Coronavirus en la Argentina: con expectativas moderadas y protocolos estrictos, Córdoba abrió bares y restaurantes

CORDOBA.- "Volvimos con más fuerza", se lee en el cartel que está colgado en el frente del café Bonafide, en la esquina de Colón y Cañada, de esta ciudad. El mensaje resume el deseo del sector gastronómico frente a la reapertura para recibir clientes de bares y restaurantes que, desde hoy, volvió con la "nueva normalidad". Durante las primeras horas de la mañana fueron pocas las personas que se acercaron a la propuesta, hasta que, a partir de las 11, hubo más movimiento.

Vicente comparte un café con un amigo en Creambury. Para ingresar, les tomaron la temperatura, dejaron sus datos en un registro y se sentaron para recuperar las charlas semanales que tenían hasta que la pandemia y la cuarentena los separaron. Tienen más de 70 años y el bar es la salida que más extrañaban. "Me cuido, pero vine, porque no daba más", cuenta.

El protocolo diseñado por el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) establece que el personal debe estar todo el tiempo con barbijo y los clientes también, salvo cuando comen. Los espacios deben trabajar a la mitad de su capacidad, contar con alcohol en gel y todas las medidas de higiene, y no pueden funcionar las barras ni los buffets. El horario es de 7 a 23.

Desde el sector gastronómico estiman que el 30% de los locales quedaron en el camino y la incógnita es cuántos resistirán cumpliendo las nuevas medidas que reducen la capacidad, mientras la estructura de costos se mantiene prácticamente igual.

La distancia mínima entre personas es de dos metros y el protocolo permite una persona cada 2,25 metros cuadrados. El máximo permitido es de seis personas por mesa. Si van más del mismo grupo, los que excedan ese número deben sentarse en otra. No pueden encenderse ventiladores ni aires acondicionados.

Códigos QR

"Abrí a las 7 y hasta las 9 vendí un café -dice Gabino Escribano, dueño del bar y restaurante El Celta, en Alta Córdoba-. Hay muy poco movimiento, porque todavía hay mucho teletrabajo y el que está en su casa arranca más tarde. Para recuperar la costumbre de desayunar antes de ir a trabajar todavía falta. Hay que apostar a seguir". En el caso de su restaurante, la capacidad se reducirá a 50 cubiertos y no hará dos turnos porque afirma que, primero, no sabe si se cubrirá ese número y, segundo, "porque no se puede echar a la gente, comer es una experiencia".

Eugenia toma un té en la panadería Independencia, una de las más antiguas de Córdoba. "Vine a comprar y me dieron ganas de sentarme. No lo hago nunca a esta hora, pero... no sé, fue como probar". En muchos bares las mesas que no pueden ocuparse tienen las sillas apoyadas encimas y, en otros, un cartel que indica que el espacio debe quedar libre. Los locales de las cadenas de comidas rápidas, como Mcdonald's y Burger King directamente dejaron sólo mesas distanciadas.

Dueño de El Papagayo, en el centro, y de Estándar 69, en barrio Güemes, Javier Rodríguez señala que las reservas "vienen bien, un poquito por encima de lo esperado". El Papagayo funciona en un pasillo antiguo, por lo que la nueva capacidad es de 18 cubiertos (harán dos turnos si hay demanda). Estándar 69 recibirá a 50 personas. "La sensación es que estoy abriendo desde cero, hay buena energía -sigue-. En este tiempo seguiremos con el delivery, la rotisería y los clientes. Hicimos un trabajo muy intenso de comunicación, pero la batalla no está ganada. Es una realidad compleja".

En dos históricos bares del microcentro, El Quijote y Sorocabana, sus mozos están contentos de reencontrarse con los clientes tradicionales. Alberto lleva 22 años trabajando en el primero y está entusiasmado con la reapertura. Allí el menú se lee a través de un código QR disponible en cada mesa.

Una preocupación transversal a los dueños es que se cumpla con el protocolo. "La gente está relajada, así que tenemos que ser muy rigurosos, aunque nos ponga en una posición difícil, de 'policías'". Escribano coincide: "Lo que más pido a los clientes es que nos ayuden a que se pueda cumplir. Esto es dinámico y si pasa algo podemos volver a cerrar. Portarse 'bien' hoy significa ser solidarios con uno mismo y con los demás".

Paro

La ciudad de Córdoba lleva una semana sin transporte urbano por un paro de la UTA y ese es un ingrediente que colabora con que haya menos gente en el centro. Además, la administración pública no funciona completamente y muchas empresas privadas mantienen el teletrabajo.

San Honoratto y El Patio de los Naranjos, en barrio General Paz, registran un "buen nivel de reservas" teniendo "en cuenta las actuales circunstancias", dice Esteban Picolotti, su dueño. Por las nuevas exigencias, podrán tener 45 comensales en el primero y 16, en el segundo. "Esperamos llegar a esos niveles.Ya venimos de varios años castigados no sólo con menos cantidad de gente, sino con baja de rentabilidad. No sabemos cuántos más podremos o no resistir", explica.

Sus restaurantes -como otros en la ciudad- de lunes a jueves trabajan fuerte con el segmento de turismo y de clientes corporativos, por lo que Picolotti descuenta que lo que queda del año será "complicado; probablemente ya no recuperemos ese ticket" que en promedio es más alto que el de los fines de semana.

Gabriel Reusa, dueño de Goulu en el Cerro de las Rosas, decidió esperar para la reapertura: "Mover al personal hasta acá genera más gastos que lo que podríamos ingresar. La demanda está muy tranquila, vamos a seguir con nuestra apuesta a regalos gastronómicos y veremos. Reabriremos primero el bar y estamos analizando qué hacer con el restaurante".

La reapertura de los bares coincide con el inicio de la Semana de los cafés, una acción promocional que se realiza junto a la municipalidad. Parte de la recaudación de una de las jornadas irá a comedores y merenderos comunitarios. Esa actividad, el fin de semana largo y la cercanía del Día del Amigo entusiasma al sector.

En la provincia de Córdoba hay dos focos principales activos del nuevo coronavirus, uno en Villa Dolores que a suma 120 casos y otro en una localidad pegada a la capital, Malvinas Argentinas. En total, desde el inicio de la pandemia, se suman 746 casos, con el 69% dados de alta.