Crisis: Desde la reestructuración de la deuda, los bonos del canje cayeron 25%

Pese a las últimas medidas, Guzmán no logra recomponer la confianza de los inversores en el país
Fuente: Archivo

El 8 de septiembre pasado salieron al mercado los nuevos bonos emitidos por la Argentina como canje de los anteriores títulos reestructurados. Desde entonces, estos papeles valen en promedio 25% menos que su cotización inicial y se venden a 40 centavos por dólar; es decir, los acreedores prefieren recibir el 40% del valor de los bonos antes de esperar al vencimiento para cobrar el total.

Durante el proceso de negociación, los cálculos bajo los cuales se realizaban las ofertas de ambas partes se basaban en el supuesto de que, al momento de cotizar, devengarían un interés de 10% (la famosa exit yield), aunque los acreedores creían que sería más parecido a 13%, por el mayor riesgo asociado a la macroeconomía local, pero que después podría bajar. Ni los peores pronósticos proyectaron la actual tasa de 14% para los bonos largos y de 16% para los cortos.

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"Se están tirando bonos al mercado que nadie quiere, con lo cual, la presión sobre el precio puede seguir estando. Están cotizando a precios de default de una deuda que se acaba de reestructurar y que es prácticamente imposible de hacer que defaulteen los próximos años porque no tienen flujo", explicó Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva de EcoGo.

De hecho, que sean bonos que no devengan cupón en el corto plazo también juega en contra, ya que los inversores no tienen ningún incentivo para mantenerlos en sus carteras. "Para la Argentina es bueno que no tenga vencimientos en los próximos dos años, pero como el tenedor no espera flujo, se vuelve muy volátil, es como una acción. Si se cree que la Argentina va a pagar, está barata, pero son todas creencias", dijo, por su parte, Jorge Neyro, economista de la consultora ACM.

Para comparar, Ecuador, que tiene una economía dolarizada, también llevó adelante una reestructuración de deuda en agosto y canjeó los nuevos bonos a principios del mes pasado, vio cómo su riesgo país aumentó de 952 a 990; mientras que, en la Argentina, el índice trepó de 1101 a 1440 puntos básicos.

"Los bonos están cotizando a paridades similares a las que tenían los bonos viejos antes de que empezara la negociación fuerte de la reestructuración. Y se negocian como si fueran activos de renta variables, no fija, se busca la ganancia de capital, no el flujo de pago de los servicios", dice Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma, quien detalla que el bono Global 41 cayó 19% desde su salida al mercado, mientras que el Global 35 perdió 28% su valor.

La razones de estas caídas son varias. Por un lado, el proceso de reestructuración fue arduo y varios fondos de inversión vendieron sus bonos apenas fueron entregados. "Después del canje, muchos inversores inmediatamente salieron al mercado a vender sus tenencias a precios bajos. Ese impacto es significativo en la psicología de los mercados: fue un leading indicator. Obviamente eso se refleja en las finanzas del país pero tiene un impacto en la economía real: la gente en la Argentina ve que los precios de los bonos caen y empieza a tener una perspectiva más negativa a futuro", dijo hace unas semanas, Hans Humes, CEO de Greylock Capital, uno de los fondos que participó de la reestructuración.

Por otro lado, surgen dudas sobre el rumbo económico de la Argentina. Con la reestructuración, el país ganó tiempo para pagar sus obligaciones, pero si la economía no se recupera y no logra generar ingresos, dentro de unos años podría volver a caer en default.

Ayer, dos de los tres principales grupos de acreedores que adhirieron al canje de la deuda dijeron que "las autoridades económicas de la Argentina no solo no han logrado restablecer la confianza, sino que las medidas políticas adoptadas inmediatamente después de la reestructuración de la deuda han empeorado drásticamente la crisis económica del país".

Por lo pronto, los inversores extranjeros que quedaron "atrapados" en la país con deuda en pesos esperan ansiosos la subasta de US$750 millones que hará el ministerio de Economía el próximo 9 y 10 noviembre. Con esta licitación, el Gobierno busca descomprimir la presión sobre el dólar contado con liquidación (CCL), utilizado para dolarizarse y sacar el capital al exterior.

Esta emisión de deuda, sin embargo, no será gratuita. Actualmente las tasas en dólares se encuentran alrededor del 16% para la Argentina, mientras que países de la región se endeudan a tasas de entre 6 y 10%. Es por eso que el Tesoro había suspendido tres licitaciones por US$500 millones cada una y que ahora volvió a anunciar dada la presión en el CCL.