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Coronavirus. Paradoja: Bolsonaro desafía la lógica y logra un repunte pese al desastre sanitario

RÍO DE JANEIRO- Imprevisible y poco convencional como político, el presidente de Brasil , Jair Bolsonaro parece ahora desafiar a la lógica en la crisis abierta por la pandemia del coronavirus .

No fueron pocos quienes creyeron que en abril se escribía el fin de su ciclo político. Recostado en los fanáticos más radicalizados que lo vitoreaban en Brasilia cada fin de semana, el mandatario parecía superado por la pandemia y herido por las turbulencias dentro del gobierno. A la escandalosa salida del exministro de Justicia Sergio Moro en medio de denuncias de intervención política en la Policía Federal, se le sumabael despido del popular ministro de Salud Luiz Mandetta por diferencias sobre la conducción de la crisis sanitaria.

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Con una relación cada vez más conflictiva con otros poderes y gobernadores y con la curva epidemiológica en incipiente ascenso, el descontento hacia el presidente crecía al calor de cacerolazos en las grandes ciudades y la palabra impeachment volvía a la palestra. Desde ese abril caliente, el escenario sanitario cambió para peor: Brasil enfrenta una media de más de 1000 muertes diarias por Covid-19 desde junio y se encamina a superar la barrera de 100.000 fallecidos. Pero el viento político, en cambio, tomó otra dirección.

Contra el sentido común, Bolsonaro, promediando su segundo año de mandato, parece haber salido indemne de la crisis y su popularidad repunta, según revelaron varias encuestas en los últimos días. Mientras capea la tormenta, sus grandes antagonistas en la crisis, los gobernadores, pierden en valoración.

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El líder ultraderechista, que dio positivo de Covid-19 el 7 de julio tras desatender todos los cuidados recomendados, alcanzó una valoración positiva de su mandato de 34,3% de su gobierno, trepando desde un 31,8% tres meses atrás, según la consultora Paraná en una encuesta publicada por la revista Veja el 24 de julio.

"Las circunstancias forzaron a Bolsonaro a suavizar su estrategia confrontativa. Está en modo supervivencia", explicó a LA NACION Paulo Calmon, profesor de la Universidad de Brasilia, sobre los factores que sustentan el nuevo de escenario.

En las últimas semanas, Bolsonaro abandonó las proclamas antidemocráticas e inició una aproximación con parlamentarios del denominado centrão en el Congreso para ampliar su base de sustentación y alejar el fantasma del impeachment.

A un Bolsonaro menos belicoso, Calmon añadió otros dos elementos que explican la recuperación: la apatía de la oposición para formar una coalición que aproveche la crisis y la atracción de capas de brasileños de bajos recursos beneficiados por un auxilio económico durante la pandemia.

En todos los escenarios en que Bolsonaro fue medido frente a sus adversarios lideraría en primera vuelta, incluso contra el expresidente Luiz Lula da Silva , impedido de participar de cualquier elección por estar condenado por corrupción en segunda instancia. Si los comicios fueran hoy, Bolsonaro podría volver a ganar.

El lunes, una encuesta publicada por la consultora XP mostró que 30% de los brasileños tienen una opinión favorable del gobierno, cinco puntos más que en mayo. En tanto, el rechazo, que había llegado a 50%, cayó a 45%. "Bolsonaro está avanzando sobre un electorado que no era el típico de él", explicó Marco Antonio Teixeira, profesor del centro de estudios de gobierno de la Fundación Getulio Vargas. El desencanto y la fuga de una parte de su base, afín a la agenda anticorrupción que representaba Moro, fue compensada por nuevos seguidores.

Paradójicamente, entre mayo y junio, en medio de la peor crisis económica de su historia, Brasil redujo a 3,3% la extrema pobreza, el menor nivel en 44 años según un informe de la FGV. El gobierno dispuso el pago de unos 115 dólares por tres meses a un universo de más de 60 millones de personas vulnerables, y luego extendió el programa, conocido como "Auxilio de emergencia", dos meses más.

Con un sombrero típico del nordeste y montando a caballo, el presidente recorrió el jueves Bahía y Piauí, bastiones del Partido de los Trabajadores (PT). En esa región, que cuenta con algunas de las ciudades más favorecidas por el auxilio, quienes consideran positivamente al gobierno pasaron de 30,3% en abril a 39,4% en julio, según la encuesta de Paraná.

Una vez que termine el auxilio, el gobierno lanzará un plan llamado "Renta Brasil", que englobará programas de asistencia como el Bolsa Familia.

"El gobierno descubrió que hay muchos pobres que necesitan ayuda del Estado. El Renta Brasil será su marca electoral, como lo fue el Bolsa Familia para el PT", agregó Teixeira.

Muertos e infectados

Tras haber castigado al norte del país y ciudades como Río de Janeiro y San Pablo , el virus se asienta sobre el interior de los estados y, esencialmente, los del centro y sur del país. Se registrado hasta ahora 93.563 muertos y 2.707.877 infectados.

La forma como Bolsonaro lidió con la pandemia, haciendo campaña contra el aislamiento y publicitando la hidroxicloroquina, remedio sin eficacia probada contra el Covid-19, no hizo mella en su base dura. "Consigue mantener una base desde las elecciones de 2018 que es mayoritariamente de hombres, de edad avanzada y en regiones sur, sudeste y centro-oeste del país", dijo Ricardo Ismael, profesor de la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Río de Janeiro. Analistas remarcan la existencia de una red cerrada alrededor de esos electores, que suelen convivir en las redes sociales, se informan allí e ignoran todo lo que se dice por fuera.

Aunque el saldo de las crisis siga en crecimiento, lo peor pasó para Bolsonaro, que dejó de pagar la cuenta en soledad, señaló Ismael. Tres gobernadores, entre ellos Wilson Witzel (Río) entraron en la mira de la Justicia, sospechados de participar de esquemas de desvíos de dinero público para combatir el virus. "Además de que los gobernadores son quienes deciden sobre las medidas de cuarentena, los escándalos de corrupción cargan más sobre ellos la responsabilidad por la tragedia sanitaria".