Coronavirus en la Argentina. Los jardines de infantes porteños recibirán un subsidio para pagar los sueldos

De todo el universo conformado por las instituciones educativas de gestión privada en el país, los maternales y jardines de infantes son los que hoy están en la peor situación. A diferencia de los colegios, que además del nivel inicial cuentan con primario y secundario, los maternales sufrieron una baja en la matrícula que en la Ciudad de Buenos Aires promedia el 70 %, aunque en algunos casos llegó más al 90%, y sin familias que paguen la cuota todos los meses, subsidios ni asistencia por parte del Estado, no hay chances de solventar los sueldos de los maestros ni el resto de los gastos que supone mantener una escuela como impuestos, seguros, servicios y alquiler.

En la Ciudad funcionan un total de 437 maternales y jardines de infantes privados que no reciben ningún tipo de aporte. Según las cámaras que los agrupan, ya son ocho las instituciones que no pudieron mantenerse a flote y tuvieron que cerrar, y que se suman a las más de 150 que ya bajaron sus persianas en todo el país. Ante el reclamo desesperado del sector, el gobierno porteño les otorgará ahora un subsidio para pagar los sueldos de los empleados docentes y no docentes. Es la primera ayuda directa que brinda la Ciudad durante la pandemia a un sector particular. Se trata del Programa de Apoyo Económico a la Primera Infancia (API) para los maternales y jardines de infantes con salas de 45 días a 3 años, y los destinatarios directos de esta asistencia extraordinaria y transitoria son los trabajadores del equipo directivo, los docentes, auxiliares y el personal no docente que trabaja en relación de dependencia.

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Para recibir el subsidio, además de no contar con ningún tipo de aporte gubernamental, los jardines deben cumplir con los siguientes requisitos: "Haber tenido entre marzo y junio una disminución verificable de su matrícula igual o mayor al 30%, y no haber sido beneficiarios de la Asistencia de Emergencia al Trabajo y Producción (ATP) por 2 o más meses", según dice la normativa. Pueden aplicar tanto las instituciones incorporadas a la enseñanza oficial como los "jardines educativo asistenciales" no incorporados a la enseñanza oficial (RIEA), registrados en la Dirección General de Educación de Gestión Privada (Dgegp). Según estiman, podrían verse beneficiados 1900 empleados de unas 180 instituciones, con una inversión de 150 millones de pesos.

No despreciamos el esfuerzo, pero esto no garantiza que lleguemos a marzo del año que vieneVerónica Rufat, dueña del jardín Dulce de Leche

"Por un lado estamos contentos, porque hay jardines que no pudieron calificar para el ATP y no recibieron nada. Pero no es suficiente. Nosotros habíamos pedido que el beneficio de la Ciudad sea un complemento, porque la baja en matrícula en todas las instituciones fue muy alta, sobre todo en los maternales. No despreciamos el esfuerzo, pero esto no garantiza que lleguemos a marzo del año que viene. Y un jardín que cierra no lo hace por dos o tres meses. Los cierres son definitivos, y significan un costo social, económico y familiar muy grande. Muchos padres también están preocupados, porque en la Ciudad de Buenos Aires hacen falta jardines de infantes; la oferta de gestión estatal es insuficiente", dice Verónica Rufat, dueña del jardín de infantes Dulce de Leche, que funciona hace 29 años en el barrio de Almagro. "Pasamos por todos los gobiernos y sobrevivimos a todo, pero nunca nada como esto. En nuestro caso, el 40% de las familias le dieron de baja a sus hijos, y solamente recibí el ATP por dos meses".

Efecto dominó

Rufat forma parte de la Cámara de Educación de Nivel Inicial porteña (CeniCaba), que se conformó apenas unas semanas antes de que comenzara la cuarentena. "Nos agarró la pandemia con el trámite del registro en curso, pero haber conformado un bloque nos ayudó mucho para conseguir un poco de ayuda. Ahora estamos trabajando también con Diego Golombek [responsable del consejo asesor creado por el Gobierno para la redacción del protocolo nacional del regreso a las aulas] en todo lo que tiene que ver con las medidas de seguridad y protocolos. Pero estamos muy angustiados, porque en el AMBA la fecha de regreso a las aulas todavía es una incógnita, y cada vez son más las familias que dejan de pagar la escuela. Es un efecto dominó".

La familia De la Zerda también está preocupada. Joaquín y Emilse son los papás de Matilde, que está en sala de 3. Los dos trabajan en relación de dependencia para una empresa de sistemas, y dicen que son afortunados de estar cobrando su sueldo completo, lo que les permite también seguir pagando la cuota del jardín. "Nosotros somos de Tucumán, y desde que nació Matilde yo puedo salir a trabajar todos los días porque está el jardín. Yo necesito que cuando todo esto pase el jardín siga existiendo. Las maestras hacen un gran trabajo para seguir conectados con los chicos y hacer actividades a través de Zoom, o mandándonos propuestas también para compartir en familia. Nos sentimos parte de la comunidad y nuestra hija iba feliz todos los días. Las escuelas también tienen que seguir pagando los sueldos de los empleados, y la mayoría hace un esfuerzo enorme, incluso haciendo rebajas en las cuotas aunque no lleguen a solventar los gastos", opina Emilse De la Zerda, que vive en Almagro y manda a su hija al jardín Dulce de Leche.

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Desde el Ministerio de Educación porteño detallaron que "el monto del apoyo económico será de 20.000 pesos, o hasta la concurrencia del salario neto de cada trabajador, y la frecuencia será mensual, contemplado desde agosto 2020 y hasta 4 meses consecutivos". El primer pago se realizará durante el mes próximo.

"Este programa significa una importante ayuda económica para estos establecimientos, su personal docente y no docente, que son parte de nuestra educación pública. Este esfuerzo se suma al conjunto de herramientas con las que históricamente seguimos acompañando al sector para sostener una oferta educativa amplia y de calidad en nuestra ciudad", dijo Luis Bullrich, jefe de gabinete a cargo del ministerio de Educación porteño.

María Pía Zemborain y María Victoria Dodds son socias y dueñas de Bloomies, dos jardines de infantes, uno en Palermo y otro en Recoleta. Zemborain explica que muchas de las instituciones que no recibieron el beneficio del ATP corren riesgo de no poder continuar. "Uno de los requisitos para recibir el ATP era no haber facturado más de un 5% que el año anterior, y por ejemplo hay jardines nuevos que inauguraron este año y no pudieron aplicar. Venimos luchando desde marzo, porque desde que se suspendieron las clases la situación comenzó a ser crítica. Haber conseguido el apoyo de la Ciudad es una buena noticia. También pedimos que los jardines maternales dejen de pagar ingresos brutos, y nos dijeron que tal vez pueda salir ese beneficio a partir del año próximo", cuenta Zemborain, que también es miembro de CeniCaba.