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Costa de Marfil celebra tensas presidenciales con boicot de la oposición

Abiyán, 31 oct (EFE).- Costa de Marfil celebró hoy unos tensas elecciones presidenciales marcadas por la amenaza de la violencia en un contexto de boicot por parte de la oposición, que afirma que durante la jornada hubo una docena de muertos y considera ilegal la candidatura del presidente, Alassane Ouattara, a la reelección.

La votación estuvo salpicada por incidentes en distintas zonas del país, tales como la destrucción de material electoral, amplios retrasos en la apertura de los colegios y bloqueos para impedir votar en algunos centros, con piquetes que impedían el acceso.

Según Pascal Affi N'Guessan, uno de los principales aspirantes opositores a la Presidencia marfileña, los incidentes dejaron una docena de muertos en todo el país, un extremo que aun no ha sido confirmado por fuentes oficiales.

Solo unas horas antes, el presidente de la Comisión Electoral Independiente (CEI), Coulibaly Kuibiert Ibrahime, admitió que se registraron algunos incidentes aislados, pero subrayó que el impacto en el proceso era "mínimo".

La amenaza de violencia era muy seria, ya que la carrera electoral previa estuvo marcada por la llamada de la oposición a la "desobediencia civil" y por graves disturbios que dejaron decenas de muertos.

"Pido a todos mis conciudadanos que, con paz y patriotismo, vayan a votar", expresó hoy Ouattara, en declaraciones a los medios tras depositar su voto en Abiyán cerca del mediodía.

El presidente marfileño aseguró también que, salvo algunos incidentes en "lugares aislados", la jornada transcurría bien y solicitó especialmente a los jóvenes "no dejarse manipular".

Desde el otro extremo de la contienda, sin embargo, se habla de "fracaso" de los comicios y de seguimiento mayoritario de la llamada al boicot.

"No nos sentimos concernidos por lo que pase hoy, los marfileños han desdeñado (la elección), han rechazado asociarse con esta mascarada electoral", afirmó hoy Pascal Affi N'Guessan, candidato del Frente Popular de Costa de Marfil (FPI) en un encuentro con la prensa celebrado en su residencia de Abiyán durante la tarde.

"Este 'golpe de Estado electoral' ha sido un fracaso. El pueblo marfileño ha conseguido hacer de esta elección un fracaso", celebró el dirigente opositor.

Los colegios electorales, a los que este sábado estaban llamados unos 7,5 millones de marfileños, abrieron a las 8 horas (misma hora GMT) y cerraron sus puertas a las 18.00 horas.

"El miedo ha ganado a los marfileños, la mayor parte se han quedado en casa", opinó en declaraciones a Efe durante la mañana Kouadio Blaise, un votante de la localidad de Dabou que hoy prefirió no acudir a las urnas.

Las raíces de la conflictividad de estas elecciones se remontan a agosto, cuando Ouattara confirmó su candidatura para un tercer mandato después de la repentina muerte en julio del que iba a ser su sucesor, el primer ministro Amadou Gon Coulibaly.

De las 44 candidatos presentados, sólo fueron admitidos Ouattara, de la Agrupación de los Hufuetistas para la Democracia y la Paz (RHDP); Henri Konan Bedié, expresidente (1993-1999) y dirigente del Partido Democrático de Costa de Marfil (PDCI); Pascal Affi N'Guessan, líder del Frente Popular de Costa de Marfil (FPI); y el exdiputado e independiente Bertin Kouadio Konan.

Por contra, la institución invalidó las candidaturas del ex jefe de Estado Laurent Gbagbo (2000-2010), del expresidente de la Asamblea Nacional Guillaume Soro, así como las de otras figuras de opositoras, entre ellas ministros de Ouattara que habían renunciado.

La oposición considera ilegal la candidatura de Ouattara, tachada de "inconstitucional" y de "golpe de Estado".

Según la Constitución marfileña, "el presidente de la República es elegido por cinco años por sufragio universal directo" y "sólo puede ser reelegido una vez".

Ouattara, de 78 años, fue reelegido ya en 2015, pero sus partidarios consideran que su primer mandato (2010-2015) no computa debido a que en 2016 hubo una reforma constitucional.

La elección del presidente se lleva a cabo por mayoría absoluta de votos y, en caso de no obtenerla, se celebraría una segunda ronda el último sábado de noviembre entre los dos candidatos más apoyados.

La tensión electoral de este año despierta desagradables ecos de la crisis que vivió este país del África Occidental -el mayor productor de cacao del mundo- tras los comicios de 2010.

La crisis postelectoral de 2010-2011 estalló cuando Ouattara llegó al poder tras la segunda ronda de aquellas elecciones.

La Comisión Electoral le otorgó la victoria con el 54,1 % de los votos sobre Laurent Gbagbo, líder entonces del FPI.

El desacuerdo con los resultados y la declaración de los dos candidatos como ganadores de las elecciones llevó al país a un ciclo de violencia que ocasionó la muerte de unas 3.000 personas en cinco meses, según los datos oficiales.

Gbagbo fue detenido y enviado a la Corte Penal Internacional (CPI) bajo la acusación de crímenes contra la humanidad, pero en enero de 2019 los jueces lo absolvieron por falta de pruebas.

La Fiscalía de La Haya presentó en junio pasado un recurso de apelación contra la absolución del expresidente, que está en libertad condicional en Bélgica, al advertir sobre ciertas "inconsistencias" en su absolución.

"Lo que nos espera es la catástrofe", auguró Gbagbo en referencia a estas elecciones durante una entrevista emitida el jueves por la televisión francesa TV5.

(c) Agencia EFE