Coronavirus. ¿Relajar la cuarentena generará un aumento de los contagios?

La primera palabra clave es protocolo. La segunda, responsabilidad. De esas nociones dependerá el éxito o no de la nueva flexibilización de la cuarentena anunciada ayer para la zona de la ciudad de Buenos Aires y su área metropolitana, la más afectada por el coronavirus en Argentina. Una tercera clave es no pensar que porque la cuarentena se suaviza la pandemia es algo del pasado: la dinámica indica que lo peor -en cuanto a casos, fallecimientos y el estrés del sistema sanitario- está por venir y que incluso en caso de empeorar excesivamente el escenario se podría volver atrás y obligar a impedir lo que ahora se permite en las áreas que aún tienen "aislamiento social", pero también en ese 85% del país que pasó a la fase del "distanciamiento social".

"Si se cumple con los protocolos, estas medidas van a tener bajo impacto en la transmisibilidad", dice a LA NACIÓN Eduardo López, infectólogo del Hospital Ricardo Gutiérrez y uno de los expertos que asesoran a la Presidencia. "La gente no se debe estacionar cuando camina o corre y no se debe agrupar, se debe mantener la regla de un metro y medio o dos metros entre personas", agregó. Y explicó que romper el distanciamiento social por menos de diez minutos es de bajo riesgo (pero no nulo). "De hecho, ni la OMS ni el CDC (Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos) lo consideran contacto estrecho cuando se da por esa cantidad de tiempo. Lo ideal es no haya agrupamientos, ni encuentros cara a cara. El paseo de los chicos tampoco aumenta el riesgo", dice. Lo que sí aumenta los riesgos de contagio, indica, son los asados multitudinarios, reuniones como baby-shower o velorios. "Y también individuos que van a trabajar con pocos síntomas: eso es peligroso porque es gente encerrada de seis a ocho horas eliminando virus en un mismo ambiente", enfatiza López.

Otros expertos creen que la relación entre circulación y aumento de casos es proporcional. "Lo esperable es que una flexibilización aumente la cantidad de Covid-19", dice Daniel Stetcher, jefe de la división de infectología del Hospital de Clínicas (UBA). Pero la cuestión a mirar no es la cantidad total de casos, explica, sino cuántos de ellos serán graves y requerirán intervención del sistema de salud. "Si la flexibilización empieza con gente de bajo riesgo, y se cuida a los de alto riesgo (mayores, con enfermedades previas), es probable que no aumente la gravedad. Habrá más casos, pero leves, y esa situación sería aceptable. Pero hay que monitorear y si aumentan mucho, habrá que reajustar parámetros", agrega.

Flexibilizar de hecho

"La cuarentena se flexibilizó de hecho, por eso es preferible ordenarla, a esta altura es una necesidad de la gente de salir después de tanto tiempo", afirma por su parte Gabriela Ensinck, infectóloga de Rosario y secretaria del comité de infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría. En cuanto a la cuestión laboral, Ensinck indica que sería bueno ampliar horarios, rotar turnos y que la gente más joven sea la que se movilice hacia los trabajos y los de más riesgos puedan trabajar desde la casa. Respecto de las salidas recreativas, cree que hay que tener un poco más de cuidado. "Se puede hacer después de 70 días, hay derecho a tener cierta dispersión y que se pueda tomar aire. No me parece mal. Peri siempre de manera ordenada y cuidadosa", dice y subraya que si el número de casos excede lo crítico se puede ir para atrás.

Están disponibles más del doble de las camas de terapia intensiva hoy ocupadas con Covid-19Eduardo López

¿Cuál es ese número crítico? Pues depende de la zona y es variable porque hospitales y sanatorios van agregando camas críticas y reordenando espacios internos en la medida de sus posibilidades. Por eso no hay que mirar el número simple de internados en terapia intensiva (que en el último informe, del viernes 5, era de 298) sino el porcentaje de ocupación en cada jurisdicción, remarca Stetcher. "Argentina hasta ahora no tiene impacto en la letalidad, lo que nos diferencia de otros países. Eso es lo que hay que mirar, y también cómo está la capacidad del sistema sanitario. La imagen que no queremos es la del colapso y la atención en la calle, a eso no queremos llegar", dice.

"Están disponibles más del doble de las camas de terapia intensiva hoy ocupadas con Covid-19", concuerda López. "En la ciudad de Buenos hay unas 1200 camas intensivas, con su respirador y el personal que pueda atender al paciente, y menos de doscientos internados", dice y aclara que la preocupación fuerte empezará en todo caso cuando se supere el 70%. El hecho de que algunas instituciones públicas y privadas ya tengan todas sus camas ocupadas (en el Hospital Fernández, en el Hospital Argerich) es porque se dispuso que esos lugares se llenaran primero.

Para Pablo Fernández Oses, infectólogo del Instituto Cardiovascular ICBA, la respuesta a la pregunta por la flexibilización de la cuarentena tiene dos aristas: la infectológica propiamente y el hecho de que más circulación traerá más casos, más allá de los protocolos, las estrategias y de que exista la intención de limitar personas que, por ejemplo, ingresan a los negocios o se transportan. "Pero, y esta es la otra arista, el encierro es una situación difícil de prolongar ad-eternum. En algún momento, había que tomar la decisión. Lamentablemente nos toca hacerlo al entrar al invierno, con otras enfermedades de síntomas similares", dijo. Lo que además es probable que exija más al sistema de salud. "Estábamos hisopando a los sospechosos de Covid-19 con pocas circulación de otras enfermedades. Ahora todo será más difícil; el sistema de salud se verá atacado por otro lado", graficó. Es lo que tocó en vista que la vacuna todavía está en el terreno de la utopía, dice Fernández Oses, ya que "en el mejor de los casos la tendremos el año que viene".

Respecto de por qué se decidió desde la Presidencia volver a mirar el panorama dentro de 21 días y no tras un plazo de 15 como anteriormente, la explicación oficial en conferencia de prensa es que fue "para bajar los niveles de ansiedad" que generan una expectativa de renovación cada dos semanas.