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En el Caribe: tras ser rechazado en dos islas por miedo al coronavirus, un crucero se dirige a Cozumel

El pánico por el avance del nuevo coronavirus volvió a impactar en un crucero. Un barco de la empresa ítalo-suiza MSC se dirigía anoche a Cozumel, luego de que las autoridades portuarias de Ocho Ríos, en Jamaica, y las Islas Caimán prohibieran su desembarco, por los temores de que un tripulante filipino esté infectado con el virus, aunque la compañía afirmó que solo padece influenza tipo A. En el crucero hay 4500 pasajeros, entre ellos algunos argentinos, y 1600 tripulantes.

La agencia Reuters informó que un vocero de la firma con sede en Ginebra dijo que habían mantenido conversaciones todo el día con autoridades sanitarias de México, que finalmente autorizaron el atraco del MSC Meraviglia en el puerto de Cozumel.

"Tenemos todas las indicaciones de que seguirán los protocolos internacionales establecidos desde hace mucho tiempo y revisarán los registros médicos del barco cuando llegue más tarde esta noche a Cozumel", dijo Luca Biondolillo, director de comunicaciones de la empresa, cuando se le preguntó si el permiso para atracar había sido revocado por las autoridades mexicanas.

Anoche se desconocía si las autoridades portuarias permitirían el desembarco de los pasajeros en la isla. El barco tenía previsto arribar a Cozumel a las 22.30 (hora local, las 0.30 de la Argentina).

El brote de coronavirus originado en China se convirtió en una pesadilla este año para la multimillonaria industria de los cruceros, sobre todo después del caso del Diamond Princess, en Japón, que quedó en cuarentena en el puerto de Yokohama y registró más de 700 infectados.

Relato de un argentino

Luego de recorrer distintas localidades del estado de Florida durante unos días, Herman Maseberg, su esposa y sus dos hijas gemelas embarcaron en el MSC Meraviglia el domingo pasado, en Miami. No imaginaban que el viaje familiar para celebrar el cumpleaños 15 de las hermanas tendría un final desafortunado.

"Lamentablemente no está saliendo como esperábamos, pero somos optimistas", expresó Maseberg en diálogo con LA NACION. Según contó, mientras que los turistas norteamericanos estaban despreocupados por la situación, pasajeros de otras nacionalidades, incluido un grupo de argentinos, reclamaron a la tripulación por respuestas sobre el viaje del crucero.

"No hay psicosis en el barco, solo enojo por no desembarcar [en Jamaica e Islas Caimán] y por las excursiones que no se pudieron realizar", señaló. Agregó que, al confirmar la negativa de los primeros dos destinos del circuito contratado, las autoridades le reembolsaron a los pasajeros las actividades que habían contratado y les dieron 100 dólares de crédito para consumos a bordo por camarote.

Después de Cozumel, las próxima parada programada es Ocean Cay, una isla privada de MSC en Bahamas, antes de retornar a Miami. Lo que más le preocupa a Maseberg es no poder desembarcar en esa ciudad de Florida, de donde saldrá su vuelo de regreso a Buenos Aires el próximo martes.

Pero, por otro lado, encuentra consuelo en el hecho de que la salud de su familia no esté en riesgo. "Lo importante es que no hay nadie enfermo a bordo y las medidas de higiene son extremas desde que embarcamos", relató.

Para poder embarcar en Miami, MSC sometió a cada uno de los pasajeros y tripulantes a pararse frente a un termógrafo que revelaba la temperatura corporal, para detectar síntomas de coronavirus, dijo el argentino. Maseberg agregó que, según le informó un representante de la empresa a bordo, el Meraviglia arribaría anoche en horario a Cozumel, donde el personal médico abordará la nave para constatar la salud del tripulante filipino con síntomas de gripe.

Hasta el momento, no hay casos de coronavirus reportados en México.