Crisis laboral: se perdieron 3,75 millones de puestos de trabajo entre abril y junio

Los datos del Indec confirman que la cuarentena impactó con más fuerza entre los informales y los cuentapropistas
Fuente: Archivo - Crédito: Marcelo Manera

Durante el trimestre en el que la cuarentena rigió de manera más estricta (entre abril y junio), la cantidad de puestos de trabajo asalariado cayó 34,7% en el segmento informal de la economía, respecto del período extendido entre enero y marzo de este año. De esa manera, son más de 1.695.000 los trabajadores bajo relación de dependencia no registrados que perdieron su puesto, al menos en ese lapso. A su vez, 1.773.000 cuentapropistas (entre los cuales hay una muy alta tasa de informalidad) no pudieron hacer tareas en ese período, mientras que sí habían estado en actividad en el trimestre previo.

Cuando a esos números se suman los 289.000 empleados formales que perdieron sus ocupaciones, se llega al número de 3.757.000 personas que no pudieron acceder a su fuente de ingresos laborales en esos tres meses del año. La disminución del número de ocupaciones resulta similar cuando la comparación se hace en términos interanuales: al comparar el dato del total de personas ocupadas con el del segundo trimestre de 2019, la caída resulta de 3.449.000 puestos, o del 16,8%.

Los datos, que son reflejo del fortísimo efecto de la cuarentena en la economía de los hogares, surgen de un informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) referido a los ingresos del sistema laboral. La magnitud que tuvo la destrucción de ocupaciones laborales en el sector informal explica por qué, cuando se conocieron los datos del mercado de trabajo del segundo trimestre del año elaborados por el mismo organismo, se observó una caída significativa de la tasa de asalariados sin aportes a la seguridad social: el índice de informalidad, efectivamente, pasó de ser algo más de un tercio del total de trabajadores bajo relación de dependencia en los trimestres previos, a ser de 23,8% de ese universo.

Tal como esos datos de la encuesta de desempleo ya lo dejaban ver, el sector informal fue el más perjudicado por los efectos de la pandemia y del decreto de aislamiento social obligatorio, que prohibió directamente la realización de muchas actividades económicas y no permitió los traslados de las personas de un lugar a otro.

Entre los no registrados la reducción interanual de puestos dependientes fue de 34%, en tanto que entre quienes están en blanco, la baja fue de 3,3%. En este último grupo es donde tienen peso las medidas tomadas por el Gobierno para intentar contener el deterioro del mercado de trabajo, como la prohibición de despidos o las ayudas a los empleadores para el pago de salarios. Pero, en un contexto de alta informalidad y vulnerabilidad social, los efectos de esas medidas son limitados.

Según se estima, en los meses siguientes al período al que corresponden los datos difundidos por el Indec puede haber ocurrido ya una recuperación, al menos parcial, de las ocupaciones caídas, por efecto de la flexibilidad que se le fue dando a la medida de aislamiento obligatorio. En el segundo trimestre, además de perderse muchas fuentes de empleo, muchas personas no buscaron trabajo por no tener la posibilidad de hacerlo. Eso hizo que la tasa de desempleo, que es un porcentaje sobre las personas que se declaran laboralmente activas (trabajan o buscan trabajo) viera contenido su incremento. En estos meses, si se recupera de manera más rápida la oferta de trabajadores que la demanda por parte de los empleadores y que las oportunidades de hacer trabajos por cuentapropia, eso se reflejará en un aumento mayor del índice de desocupación, que en el segundo trimestre fue del 13,1%.