El crimen del bingo de Fuenlabrada que ha saltado a la prensa británica

Mercedes Villén Cortés tenía 84 años cuando fue asesinada en su casa de Fuenlabrada, en Madrid. Doce meses después, su caso por fin ha sido resuelto tras una investigación que condujo a los agentes hasta un hombre, también octogenario, con el que frecuentaba a veces el bingo al que ambos acudían para jugar unos cartones. La violencia empleada, el móvil y la edad de los implicados en esta historia truculenta ha llamado la atención de la prensa británica, que se ha hecho eco del suceso ocurrido en este municipio del sureste de la comunidad madrileña.

La Policía registró la casa de un compañero de bingo de la anciana y le detuvo un año después del crimen. (Foto: Getty Images)
La Policía registró la casa de un compañero de bingo de la anciana y le detuvo un año después del crimen. (Foto: Getty Images)

Los hechos se remontan a hace más de un año, a mayo de 2019, como recuerda ABC. Los vecinos de Mercedes, que había pasado buen parte de su vida trabajando como temporera en Francia y que a su jubilación se había mudado a Fuenlabrada quedando sus dos hijos en el país galo, estaban preocupados porque no sabían nada de ella. La anciana no contestaba a las llamadas de su asistenta social y se preocuparon.

Cuando la Policía acudió a su domicilio halló su cadáver con signos evidentes de violencia. La mujer había sido golpeada en la cabeza y había recibido varias cuchilladas. Que la cerradura de la puerta de entrada a la vivienda no hubiese sido forzada fue una pista clave en la investigación ya que, por los testimonios de personas que la conocían, se dedujo que el o los asesinos podrían ser de su entorno, alguien conocido.

La pista definitiva llegó a través de la Asociación Cultural de Mayores de Fuenlabrada (Acumafu) y del bingo Fuencasino al que la víctima acudía con asiduidad. Fue una trabajadora del segundo la que llamó al presidente de Acumafu, Marcelo Cornellá, con el aviso. “Una de las vendedoras de cartones del bingo contactó conmigo para decirme que había visto a Rafa [el detenido] sacar un fajo de billetes y jugar series enteras”, ha explicado a ABC.

Según cuenta el presidente de esta asociación, Rafa S., de 82 años, era compañero de cartones de la fallecida y no era raro verles jugar juntos al bingo en el local. “Este hombre, al que conocía de alguna vez que Mercedes me lo presentó, era de su grupo de amigos del bingo”, comenta Cornellá, quien asegura que era “ludópata” y que siempre “jugaba cartón a cartón, porque no tenía más dinero”.

Así que cuando le vieron invertir más dinero del habitual en el juego, la vendedora del bingo sospechó. Antes de avisar a los agentes, Cornellá se aseguró de comprobar que la persona que estaba gastando dinero en cantidad y quién él creía eran la misma persona. Hecha la comprobación, llamó a la Policía.

En el registro de la vivienda de Mercedes y posterior investigación, los miembros del Grupo VI de Homicidios y de la Sección de Delitos Violentos (DEVI) de la Policía Científica habían comprobado que faltaban entre 6.000 y 7.000 euros y objetos de valor. La hipótesis es que quien acabó con su vida la torturó hasta que esta reveló dónde tenía guardado el dinero y las joyas.

En el posterior registro efectuado en el domicilio de su compañero de cartones casi un año después encontraron dos joyeros que perecen ser de la víctima. Le detuvieron, hace solo unos días, e ingresó en prisión preventiva.

En el comunicado oficial emitido por la Policía Nacional y recogido por The Guardian, se explica que “las investigaciones adicionales permitieron a los oficiales determinar que, en los días posteriores al crimen, el principal sospechoso había ido a la misma sala de bingo con grandes cantidades de dinero. La evidencia de la escena del crimen llevó a los oficiales al hombre y su hogar”.

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