Coronavirus en tiempos de protestas: cómo la pandemia podría cambiar la forma en que nos organizamos

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Siendo una de las voces más reconocibles en el movimiento por la democracia en Hong Kong, hay pocas personas que podrían creer más en el poder de la protesta que Joshua Wong.

Tras cobrar protagonismo como un rostro del Movimiento de las Sombrillas de 2014, en el cual los manifestantes usaron sombrillas para protegerse del gas pimienta disparado por la policía, y llegando a tener un papel vital en las protestas en Hong Kong de 2019, Wong ha dedicado incontables horas a movilizar personas de toda la ciudad y alrededor del mundo para que salgan a las calles y exijan cambios a y en sus gobiernos.

Sin embargo, ahora, después de la pandemia del coronavirus, él tiene pocas opciones aparte de pedirles que se queden en casa.

“Estamos sufriendo por el brote… y cómo, con el gobierno, todavía hay una falta de transparencia”, dijo Wong a Newsweek en una entrevista telefónica el miércoles. No obstante, mencionó él, “con el brote del virus, en verdad nos es difícil movilizar a la gente”.

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Ya que Hong Kong está aplicando normas estrictas de distanciamiento social para ayudar a evitar la propagación del COVID-19, y ya que los manifestantes están igualmente preocupados con respecto a ponerse a sí mismos y a otros en peligro de contraer el virus, Wong dijo que la gente no tenía más opción que alejarse de las protestas físicas y hallar otras maneras de mostrar su disconformidad.

Mientras muchos han optado por campañas en redes sociales y peticiones en línea para hacer oír sus voces, otras plataformas menos obvias también han saltado a la palestra como medios de protesta, incluido, comentó Wong, el juego de Nintendo Animal Crossing: New Horizons.

Como una plataforma sin censura política, el juego de simulación de vida con final abierto, que les permite a los jugadores vivir en una isla tropical e interactuar con animales antropomorfos, se ha convertido en un lugar de protestas en Hong Kong y en todo el mundo para manifestarse sin tener que salir de sus hogares.

“Esa es una plataforma buena”, dijo Wong, ya que les permite a los manifestantes ser creativos al decorar sus islas en el juego para ser “un sitio de protesta”. La isla de Wong en Animal Crossing, de la cual él tuiteó recientemente una captura de pantalla, muestra una pancarta negra de protesta junto con retratos de la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, y del presidente de China, Xi Jinping.

“Alimenta la creatividad y muestra que podemos continuar nuestra lucha y pedir libertad y democracia”, comentó Wong.

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Aun así, el hueco que dejó la ausencia de protestas físicas no se podrá llenar fácilmente, sugirió el activista; hay fuerza en la cantidad y poder al ver esas cantidades unirse por una causa común.

En años recientes, esto se ha hecho cada vez más claro. En todo Estados Unidos y alrededor del mundo, hemos vivido una era de protestas masivas históricamente sin precedentes en cuanto a su “frecuencia, alcance y magnitud”, según un informe reciente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).

Al analizar los datos de las protestas de 2009 a 2019, el grupo de expertos de Washington halló que las manifestaciones masivas que ocuparon los encabezados durante el año pasado, desde la protestas en Estados Unidos hasta aquellas en Chile, Hong Kong y Líbano, de hecho, han sido parte de una “tendencia durante una década que ha afectado a toda región poblada importante del mundo”. Esa progresión, dijo el estudio del CSIS, ha visto cómo las protestas han aumentado en frecuencia en un promedio anual de 11.5 por ciento, y que los eventos de la Primavera Árabe no parecen marcar “un fenómeno aislado, sino más bien una manifestación especialmente aguda de una tendencia global cada vez mayor”.

Publicado a principios del mes pasado el 2 de marzo, en un momento en el que la comunidad internacional apenas empezaba a entender las consecuencias mundiales del brote del COVID-19, el informe del CSIS predijo que dadas las “raíces” que motivaron las protestas masivas en años recientes, el aumento en las manifestaciones posiblemente continúe e incluso podría “incrementarse en 2020 y más allá”.

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Sin embargo, después del brote del coronavirus, los activistas de todo el mundo más bien han sido obligados a ponerle pausa.

Para Iryna Verity, quien ha supervisado las protestas “Anexo del Kremlin” contra Trump afuera de la Casa Blanca desde el 16 de julio de 2018, ha sido duro tener que suspender súbitamente las operaciones en medio del coronavirus después de casi dos años de manifestaciones.

Las protestas Anexo del Kremlin comenzaron afuera de la Casa Blanca después de que el presidente Donald Trump regresó de la ahora tristemente célebre cumbre de Helsinki, donde, después de hablar en privado con el presidente ruso, Vladimir Putin, él rechazó públicamente los hallazgos de la inteligencia estadounidense de intromisión rusa en la elección de 2016. Trump después dijo que se había expresado mal y había querido decir “no veo razón alguna de por qué no sería Rusia”, una explicación que los manifestantes no aceptaron, acusando al presidente de “traición”.

Las protestas Anexo del Kremlin, dijo Verity a Newsweek, se “tratan muchísimo de una presencia física”.

Tener que optar por medios en línea, comentó Verity, va en contra de “lo que hemos defendido: activismo, no clictivismo”.

“El activismo es cuando sales y protestas, y el clictivismo es un término que usamos cuando la gente solo está en redes sociales, indignada y solo haciendo clic, dando me gusta, pero no necesariamente haciendo”, dijo ella. “El clictivismo no inspira lo suficiente, porque haces clic mientras estás sentada en el sofá, pero no estás protestando, no estás interaccionando. No respiras aire fresco con otras personas”.

“Todas estas actividades son muy unificadoras y son importantes para protestar, pero pero no podemos hacerlo al momento por respeto a las directrices de salud y no queremos poner en riesgo a otras personas”, comentó ella.

Como Wong, Verity dijo que ella tenía esperanzas de que los manifestantes regresarán a las calles de Estados Unidos y todo el mundo. Sin embargo, ni ella ni el activista de Hong Kong pueden decir cuándo sucederá eso o cómo se verá con este futuro tan incierto.

“El coronavirus cambiará nuestras vidas como las conocemos y ya lo hizo, porque afecta directamente nuestra capacidad de reunirnos y seguir expresando nuestra disconformidad con esta administración, aun cuando esta administración, durante la pandemia, nos ha dado muchísimas razones para mostrar disconformidad”, dijo ella.

Verity cree que, con el tiempo, habrá una manera para que la gente regrese a la Casa Blanca a protestar, incluso si ello significa cambiar la manera en que se llevan a cabo las protestas, con menos gente y más espacio entre los manifestantes.

“Va a ser un reto”, comentó ella. Pero, incluso si ello significa un futuro en el que los manifestantes tengan que pararse con “dos metros de distancia”, Verity dijo: “Es importante estar allí, enfrente de la Casa Blanca. Es simbólico”.

Aun así, por ahora, y mientras el coronavirus sea una amenaza, Verity dijo que no le gustaría que los manifestantes pongan en riesgo su salud y seguridad por un mitin. “Estamos pidiendo responsabilidad social en otros”, expresó ella. “Entonces, ¿por qué tú no has de ser socialmente responsable con otros durante una pandemia?”

“Hay cierta magia humana en estar juntos”, dijo Verity. Pero, a causa de la pandemia, “eso está, más o menos, ya sabes, cambiando, evolucionando. No quiero decir que esté desapareciendo”.

Por su parte, Wong comentó: “Me siento optimista de que podamos llevar a la gente a la calle de nuevo”.

Al momento, el activista mira adelante, con la mira puesta en el 1 de julio, el aniversario del dominio chino sobre Hong Kong. Tradicionalmente acompañado de manifestaciones, Wong dijo que él tiene esperanzas de que para entonces la ciudad pueda ver surgir las protestas de nuevo.

Queda por ver si este será o no el caso. En una entrevista el mes pasado, el Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, advirtió que cuando se trata de determinar por cuánto tiempo el coronavirus podría afectar nuestras vidas, al final: “No haces un cronograma. El virus hace el cronograma”. Todo lo que podemos hacer, dijo Fauci, es “responder” al brote lo mejor que podamos. “Tienes que adaptarte a la situación en el terreno como es”, concluyó él.

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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek