Patriotismo del fácil para tapar errores en la crisis más global de la historia: el coronavirus

La expansión del coronavirus por el mundo ha obligado a los distintos países a confinar a su población. Millones de personas en el planeta se están quedando en sus casas para intentar frenar los contagios, a excepción de servicios básicos como personal sanitario, de emergencias o aquellos relacionados con la alimentación.

Una pandemia global en la que sin embargo los estados están actuando de forma individual. En la Unión Europea, por ejemplo, no ha habido una acción coordinada entre los países y cada uno de sus miembros ha ido adoptando las decisiones que ha considerado más oportunas en cada momento. Así, mientras algunos como España o Italia han optado por medidas más duras; Alemania o Países Bajos permiten ciertas concesiones a sus ciudadanos a la hora de salir a la calle.

Reunión del Consejo Europeo (Charles Michel European Council Twitter Page via AP)
Reunión del Consejo Europeo (Charles Michel European Council Twitter Page via AP)

Paralelamente a este individualismo en la forma de luchar contra la pandemia, también se ha colado un discurso nacionalista en la mayoría de países que hace un llamamiento a los ciudadanos en pos de la unidad y del trabajo conjunto para terminar derrotando a la epidemia. Pese a los muchos errores que han cometido los Gobiernos, la autocrítica brilla por su ausencia y los ejemplos de nacionalismo abundan en el mundo, también en España.

Empezando por el Gobierno, que desde el principio de la pandemia ha lanzado la campaña ‘Este virus lo paramos unidos’ con la que intenta incentivar las medidas de distanciamiento social, pero también hace un llamamiento a toda la sociedad a la confianza para poder dejar atrás la enfermedad. En este sentido, una de las frases más características es “lo paramos cuando confías en que vamos a superar esto”.

No es el único mensaje que ha lanzado el Gobierno en estos días apelando al patriotismo. El propio Pedro Sánchez señaló el pasado 22 de marzo que “permanecer en casa es un ejemplo de patriotismo”.

Ya el 14 de marzo había proclamado algo similar. “España tiene la capacidad de levantarse cuantas veces haga falta”, señaló tras decretar el estado de alarma.

Este tipo de frases han sido habituales en la cuarentena.

Unos mensajes que no solo han sido pronunciados por el Gobierno, sino también por el jefe del estado. En su alocución del pasado 18 de marzo, el monarca señaló que “España es un gran país” y que “este virus nos hará más fuerte como sociedad”.

Más allá de la jefatura del gobierno y del estado, también en estos días han proliferado otros mensajes centrados en la reivindicación de la patria. Ha sido el caso de los políticos de Vox. Su secretario general, Javier Ortega Smith, publicó un polémico vídeo en el que señalaba que “sus anticuerpos españoles” derrotarían al virus chino”. Aunque el vídeo ya está borrado, hay otros con mensajes similares.

Mismo camino es el que ha seguido su líder, Santi Abascal, que tras el discurso de Felipe VI el pasado 18 de marzo también lanzó un mensaje nacionalista: “España es una gran nación y sus enemigos, sean microscópicos o no, nunca podrán con ella”.

Otras caras de la opinión pública como por ejemplo Bertín Osborne han hablado de “un país grande” en un vídeo publicado en las redes sociales llamado ‘Hoy más que nunca me siento orgulloso de ser español’. En redes también ha habido muchos mensajes semejantes.

Este nacionalismo también se ha producido en algunas comunidades autónomas como Cataluña, aunque de una forma distinta. Algunas figuras del independentismo se burlaron en los primeros días del elevado número de muertes que se produjeron en Madrid y quisieron distinguirse del resto de España. El propio Quim Torra concedió una entrevista a la BBC en la que señalaba que España no había confinado a la población en sus casas. En todos estos mensajes el trasfondo es el mismo: Cataluña lo habría hecho mejor que España.

Igual fuera de España

Más allá de las fronteras españolas los mensajes patrióticos se repiten para vencer al virus. Un caso muy representativo ha sido el del Reino Unido. Sus autoridades primero decidieron no confinar a su población, confiando en que se infectara una parte importante y así lograr la inmunidad del rebaño. Sin embargo, la alta previsión de muertes obligó a dar marcha atrás y seguir políticas similares a las del resto de países de Europa.

Tras contagiarse el propio Boris Johnson el mensaje que transmite es claro: “El espíritu británico vencerá al virus”. Un mensaje que no aporta ningún argumento, pero que evidentemente sirve como ánimo y esperanza a una población que está viendo en los últimos días cómo mueren cientos de personas.

Tampoco es ninguna novedad que Donald Trump utilice mensajes similares. Ya lo suele hacer en situaciones normales y ahora, en mitad de la pandemia, ha continuado haciéndolo. El presidente estadounidense ha tirado del discurso épico para combatir la epidemia. “Cada generación ha sido llamada a hacer sacrificios compartidos por el bien de la nación. Ahora es nuestro momento. Debemos sacrificarnos juntos”, dijo el pasado 18 de marzo.

Los ejemplos se han repetido en otros países como Italia, en palabras de su ministro de Salud, “Italia tiene un gran corazón”, o Brasil, donde Bolsonaro ha minimizado la importancia del COVID-19 argumentando que “los brasileños no se contagian con nada”.

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