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Los cristianos ortodoxos celebran el ritual del "fuego sagrado" en Jerusalén

Unos fieles cristianos encienden velas durante la Mida de Pascua en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén el 20 de abril de 2014 (AFP | Gali Tibbon)

Miles de peregrinos participaron con fervor en la tradicional ceremonia del "fuego sagrado" de la Pascua ortodoxa en la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén, bajo la estricta vigilancia de la policía, observó la AFP. Según una portavoz de la policía israelí, decenas de miles de fieles acudieron al Santo Sepulcro, donde según la tradición cristiana, Jesucristo fue crucificado antes de ser sepultado y resucitar. Todas las puertas de acceso a la Ciudad Vieja permanecieron cerradas durante varias horas, con excepción de la puerta de Damasco, por la que entraron los peregrinos. El dispositivo obligó a numerosos fieles a tener que esperar fuera de las murallas de la Ciudad Vieja, en el sector de mayoría árabe ocupado y anexionado por Israel. Este rito milenario, símbolo de eternidad, de paz y de renacimiento y momento importante del cristianismo oriental, se celebró en una iglesia repleta, como cada año, de peregrinos, en su mayoría procedentes de Europa del Este y de Rusia, y de la comunidad árabe ortodoxa de la Tierra Santa. Los peregrinos y el clero asistieron a la salida de la llama de la tumba de Cristo, que fueron pasándose de vela en vela, llenando de humo el Santo Sepulcro, antes de recorrer las calles de la Ciudad Vieja. El "fuego sagrado" será luego llevado en procesión a Belén (Cisjordania), lugar de nacimiento del Cristo, según la tradición, al tiempo que otra llama será transportada a bordo de un avión hacia Grecia y los países ortodoxos. Este domingo, los ortodoxos, protestantes y católicos celebran el Domingo de Pascua, día de la resurrección de Cristo, según la tradición cristiana. El coordinador especial de las Naciones Unidas para el proceso de paz en Oriente Medio, Robert Serry, denunció por su parte un "incidente" durante la procesión. "El coordinador especial y otros dignatarios del cuerpo diplomático asistieron a una procesión pascual de la Puerta Nueva (de la Ciudad Vieja) al Santo Sepulcro, por invitación de la comunidad de palestinos cristianos", indicó Serry en un comunicado. "La procesión fue detenida en el cuarto punto de control (de la policía israelí) antes de la entrada al atrio de la iglesia. Pese a las garantías que se habían dado a la comunidad cristiana palestina de Jerusalén sobre la libertad de acceso a la iglesia del Santo Sepulcro con motivo de las celebraciones pascuales, la policía israelí se negó a permitir la entrada explicando que tenía órdenes. Después de ese tenso encuentro la muchedumbre enfurecida se abrió paso" hacia el edificio, añade el comunicado. El portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores Yigal Palmor calificó de "extraño" el comunicado de Perry, recalcando que las ceremonias pascuales se desarrollaron "pacíficamente" gracias al trabajo de la policía de Jerusalén. El viernes, los cristianos árabes de Jerusalén y peregrinos venidos de todo el mundo recorrieron la Vía Dolorosa, donde se cree que Jesús caminó antes de ser crucificado. Miles de fieles, portando cruces de madera, caminaron a través de la ciudad vieja hasta la Iglesia del Santo Sepulcro. Jerusalén acogió también el viernes a los fieles judíos, que celebran la semana de Pésaj, la Pascua, en la que conmemoran el éxodo del pueblo hebreo bíblico tras escapar de su cautiverio en Egipto. La policía de Israel limita, asimismo, el acceso a la mezquita de Al Aqsa, tras días de enfrentamiento. El portavoz de la policía, Micky Rosenfled, explicó que los hombres menores de 50 años tienen prohibida la entrada al complejo, pero no existen restricciones para las mujeres. Decenas de palestinos resultaron heridos el miércoles en unos enfrentamientos con la policía israelí, después de que se autorizara la entrada de judíos a la Mezquita de Al Aqsa. El portavoz de la policía israelí, Micky Rosenfeld, dijo que los palestinos lanzaron "piedras y petardos" contra los agentes cuando abrieron las puertas de la mezquita, uno de los lugares santos del islam. La policía respondió lanzando granadas y cerró la mezquita después de que algunos visitantes judíos la hubieran visitado, indicó el portavoz. Un corresponsal de la AFP vio a varios palestinos heridos con balas de goma y granadas aturdidoras que se quedaron dentro de la mezquita para huir de la policía. La Explanada de las Mezquitas, o Monte del Templo, como lo llaman los israelíes, es una zona de Jerusalén donde se encuentra la mezquita de Al Aqsa, pero también la Cúpula de la Roca, considerado un lugar santo por los judíos. Los no musulmanes en general pueden visitar la esplanada pero los judíos no pueden rezar en el recinto. Los judíos nacionalistas exigen ese derecho y a menudo intentan entrar en el recinto. Jordania, guardiana oficial de los lugares santos musulmanes en Jerusalén, pidió el miércoles al Consejo de Seguridad de la ONU que ponga fin a la "escalada" israelí en ese lugar santo. "Los deberes jurídico, humanitario y ético del Consejo de Seguridad y de la comunidad internacional exigen poner fin a la escalada israelí y las violaciones cometidas por judíos extremistas en Al Aqsa", declaró el ministro jordano de Información, Mohamed Momani, según la agencia oficial Petra. Por otro lado, varios grafitis antiárabes aparecieron pintados el viernes en la puerta de una mezquita en el norte de Israel, indicó la policía. "Se pintaron grafitis durante un incidente en una mezquita de la ciudad de Um Al Faham", dijo a la AFP el portavoz de la policía Micky Rosenfeld, explicando que había escritas las palabras "¡Árabes fuera!" en hebreo. "Este tipo de incidentes dañan las relaciones entre árabes y judíos", afirmó por su parte el imán de la mezquita, Jamil Mahagna, citado por la página israelí Ynet. "Pedimos el arresto de los criminales", añadió. En las últimas semanas se han multiplicado los incidentes racistas en Israel. A principios de mes un grupo extremista reventó los neumáticos de 40 coches en un pueblo árabe del norte del país y un convento católico en el oeste de Jerusalén fue cubierto con grafitis.