Cosecha récord: seis jockeys argentinos ganaron 46 carreras en Estados Unidos y Canadá durante julio

Julio fue un mes récord en cantidad de victorias para los jockeys argentinos que compiten en el circuito norteamericano, con 40 festejos en los hipódromos de los Estados Unidos y seis en Canadá. La presencia de jinetes nacionales ha ido creciendo en los últimos años hasta convertir algo que era excepcional en un hecho frecuente. Así, entre quienes se han afianzado con el tiempo y los jóvenes que se sumaron conforman una Legión productiva, para que la calidad de la crianza argentina que triunfa en ese país esté acompañada por un grupo de profesionales que también se destaca e incluye preparadores.

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En el caso de los jinetes, el turf argentino tuvo en julio como abanderado a Horacio Karamanos. En suelo norteamericano, a los 47 años, El Tigre acumula 2241 victorias, casi el doble de las que consiguió en su tierra. Fue uno de los aprendices que más rápido se graduó en la Argentina, donde comenzó a correr a finales de 1991. Se radicó en Estados Unidos en 2000, tras una corta visita en 1997, y si bien al principio se instaló en Miami, lo más sólido suyo estuvo en los hipódromos de Maryland, donde batió algunos récords y se adjudicó estadísticas. Estuvo temporalmente de regreso en el hípica nacional en parte de 2009 y el primer trimestre de 2010, cuando tomó el lugar, especialmente, del accidentado Jacinto Herrera contratado unos meses por La Quebrada.

Karamanos ganando en Laurel Park

Durante el último mes, Horacio alternó entre dos hipódromos del mismo Estado: Laurel Park, donde lidera la estadística, y Delaware Park. Ganó en los dos escenarios, haciendo base en el primero de ellos y con gran eficacia en el otro. De 31 días, montó en 16 (no se corre a diario) y consumó 17 conquistas. "Acá, por primera vez en la historia, el gobierno nos pagó un desempleo a los jockeys durante dos meses y medio. Lo dividió en tres categorías, según el nivel de cada uno. Desde que volví a correr, la gente no se mezcla, somos los mismos a la mañana y a la tarde, con restricciones estrictas", describió a Revista Palermo. "Tuve posibilidades de ir a Nueva York, pero finalmente lo medité y me quedé en Maryland, donde me siento muy cómodo. Acá soy uno de los dos únicos jockeys en más 100 años que ganamos siete carreras un mismo día y eso, entre otros récord, hizo que me destaquen en la fiesta aniversario del hipódromo. Además es un lugar que me gusta para la calidad de vida que quiero".

De 34 años, Jorge Ruiz Díaz inició la aventura luego de 921 festejos en su país, un puñado en Chile y otro tanto en su paso por Italia. En las pistas estadounidenses atesora 207 conquistas. El correntino, formado en Rosario, está por cumplir cuatro años desde su arribo a Miami. Hasta 2018 alternó en los hipódromos de la zona, para luego mudarse a Maryland, donde compite a menudo contra Karamanos, con quien sólo coincidió en la Argentina cuando Horacio hizo una pausa en su travesía norteamericana. Durante julio alternó en tres hipódromos diferentes, con cinco primeros puestos (cuatro en Laurel Park y el otro, en Delaware Park) y una mudanza en la última semana para el reinicio de Colonial Downs, donde montó en siete pruebas en dos jornadas: dos segundos, tres terceros y dos cuartos puestos.

"Con este tema del virus y los contagios tenés que decidirte en que hipódromo montar. Para ir a Colonial Downs tuve que hacerme el test y llevar el resultado de que estaba sano. Todavía quedan seis semanas por delante, por lo que analicé muy bien si iba o me quedaba", contó a LA NACION desde su casa, a tres horas del escenario en el que se corre luego de atardecer y por eso se queda allá esos tres o cuatro días a la semana que hay competencia. "Cuando se termine la temporada tengo que hacer una cuarentena para volver a montar en Laurel Park y seguramente también me pidan el test", completa.

Ruiz Díaz venciendo a Karamanos en apretado final

Jorge Martín Bourdieu era mucho más lo que aprontaba (como parte del equipo que encabezaban Juan Carlos Maldotti y Pablo Falero) que lo que corría mientras hizo sus primeros pasos en Buenos Aires hasta que a mediados de los '90 decidió lanzarse a la aventura. Criado en Pehuajó y en las cuadreras, a los 22 años se fue a California con apenas un puñado de éxitos en la valija, y más tarde a Nuevo México. Hoy, a los 45, su legajo incluye 1585 primeros puestos en cotejos de purasangre, pero además se apunta 748 con cuartos de milla y 116 con caballos árabes. Es el jinete argentino más ganador de la historia en los Estados Unidos para los registros de Equibase, el organismo del Jockey Club norteamericano que recopila los datos desde 1976.

Durante julio, el piloto condujo a 10 ganadores, siempre en Arapahoe Park, ubicado en Denver, Colorado, donde todas las veces que había ido en su vida fueron visitas fugaces. Esta vez, viajó junto con su mujer Krystal y sus hijos y se quedaron allí hasta que se confirmó que Albuquerque abrirá este mes. "Por la pandemia, Arapahoe Park fue el primero de la zona que abrió en 90 días y allá nos fuimos. Ahora estamos haciendo la cuarentena en Nuevo México, porque quiero probar suerte en otro hipódromo donde me ha ido muy bien varios años. El balance en Denver fue muy bueno, sobre todo la última semana, que gané 6 de las 13 que corrí y los otros llegaron cerca; me llevé una Polla de Potrillos y en la otra quedé segundo", describió el bonaerense, que lleva casi 40 días viviendo en la casa rodante familiar.

José Luis Zunino era un caso similar a Bourdieu, por sus reconocidas condiciones para el entrenamiento y poco frecuentes posibilidades con caballos favoritos. En 2003 se subió al avión, casi sin pensarlo. En Buenos Aires no llegó a los 100 triunfos en más de una década, pero al instalarse en Nuevo México superó esa cantidad en apenas dos años. Actualmente acumula 807 triunfos con purasangres, 37 con cuartos de milla y hasta participó de eventos con fines benéficos montando avestruces.

Este año, entre el cronograma de carreras de la zona en la que está radicado, el cierre del hipódromo de Portland Meadows y el coronavirus, debió esperar hasta finales de junio para comenzar a competir. "Como los hipódromos abrían igual y se podía entrenar, me mantenía ocupado galopando por las mañanas para llevar la situación adelante lo mejor posible", explicó Pepe. A diferencia de lo que sucede en la Argentina, ese trabajo de preparación es pago, por lo que representaba un ingreso mínimo, al menos, según la cantidad de caballos que ejercite.

En Emerald Downs, donde vive hace una década se corre dos veces por semana durante cinco meses, capitalizó seis éxitos durante julio. "Hay muchos jockeys y pocos caballos, pero me está yendo bien, estoy contento con los resultados. Aunque tardío, fue positivo el comienzo de este año", evaluó, aun sin saber hacia dónde irá luego. "El cambio de país fue un golpe grande, me costó mucho, pero a partir de una estadística que gané en Portland en 2006, un récord y clásicos grandes, me acomodé, sin dejar de extrañar nuestra tierra", admite.

Isaias Ayala es el muchacho que se crio en Ceibas, Entre Ríos, y el último día de junio consiguió el primer triunfo de su vida, a los 24 años. Tras foguearse en las cuadreras y emigrar en 2018 antes de egresar de la escuela de aprendices, comenzó a competir el año pasado en el hemisferio norte. Radicado en Kentucky, pudo correr poco en las últimas semanas porque compite en Ohio y debió hacer cuarentena al salir del Estado. No obstante, ganó en la pista de césped de Belterra Park al reaparecer el martes pasado. "Acá comencé galopando y al principio me daban caballos de muy pocas chances, que son lo que me ayudaron a aprender y buscar mi estilo", recordó el Chopy, que recibe ventajas de 5 y 10 libras según donde compita, por ser aprendiz.

Lucas Berticelli hizo las valijas en marzo de 2018, tras ganar las últimas dos veces que compitió en su tierra, una en Palermo y la otra, en San Isidro. Quedó a un paso de graduarse. Al año siguiente, tras estar simplemente galopando en las mañanas, llegaron las oportunidades en las pistas de Philadelphia y luego, en Delaware Park, donde este año obtuvo su único triunfo, el 24 de junio pasado, luego de tres meses sin carreras por la pandemia.

Egresado de la Escuela de Aprendices del Jockey Club en 2014, pasó de los primeros festejos en Tandil y Azul como alumno a registrar 14 en Estados Unidos como profesional y forjar su destino lejos de San Isidro, donde nació hace 27 años. En el exterior trabajó, además, en Italia y en Dubai. En este lapso no festejó y tampoco lograron victorias María Scaldaferri, Christian Domínguez y Diego Gómez, quienes no compiten desde marzo.

Además, Alexander Marti está afincado en Canadá y también dejó su huella. Nació en Toronto hace 28 años, pero sus padres se volvieron a Mendoza cuando tenía cinco meses. Creció y se formó como jinete en Mendoza, donde cada año vuelve a montar cuando llega el invierno boreal y termina la temporada. Oficialmente, en la Argentina visitó el podio nueve veces, ocho de ellas en La Punta, el hipódromo ubicado en San Luis, y la restante en Palermo, la única vez que fue a correr allí.

"El año viene bien, trabajando mucho en la mañana y pensando en positivo para que las cosas sigan igual o mejor. Mi sueño sigue siendo poder probar suerte en Buenos Aires, entre todos esos jockeys geniales. En los meses que vuelva quisiera correr ahí y decidir mi futuro", confesó Alex, que en suelo canadiense lleva 88 festejos, seis de ellos el mes pasado, cuando se reinició la competencia en el hipódromo de Hastings, donde hay carreras sólo dos veces por semana.

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Toda una paradoja: mientras en el circuito norteamericano se registró el mejor mes de los jockeys argentinos, sus colegas que trabajan en el país llevan cuatro meses y medio sin cobrar porque no hay carreras y viven del porcentaje de los premios.