la Revolución Francesa, la entonces reina María Antonieta respondió, en alusión a qué podían hacer los franceses que no tenían pan en su mesa, que entonces “comieran pastel”.

Hoy, mientras el covid-19 lacera a Estados Unidos, con casi 15 millones de casos, más de 283,000 muertos y hospitales en riesgo del colapso ante una enorme oleada de hospitalizaciones, parece que a los inquilinos de la Casa Blanca solo les interesan sus propios ángeles, o demonios, y quizá creen que la sociedad estadounidense es receptiva a sus pasteles retóricos, no hechos de harina sino de mensajes de relaciones públicas.

El nuevo pabellón y cancha de tenis en la Casa Blanca, obra cuya finalización fue anunciada por la primera dama Melania Trump. (Twitter/@WhiteHouse)
El nuevo pabellón y cancha de tenis en la Casa Blanca, obra cuya finalización fue anunciada por la primera dama Melania Trump. (Twitter/@WhiteHouse)

Eso es lo que se sugiere del reciente anuncio de la primera dama Melania Trump quien, de acuerdo a Newsweek, dio a conocer que se terminó de construir una nueva cancha de tenis en los terrenos de la Casa Blanca.

Se trata de una instalación privada para el uso de la familia del presidente. Es improbable que Donald Trump llegue a usarla, pues prefiere el golf y, mientras el covid-19 mata a más de 2,000 estadounidenses cada día, él se entretiene con estigmatizaciones y lamentaciones sobre un inexistente fraude electoral.

“Tengo el gusto de anunciar la terminación del pabellón de tenis en los terrenos de la Casa Blanca... Gracias a todos los talentosos trabajadores que hicieron este proyecto posible y a quienes generosamente han apoyado a la Casa Blanca”.

El proyecto del pabellón de tenis, de acuerdo a un comunicado de la Casa Blanca, se concibió en 2018 y en octubre de 2019 recibió la autorización y se comenzaron las obras.

“Espero que este espacio privado funcione como espacio de esparcimiento y reunión para futuras primeras familias”, añadió Melania, con un tono que deja traslucir la realidad de que su etapa en la Casa Blanca está por concluir.

De acuerdo a The Guardian, el proyecto fue financiado con donaciones privadas (es decir, sin usar fondos públicos) pero el gobierno no ha revelado cuánto costó.

Y, de acuerdo a Politico, el nuevo complejo se ubicaría en un espacio donde ya existía previamente una cancha de tenis, que años atrás el entonces presidente Barack Obama adaptó para jugar baloncesto, deporte del que es asiduo.

Sea como sea, y aunque el proyecto no es algo nuevo, el anuncio de su conclusión ha sido recibido con fuertes reproches y muchos alegan que se trata de una muestra de frivolidad en tiempos en que el covid-19 cubre de sufrimiento y penuria a millones de hogares estadounidenses.

Algunos han dicho en redes sociales, con ironía, que los enfermos de covid-19 en terapia intensiva quizá se sentirán mejor al saber que hay una nueva cancha de tenis en la Casa Blanca.

Otros critican que mientras que se hacen estas inauguraciones de lujosos espacios para beneficio exclusivo de los ocupantes de la Casa Blanca, muchas “familias no pueden pagar la renta o alimentar a sus hijos…”.

Y también se ha elevado la punzante pregunta de cuántas piezas de equipos de protección personal, pruebas de detección de covid-19, mascarillas, rastreadores de contactos y camas de terapia intensiva podrían haberse adquirido en lugar de esa cacha de tenis.

Es por ello que, relató Newsweek, muchos consideran que, como María Antonieta a finales del siglo XVIII, Melania Trump tiene en el anuncio de su nuevo pabellón de tenis su propia historia del tipo “que coman pastel” y se le reprocha a la primera dama el escaso tacto de presumir tal lujosa instalación, que muchos considerarán que superflua, mientras la carga de la pandemia pesa sobre las espaldas de los estadounidenses.

Así, la etiqueta “#LetThemEatCake” ha comenzado a ser utilizado en redes sociales con intensidad, en una crítica que ya se había expresado previamente en contra de Melania cuando ella inauguró el nuevo diseño del jardín de rosas de la Casa Blanca.

En respuesta a sus críticos, Melania dijo en redes sociales que “yo aliento a todos los que eligen ser negativos y cuestionan mi trabajo en la Casa Blanca a que se tomen un tiempo para contribuir con algo bueno y productivo en sus propias comunidades” y aludió a su programa Be Best, dedicado a promover el bienestar infantil y a luchar contra el acoso en línea, de acuerdo a la agencia AP.

Al final, será la historia la que juzgue el papel de las aportaciones y las falencias de Melania Trump durante su paso por la Casa Blanca, un periodo que culminará para ella y su esposo Donald el 20 de enero de 2021 cuando Joe Biden asuma la presidencia de Estados Unidos.

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