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Coronavirus: los cariocas se lanzan a las playas en la primera fase de reapertura en Río de Janeiro

RÍO DE JANEIRO.- Los habitantes de Río de Janeiro empezaron a regresar a las playas este martes, en la primera fase de un proceso de desconfinamiento y reapertura económica que algunos especialistas consideran precipitado, puesto que la curva de casos de coronaviruscontinúa en aumento.

"En la situación actual, relajar las medidas es echar nafta al fuego", advirtió Rafael Galliez, infectólogo de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ).

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Salvo bloqueos puntuales en algunos barrios, la ciudad no llegó a imponer cuarentenas estrictas. El confinamiento se limitó al cierre de restaurantes, bares y comercios no esenciales, con control policial en las playas. No hubo órdenes de confinamiento a nivel federal por la negativa del presidente Jair Bolsonaro .

El plan de apertura gradual anunciado por la alcaldía entró en su primera fase este martes, cuando numerosos surfistas y nadadores volvieron al agua en las icónicas playas de Copacabana e Ipanema.

Aunque en el papel las nuevas medidas prohíben permanecer en la arena, varios bañistas tomaban sol en la playa de Copacabana mientras otros disfrutaban del mar. En Ipanema, una treintena de surfistas se juntaron desde el amanecer para aprovechar las grandes olas de esa playa.

"Hacía 70 días que no me sumergía en el agua salada, me hacía mucha falta. Aproveché para agarrar unas buenas olas", cuenta el jubilado César Calmon al salir del agua en Arpoador, una región de Ipanema donde se forman las mejores olas. "Vine en bicicleta y de barbijo, creo que aquí en el agua no hay riesgo, no es como ir a un negocio", agrega.

Diego, un surfista más joven de Leme, en un extremo de Copacabana, nunca dejó de ir a la playa pese a las restricciones. Entraba al mar a las siete de la mañana y surfeaba durante una hora, hasta la llegada de los policías que con grandes gestos le indicaban que debía salir.

El decreto municipal permite las actividades deportivas en la avenida costanera, algo que nunca había sido interrumpido en la práctica por quienes corren, caminan o andan en bicicleta todos los días junto a la playa.

El vendedor de cocos Diego Pires espera que el desconfinamiento progresivo le ayude a aumentar las ventas. "Espero que los turistas vuelvan", afirma, a pocos metros del Copacabana Palace, el emblemático hotel art déco de Río, que cerró sus puertas a principios de abril, al igual que la mayoría de los hoteles de la ciudad.

Además de las farmacias y supermercados, que nunca cerraron, en un primer momento solo podrán abrir los locales de decoración y las concesionarias de automóviles. En una segunda fase, dentro de dos semanas, los centros comerciales podrán volver a funcionar con algunas restricciones.

Para el profesor emérito de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) Paulo Buss, el desconfinamiento es "precipitado"."La alcaldía debería esperar a que se aplane la curva [de contagios], como han hecho los otros países que empezaron a relajar las restricciones. Esto no está ocurriendo aún en Río, la curva sigue en ascenso", alerta el investigador.

El estado de Río de Janeiro es el segundo más afectado de Brasil, después de San Pablo, con 5462 muertes y 54.530 casos confirmados de coronavirus. Más de la mitad se concentran en la ciudad de Río, capital del estado.

Agencia AFP