Por el coronavirus, los saqueadores de templos vuelven a atacar en Myanmar

BAGAN, Myanmar.- Los saqueadores de reliquias, piezas de monedas y joyas han invadido la ciudadela arqueológica de Bagan en Myanmar y sus 3000 pagodas, desiertas de turistas desde la pandemia del coronavirus, planteando un grave reto a la policía dada la inmensidad del lugar.

El complejo, ubicado entre los meandros del río Irrawady y clasificado en el patrimonio mundial de la Unesco el año pasado, "no ha sido objeto de tantas agresiones" desde hace décadas", se lamenta Myint Than, director adjunto del departamento arqueológico de Bagan, en declaraciones a la AFP.

A principios de junio, una docena de pagodas fueron saqueadas, según las autoridades, que no precisaron ni el contenido ni el importe del botín, integrado por "reliquias y piezas de monedas".

Para disuadir a los ladrones, varias decenas de policías y de bomberos patrullan de día y de noche.

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Al caer la noche, con el arma en mano, algunos se ubican a la entrada de los templos. Otros van en moto o en jeep a perderse por las sendas de la capital del primer imperio birmano (siglos XI-XIII), fragilizada por numerosos terremotos.

La situación "está bajo control de momento" asegura el teniente-coronel de policía Sein Win, quien se felicita que ninguna de las pagodas más prestigiosas, como la de Shwezigon o la de Ananda, hayan sido vandalizadas.

"Nuestra misión es un reto" dada la inmensidad del lugar que ocupa 50 km2 e incluye a más de 3500 monumentos, entre túmulos, templos o monasterios, asegura no obstante.

Bagan recibió en 2019 cerca de medio millón de visitantes, según la Unesco.