Bajan las consultas: "La gente le tiene más miedo al coronavirus que a un infarto"

En medio de una pandemia que minuto a minuto desafía a los sistemas de salud, ha bajado drásticamente la ocupación de las camas en las Unidades Coronarias (UCO), las que atienden eventos cardíacos agudos. ¿Qué pasa? ¿Ya no hay infartos? No. "El pánico al Covid-19 parece haber borrado las otras enfermedades", dice el doctor Jorge Belardi, director del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA).

La evolución de la pandemia de coronavirus en la Argentina

"No se tiene en cuenta que el riesgo de morir por un infarto es de 1 en 4, es decir, del 25 por ciento -explica el doctor Mario Fitz Maurice, Jefe de Arritmias del Hospital Rivadavia-. En cambio, la letalidad del coronavirus es del 3 por ciento. Por eso, ningún dolor de pecho debe ser minimizado. Hay que consultar".

Las consultas bajaron a la mitad

"Estamos relevando el flujo de atención en las emergencias cardiovasculares durante el mes de marzo en 50 instituciones públicas y privadas del país y las cifras preliminares indican una disminución del 50 por ciento de las consultas. La gente con síntomas de infarto no consulta y esto lo pone en un riesgo mayor de muerte", añade, visiblemente preocupado, el doctor Belardi.

"No hay ningún motivo para que los problemas del corazón disminuyan en este contexto de angustia y tensión producido por la pandemia -añade el doctor Carlos Tajer, Jefe de Cardiología del hospital El Cruce y ex Presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) -. Estamos preocupados. Se cerraron las agendas de los consultorios ambulatorios públicos y privados y esto puede generar un daño inmenso. Y además la gente no acude en la misma proporción de siempre frente a síntomas agudos".

No desoír al cuerpo

Tajer indica ante un dolor de pecho repentino, muy fuerte, que descompone, es probable que se busque ayuda en presunción de un infarto de miocardio. Pero si el dolor no es tan intenso y no llega a descompensar posiblemente se espera para acudir a un centro de salud por temor al contagio de Coronavirus. En esa mala decisión, sin embargo, puede jugarse la vida y la muerte o, en el mejor de los escenarios, desfavorables consecuencias.

Belardi explica que el 50% de los casos de insuficiencia cardíaca son consecuencia de infartos mal tratados. "Queda daño ventricular, un corazón que no puede bombear suficiente sangre porque ha sufrido una herida".

"Por el momento tenemos hallazgos observacionales -añade Belardi- Pero el problema ya fue detectado en España y en Italia. En Barcelona, por ejemplo, el número de pacientes tratados por infarto se redujo un 80%. En España, cifras totales, si antes del Covid-19 se atendían 100, ahora se atienden 50. Tal vez el aislamiento o el hecho de no estar trabajando cambia el estilo de vida y disminuye la cantidad de estos eventos, pero si asumimos que la incidencia del infarto es la misma, tenemos que pensar que la gente prefiere quedarse en casa con dolor de pecho a buscar atención".

En nuestro país, mueren cada año 15.000 personas por infartos. En la mayoría de los casos, durante las primeras horas de producido el evento, puntualiza Tajer.

Cómo actuar ante un síntoma

"En un número muy alto de casos un dolor agudo de pecho termina en infarto -dice Fitz Maurice, que dirige el Instituto Nacional de Arritmias (Inadea) -. Hoy existen distintas alternativas para tratarlo. Pero necesitamos que los pacientes lleguen a tiempo. Tenemos 90 minutos desde que comienza el dolor hasta que podemos destapar esa arteria para evitar o minimizar secuelas. Es cierto: no hay que saturar el sistema de salud, pero tampoco dejar pasar un evento coronario agudo".

En su cuenta de Twitter, el doctor Mario Fitz Maurice recibió testimonios alarmantes de varios usuarios: allegados de personas con síntomas cardíacos que demoraron en llamar a emergencias, o cuyos síntomas fueron minimizados, y horas después habían muerto.

"Frente a un dolor de pecho agudo, si el 107 está colapsado y no hay otros números de emergencias hay que ponerse un barbijo y salir a la guardia", enfatiza el Jefe de Arritmias del hospital Rivadavia.

Mantener el contacto con el cardiólogo

En el hospital El Cruce, el doctor Tajer comenta que están tomando contacto teléfonico con las personas citadas para consultas. "Hablamos uno por uno para ver si siguen tomando la medicación o si tienen dificultades en conseguirla -dice el ex presidente de la SAC-. El gobierno está aportando los medicamentos a través del Programa Remediar, pero queremos cerciorarnos de que los pacientes los tomen".

Tajer insta a mantener contacto telefónico con los pacientes, "aunque no se puedan cobrar las consultas. Atendemos a muchas personas mayores que están muy atemorizadas", recalca. "Si alguien llama a Emergencias y dice que le duele el pecho, el sistema debe proveerle un médico que no haya atendido a nadie sospechado de coronavirus", advierte.

Belardi afirma que la ciudad de Buenos Aires aconseja llamar a los sistemas de emergencia de la cobertura habitual. "Prepaga, obra social, Pami, Ioma -afirma-. La medicina no cambió con el Covid-19. Un malestar de la cintura para arriba, con dolor de pecho que se propaga al brazo izquierdo y la mandíbula, acompañado o no de sudoración, es un motivo de alarma y hay que consultar sin demoras. Hay temor, sí. Pero cada hospital tiene circuitos para separar los casos de COVID-19 del resto. Lo que no puede suceder es que por miedo al coronavirus alguien se quede infartándose en su casa".