Coronavirus. Establecerán un precio sostén del petróleo y se aplicarán retenciones móviles

El Gobierno avanzará con la implementación de un "barril criollo", en un valor que todavía no está definido, pero no serán los US$54 que pedían las provincias, si no más cerca de US$40

Ante el derrumbe del precio internacional del petróleo por la crisis del coronavirus, las provincias y las empresas productoras le plantearon al Gobierno la necesidad de establecer un "precio sostén", ya que con el barril a US$25,10 -como cerró el viernes la cotización- no es viable ninguna actividad petrolera. En el Ministerio de Desarrollo Productivo indicaron hoy que se avanzará con el "barril criollo", en un valor que todavía no está definido, pero no serán los US$54 que pedían las provincias, si no más cerca de US$40, señalaron.

La cartera que conduce Matías Kulfas también trabajará con dos anuncios: se implementarán retenciones móviles y se actualizará todo el atraso que tenían los impuestos a los combustibles, sin que esto tenga efecto en el precio en surtidor. Así se lo adelantó el ministro de Desarrollo Productivo a los gobernadores, empresarios y sindicatos en reuniones virtuales que mantuvo, según dijeron en su entorno.

El esquema de retenciones móviles todavía no está definido, aunque se sabe que se partirá de una alícuota del 0% cuando el precio internacional del petróleo esté debajo de US$30. A medida que esta cotización aumente, los derechos de exportación serán mayores. Este mecanismo sirve también para amortiguar las variaciones extraordinarias en el precio local, ya que surge del valor del Brent -la cotización internacional que se toma de referencia- menos las retenciones.

El Estado cobra actualmente una alícuota fija de 12% de retenciones, porque nunca se reglamentó el 8% que prometía que iba a bajar la ley de Solidaridad y Reactivación Productiva.

El Ministerio de Desarrollo Productivo actualizará también a partir de abril los impuestos a los combustibles, que tienen un atraso del 23%, ya que debería actualizarse de forma trimestral en base a la inflación. Este incremento, que reflejaría un alza en surtidor de entre 5% y 6% en naftas y gasoil, será absorbido por las refinerías y no se trasladará a precios finales.

La razón de esto es que las refinadoras -entre las que se encuentran YPF, Axion, Raízen (que tiene las estaciones de Shell) y Trafigura (con Puma Energy)- comprarán el barril a un precio menor a partir de abril, cuando se actualicen los contratos en base al valor promedio del petróleo en marzo (o el precio sostén que aplique el Gobierno). Cualquiera de estos valores estarán por debajo de entre US$47 y US$52 al que se compró durante este mes el petróleo para refinar. Esta baja en el precio del insumo principal, que se podría traducir en una baja en el valor del surtidor, se verá compensada con el aumento de los impuestos.

Para los provincias petroleras, que cobran regalías de entre 12% y 15% sobre el precio del barril (depende si es producción convencional o no convencional, como la que hay en Vaca Muerta), el precio sostén en un aliciente en este contexto de caída en los ingresos tributarios, aunque no se establezca el valor de US$54 por barril que solicitaban.

En una carta enviada la semana pasada a los ministros Kulfas, Martín Guzmán (Economía) y Wado de Pedro (Del Interior), la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi) indicó que "el precio del barril en el actual contexto económico (US$30 y con tendencia a la baja hacia nuevos mínimos), implicaría una pérdida de ingresos por regalías aproximadamente del 42% en relación con los niveles actuales".

Más específico: el ministro de Energía y Recursos Naturales de Neuquén, Alejandro Monteiro, dijo que por cada dólar que baja la cotización internacional del petróleo, la provincia pierde $38 millones por mes de ingresos por regalías. Con una caída de US$20, como ocurrió en marzo, Neuquén perdería $760 millones.

Aun resuelto el problema del precio, la industria enfrenta otra dificultad: por el aislamiento obligatorio, la demanda de naftas es solo del 10% de lo que era el promedio anterior; el gasoil es un 30%, y el combustible de aviación cayó a casi el 0%. Las refinerías están trabajando al mínimo necesario y los tanques de almacenamiento de combustible ya están repletos.