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Coronavirus en la Argentina: ¿qué postura tienen los gremios docentes del plan de la Ciudad para dar clases en las plazas?

La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, no se resigna a terminar el año sin que los chicos vuelvan a la escuela. Primero fue la propuesta de abrir las aulas de informática en 634 colegios primarios y secundarios de la Ciudad para que unos 6500 alumnos que no tuvieron vínculo con sus maestros en todos estos meses pudieran usar las computadoras y recuperar el contacto perdido. El proyecto no tuvo el visto bueno del ministerio de Educación de la Nación ni de los gremios docentes, y el titular de la cartera, Nicolás Trotta , insistió en que no estaban dadas las condiciones epidemiológicas en la Capital para avanzar con ese esquema.

"Un año de clases perdido": ¿Cuánto tiempo le llevará a los chicos recuperar los aprendizajes?

Ayer, la Ciudad redobló la apuesta con la intención de volver a las clases presenciales, pero esta vez en espacios públicos abiertos, como las plazas. El gobierno nacional se comprometió a analizar la propuesta, mientras que algunos de los dirigentes gremiales docentes salieron con rapidez a dar su opinión, con distintos puntos de vista.

"Es delirante. En primer lugar, porque la situación sanitaria en la Ciudad sigue siendo la misma, y tampoco explican en el protocolo cómo se van a resolver cuestiones como el traslado, el uso de los baños y la higiene. Con el argumento de garantizar el acceso a la lectura para los alumnos de primer grado se expone a los chicos a un riesgo mayor, y también a sus familias. Acuña dice que no hay nada que reemplace el vínculo presencial, lo que es totalmente cierto, pero en una situación de emergencia como la actual, primero deberían haberse ocupado de que todos los alumnos tuvieran una computadora y conectividad. Muchas de las familias se acercan a la asociación para retirar el bolsón de comida y nos piden ayuda para poder hacer ese mismo reclamo al Ministerio de Educación", señalaron desde la Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior de la Ciudad (Ademys).

En el proyecto presentado por Acuña, la fecha de inicio del programa está fijada para el 28 próximo, y la intención es que se designe una plaza por barrio. El nuevo plan, además, no solo apunta a esos 6500 estudiantes más desfavorecidos, sino que está organizado en tres ejes distintos para incluir también a los alumnos de primer grado, a los que están terminando la secundaria y a los del nivel superior y de formación profesional, que tienen que dar exámenes finales para insertarse en el mercado laboral.

Una oportunidad para evaluar

Sergio Romero es el secretario general de la Unión Docentes Argentinos (UDA), que en varias oportunidades se opuso a la vuelta a las aulas cuando se anunció la noticia para algunas jurisdicciones de las provincias de San Juan, Catamarca, Santiago del Estero y Formosa, en protección de los trabajadores de la educación de todo el país. En esta oportunidad, y sobre la base de los enfrentamientos entre Ciudad y Nación en torno a ese inicial regreso a las aulas que había planteado el ministerio de Educación porteño hace un mes, el dirigente gremial considera que no hay que dejarse llevar por la disputa política. "La Ciudad muestra su voluntad de volver y propone distintas alternativas. Es cierto que el número de contagios es alto, pero la curva muestra un amesetamiento, y si los protocolos se ajustan de manera adecuada para prevenir los daños en la salud, se le tendría que dar una chance a esta iniciativa", sostuvo Romero, que también es secretario de Políticas Educativas de la Confederación General del Trabajo (CGT). Y agregó: "Según las estadísticas oficiales hay un millón de chicos que no pudieron conectarse durante la pandemia. Hay algunos indicios y estudios en curso para creer que son bastantes más que un millón. Por eso, donde hay chances de recuperar el vínculo, hay que evaluarlo".

El proyecto de Acuña llegó a los oídos de la Secretaría General de la Unión de Trabajadores de la Educación, Angélica Graciano, a través de los medios de comunicación. "No fuimos convocados para una reunión sobre las condiciones de trabajo, en ninguna oportunidad desde que se suspendieron las clases el 16 de marzo pasado hasta ahora. Creemos que no se puede resolver un problema, que además ya existía antes de la pandemia, con una política focalizada. El proyecto incluye a las escuelas privadas también y tampoco se las citó a ninguna reunión. ¿Quiénes van a dar clases en las plazas si no se reúnen con los maestros para tratar el tema? ¿Cómo van a ir los chicos a la escuela? No tenemos ningún documento que lo explique. Es una medida irresponsable y peligrosa", concluyó Graciano.