Coronavirus en la Argentina. Barbijo y distancia social, el sello del tiempo al aire libre

"¿Quién quiere de jamón y queso?", pregunta uno de los padres a las tres chicas sentadas sobre el banco del parque. "Agarrá una servilleta que sino te hacés todas migas", agrega otra de las madres. Mientras sus hijas disfrutan de un almuerzo al aire libre, sus padres dialogan a una justa distancia acerca de sus rutinas laborales.

"Es la primera vez que organizamos salir las tres familias. Las chicas se venían viendo muy de vez en cuando, cuando coincidíamos en el parque, y hoy decidimos salir juntos. Somos todos del barrio y el parque es un punto medio", describe Valeria Poitevin desde Parque Saavedra, en el barrio de Núñez.

Coronavirus en la Argentina: confirman 40 nuevas muertes y el total es 4450

El clima no importó para los vecinos que decidieron salir a ver un poco de verde, en medio de la pandemia por el Covid-19 y la cuarentena. Si bien, el sábado amaneció nublado y cubierto en neblina, los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires, tomaron coraje y eligieron salir, al menos por un corto tiempo. "Es el único día que me toca salir con mi nieto así que no me importó el clima y vinimos igual. A él le encanta venir a jugar con los patos, disfrutamos juntos. Suelo venir temprano que está menos transitado, pero hay muchas más personas en general", explica Rodolfo, el abuelo de Felipe de tres años, en los bosques de Palermo.

Perros que van y vienen con palos dentro de sus bocas. Niños que corren entre ellos en un juego de mancha improvisado. Padres que disfrutan tendidos sobre el césped mientras sus hijos les hacen demostraciones de habilidad con una pelota de fútbol. Hay otros menores, que aprovechan su tiempo para aprender a andar en monopatín, y los más grandes en bicicletas. Son variadas las actividades que se hacen presente en los diferentes parques de la ciudad.

Desayuno al aire libre

También aparecen los que eligieron desayunar en los diferentes parques, y disfrutan de sus mates que acompañan con alguna galletita. O, los grupos de amigos que se sientan en ronda y disfrutan de las medialunas. Aparecen los solitarios lectores, que eligen el verde para continuar con sus lecturas, o los pensativos, que disfrutan de sentarse y contemplar el ambiente.

"Arreglamos con un amigo para salir todos juntos a dar una vuelta en bicicleta, pero todavía no apareció y mi hijo ya se puso de mal humor. Somos todos de la zona, y solemos arreglar con otros padres para que los chicos se distraigan, vean otras caras, les hace tanto bien", señala Esteban, padre de Santiago de 12 años en uno de los ingresos a los bosques de Palermo sobre la Avenida del Libertador.

En la esquina de Salguero y la avenida Las Heras, una adolescente se encuentra con una amiga y dudan al momento de saludarse. No saben si chocar sus codos, mover su mano o animarse a un corto abrazo. Optan por la última. Luego contestan un mensaje en su celular, y salen de paseo por el Parque Las Heras, una caminata de reencuentro. "Es la primera vez que nos vemos. Salí con otras amigas, pero con ella es la primera vez. Vamos a caminar por acá un rato nada más", admite Camila Goncalves.

Dentro de ese parque llama la atención las pocas visitas presentes durante el mediodía. Apenas un puñado de padres con sus hijos disfrutan de la cancha de básquet para jugar. Es ahí, donde muchos niños aprovechan para patinar mientras los adultos hablan unos con los otros compartiendo situaciones rutinarias que trajo la pandemia. Las distancias sociales se mantienen, los adultos usan sus barbijos y los chicos miran atónitos hacia dónde correr.

"En sus marcas, listos, ya", grita uno de los padres a dos chicos para improvisar una carrera de bicicletas por el playón. Mientras, su pareja y dos padres amigos, toman un café y dialogan. Al otro lado del mismo parque una ronda de perros se reúne para jugar. Los dueños eligen ese punto por su extenso espacio verde y, al encontrar otros animales allí, eligen permanecer y jugar entre todos.

Los bosques de Palermo destinados al deporte

Las bicicletas no pararon de rodar alrededor de los lagos de Palermo. En parejas, solos o incluso de a tríos, el amplio recorrido que provee este sector de la ciudad se vio inundado de ellas. A modo de entrenamiento circularon todas en un mismo sentido, pese a que también anduvieron aquellos que solo buscaban un paseo recreativo o un modo más entretenido para recorrer los bosques.

A pesar de que el horario para la práctica deportiva ya había finalizado, algunos valientes eligieron este punto para realizar su corrida o su caminata exigida. Estuvieron presentes también, algunos patinadores deportivos, quienes con sus equipos practicaron sus figuras y destrezas al costado de los lagos. El día nublado y la alta humedad fueron los factores que llevaron a los deportistas a cambiar su horario de salida. Además, sobre el césped y a una distancia social respetable, no faltaron los grupos de no más de tres personas que realizaron sus rutinas de entrenamiento sin materiales en conjunto.

"Se me hizo más tarde y salí igual. Toda la semana veo gente haciendo deporte así que asumí que no habría problema. Siempre me cuido, voy con el tapabocas y respeto las distancias, solo frené para elongar", sostiene Mateo Centeno, quien acaba de finalizar su entrenamiento en bicicleta.

De todos modos los padres juntos a sus hijos también dijeron presente. Los niños optaron por jugar en los espacios verdes del lugar. Entre los árboles, o incluso arriba, gritaban y se reían entre ellos. Otros tantos, preferían caminar cerca de los lagos y alimentar a los patos y los gansos. Tampoco faltaron los que salieron con sus bicicletas y monopatines, y las pelotas de fútbol para elaborar unos pases.

"Solemos venir todos los sábados y vernos todos acá. Mis papás, mi hermana y mi cuñada. Todos quieren ver a mi hija, así que aprovechamos este espacio y salimos un rato", dice al pasar Renata junto a su esposo, Hugo, y su hija de tres años.