Coronavirus: por qué el número a seguir es el de internados en terapia intensiva

Todos los días se escuchan y repiten atentamente los números de contagiados y muertos en el país por el nuevo coronavirus. Sin embargo, no son las únicas cifras ni las que más consultan los expertos. Para tener una idea más precisa del estado y la respuesta del sistema sanitario a la pandemia los especialistas miran otro: la cantidad de pacientes en terapia intensiva.

Ese número lleva dos días consecutivos estabilizado en 72, según informó la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, una de las voces técnicas del gobierno a la hora de comunicar la crisis. "El número de personas internadas en terapia intensiva continua estable, lo cual es importante como indicador indirecto de la situación epidemiológica", dijo ayer. Ese número, no obstante, podría modificarse sensiblemente cuando el cambio de la definición de caso sospechoso adoptado el lunes llegue a las terapias de todo el país y por ende aumenten la cantidad de personas testeadas.

"El número de internados en terapia intensiva es un dato muy importante porque permite construir un indicador indirecto de la situación epidemiológica general y por otro lado permite establecer criterios de detección temprana de cuál es la población en riesgo que requiere internación en unidades de cuidados críticos para asistencia respiratoria", dice Daniel Flichtentrei, cardiólogo y director del portal Intramed. Para él, es un número clave porque "da una idea además de las camas de terapia requeridas para ir adecuando la disponibilidad al momento epidemiológico de la epidemia", dijo a LA NACION.

Respiradores artificiales

Dentro de ese grupo de pacientes internados en terapia intensiva por Covid-19, hay un altísimo porcentaje (no menos del 90) que requerirán de un respirador artificial, insumo crítico que tanto movimiento y discusiones ha generado, después de que el gobierno nacional centralizó las compras e intervino la fábrica cordobesa que los fabrica a un precio de aproximadamente la mitad de lo que cuestan los importados.

Así, según un informe publicado en este diario, la cantidad de respiradores podría elevarse a unos 10.000 desde los cerca de 8500 actuales. Tras reacondicionar zonas de hospitales y sanatorios (lo que incluye camas "comunes" e incluso quirófanos), se podría llegar a una similar cantidad de lugares de terapia intensiva. Según la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), hay unos 2400 médicos especializados en el área (pediátricos incluidos). En caso de extrema emergencia, médicos con otras especialidades podrían cubrir algunos lugares, sobre todo en zonas del país con menor población o desarrollo.

"Se estima que el 80% de los contagiados de coronavirus no tendrá más que unos días de fiebre y malestar, el 15% necesitará internación, y el otro 5% llegará a terapia intensiva", dice Gustavo Plotnikow, jefe del servicio de kinesiología del Sanatorio Anchorena (en Buenos Aires) y miembro de la SATI. Lo dicho: de ese 5%, nueve de cada diez necesitarán lo que se conoce como ventilación mecánica. "Y es lo que puede hacer que colapse el sistema de salud en el área crítica", dice Plotnikow.

Y no sólo por la falta o no de respiradores sino en términos de quién va a manejarlos. Por eso los kinesiólogos de terapia intensiva -que son quienes saben manipularlos- son tan importantes. Tampoco es menor el hecho de que los respiradores usados sean los estandarizados, para no tener que obligar al personal de salud a aprender el uso de un aparato en medio de una pandemia. "Si ese 5% supera la tasa de ventilación habitual de los centros hospitalarios, se pone en jaque al sistema en términos de insumos y de personal", concluye Plotnikow.

Un estudio realizado en el Reino Unido mostró que un alto porcentaje de quienes reciben asistencia respiratoria terminará muriendo, lo que llevó a algunos médicos británicos a pensar si se podía replantear esa intervención, según informó el diario londinense The Guardian (la mortalidad era de un 50% en el momento en que se hizo el corte del trabajo, algo que también fue discutido porque seguramente ese porcentaje cambiará en el trascurso de la pandemia).