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Coriandro, carinata y trigo sarraceno: cuáles son los nuevos cultivos estrella

Ezequiel Nasser Marzo, en un lote con coriandro

Hay vida más allá de la soja, del maíz y del trigo. Muchos productores están cansados de los bajos precios de los commodities agrícolas, levantan la vista y buscan otras alternativas que ofrezcan mayor rentabilidad y ventajas como rusticidad, posibilidad de doble cultivo en el año o aporte de nitrógeno al suelo. El propósito no es dar un viraje de 180° ni modificar radicalmente el sistema de producción, sino diversificarlo con productos de nicho y specialities que reduzcan su exposición a mercados con oferta abundante. A continuación, las vivencias de algunos agricultores que ya empezaron a transitar ese camino, que, sin embargo, siempre encierra interrogantes comerciales y escasez de información sobre los manejos productivos.

Coriandro en el norte de Córdoba

El coriandro es una especie aromática de invierno, cuyo grano se exporta a países de Medio Oriente como condimento para las comidas, con un uso similar al de la pimienta. Ezequiel Nasser Marzo, gerente de producción en una empresa familiar de Jesús María, ya sembró la segunda campaña en el campo y ha obtenido alentadores resultados. En el ciclo pasado vendió el coriandro a 350U$S/t y presupuesta 14qq/ha en secano y 18 con riego para esta campaña en el norte de Córdoba.

El costo de producción en campo propio puede fluctuar de 8 a 12qq/ha en cada caso. Con estos datos, el margen bruto de la campaña 2020/21 podría llegar a 140US$/t versus 120 que se podrían obtener con el trigo en la zona. No obstante, Nasser Marzo aclara que "los precios del coriandro pueden sufrir fuertes oscilaciones, desde 200 a 400 US$/t". En su caso, la comercialización se concreta mediante un contrato con un exportador que le provee la semilla y le recibe toda la cosecha pagando un precio relacionado con la cotización FOB.

El coriandro se siembra en forma directa en otoño y se cosecha en noviembre. Es una especie rústica pero de lento crecimiento inicial. Tiene la ventaja de su baja demanda de agua durante el invierno y su buen comportamiento frente a plagas por su condición de aromática, con olor fuerte que repele plagas insectiles y enfermedades. Como desventajas figuran el escaso desarrollo genético, pocos productos fitosanitarios aprobados para el cultivo y el riesgo de desgrane previo a la cosecha por su maduración despareja.

Trigo sarraceno y sésamo en Tucumán

Dante Alejandro Koralsky conduce un campo familiar de 3000 hectáreas ubicado en el departamento de Buruyacú, al nordeste de Tucumán. "Para mantener la fertilidad de los suelos, desde hace años buscamos una rotación de cultivos; la clásica en la zona fue soja y maíz, pero el campo tiene muy poca infraestructura para almacenar los grandes volúmenes producidos por el cereal. Además, la soja tiene el problema del picudo negro, una plaga que exige muchas aplicaciones de insecticidas. Por esa razón buscamos cultivos alternativos que se adapten a la zona, alcancen rendimientos satisfactorios y generen suficiente rentabilidad", apunta Koralsky.

Primero probó con el garbanzo, pero tuvo muchos problemas sanitarios y comerciales. Fue así que incursionó en el cultivo de trigo sarraceno y sésamo. El primero es una especie de verano: se siembra en enero y se cosecha en abril, gracias a su ciclo de 75 días. El ciclo corto resulta una ventaja en términos de humedad remanente para el cultivo de invierno siguiente. El trigo sarraceno puede rendir 800Kg/ha en esa zona y su precio trepa a 1000-1200US$/t, pagado por los fabricantes de harina para celíacos, por no tener TACC ni gluten. Entre sus desventajas figuran su escaso mejoramiento genético y que su rendimiento puede ser afectado por ataques de palomas.

Koralsky también siembra sésamo como cultivo de verano, con el que se pueden alcanzar 700-800Kg/ha en abril, con un valor de venta de 1100US$/t. Los compradores del producto lo incluyen en el puré de garbanzo. También probó con poroto mung, con el que obtuvo 2000Kg/ha, que vendió al 550 US$/t a retirar del campo, con un costo de producción del orden de 250 US$/ha. "Es un cultivo parecido a la soja, pero no es atacado por el picudo", diferencia Koralsky. Este producto es demandado por la exportación y el consumo interno.

Koraslsky observa una demanda creciente de legumbres en los últimos años, de la mano de las nuevas tendencias hacia el veganismo y el vegetarianismo. Es un entusiasta de las specialities -en el campo también está probando moringa, maíz amiláceo y quinoa- y tiene los vínculos comerciales para ubicar toda la producción.

Carinata

Brassica carinata en el norte de Buenos Aires

El año pasado, en su campo de Arrecifes, Mateo Girart probó Brassica carinata, una especie de desarrollo invernal de la familia de la colza, cuya semilla produce 48% de aceite no comestible. Este producto es utilizado como base de biocombustible para aviones porque genera 70% menos de emisiones de carbono. El interés por el cultivo provino de la necesidad de rotación de raíces para lograr una descompactación de los suelos y suplir a la colza en el planteo productivo, además de un precio de 375US$/t que duplicaba al del trigo en esa campaña.

Girart afirma que "sembrada en abril y con buen manejo, debería alcanzarse un rendimiento del orden de 18qq/ha". Se implanta en forma directa sobre rastrojos de soja o maíz, a razón de 3,5-4Kg/ha, a una profundidad similar a la de la alfalfa. Entre las fortalezas de este cultivo figuran su rusticidad y plasticidad comparada con la colza y un efecto de "subsolado" producido por un sistema radical pivotante muy grueso. Para una maduración uniforme necesita la aplicación de un desecante pero, al no producir desgrane, su cosecha es menos riesgosa que la de canola.

Entre las cuestiones a vigilar figura el tamaño pequeño del grano, que exige cuidados en la siembra y en el transporte, y la necesidad de que el productor esté certificado para comercializarlo. Se exporta como grano desde el puerto San Pedro de Grobocopatel hnos.

Jorge Ossana, productor e ingeniero agrónomo, Marco Ossana, productor e hijo de Jorge y Hernán Otamendi productor e ingeniero agrònomo

Un planteo intensivo en Córdoba

Hernán Otamendi y Jorge Ossana son dos ingenieros agrónomos miembros del CREA Ranqueles y de la regional La Pampa de Aapresid que invirtieron sus ahorros en una chacra de 205 hectáreas en Tres Acequias, a ocho kilómetros de Río Cuarto, en el cinturón frutihortícola verde de la ciudad.

Los suelos del campo son heterogéneos -arenosos, franco limosos y arcillosos-por haber formado parte del cauce viejo del río Cuarto. El contenido de materia orgánica varia de 1 a 3,5% según la textura y el relieve.

"Con una superficie pequeña, estamos obligados a desarrollar un esquema intensivo, con el doble cultivo como sistema predominante, aunque buscando siempre la sustentabilidad", afirma Otamendi. Para poder desarrollar ese planteo implementaron riego por pivote y subterráneo, con cañerías a 40 centímetros de profundidad y un metro de distancia, en 110 de las 205 hectáreas. Estos sistemas son más eficientes que el original de acequias y riego por inundación.

"La rotación empleada el primer año de un lote incluye vicia villosa como cultivo de invierno, que se seca a principios de primavera para sembrar maíz pisingallo", explica Ossana. Esta secuencia generó un margen bruto de 1124U$S/ha en secano en la última campaña, gracias a los 320U$S/t que se cobraron por el maíz pisingallo.

Otra posibilidad es no secar la vicia y producir semilla con un rinde del orden de 800Kg/ha, que se vende a 2U$S/kg. En ese caso, como durante la cosecha ocurre desgrane, se obtiene un cultivo espontáneo al año siguiente, sin sembrarla, que es sucedida por maíz tardío.

La vicia mejora el suelo a través del aporte de nitrógeno y de la promoción de la actividad biológica: en un ensayo realizado recientemente en la chacra, se contaron 483 lombrices por metro cuadrado en los primeros 12 centímetros del perfil implantado con vicia vs 40 en el cultivado con centeno.

En el tercer año se puede incorporar el trigo como cultivo comercial invernal o el centeno para semilla, un producto muy demandado por productores que buscan hacer cultivos de cobertura. Otra posibilidad es implantar variedades especiales de zanahoria para producir semilla, que se puede vender a 4-6U$S/kg, con un rinde de 400 a 800Kg/ha.

A modo de síntesis, Otamendi concluye: "desarrollamos en sistema intensivo pero sustentable, flexible ante cambios de precios, que protege los suelos y que, a la vez, genera una rentabilidad suficiente para amortizar las inversiones que exige el planteo".

Un proceso sin límites

El camino de las especialidades agrícolas surgió tímidamente hace dos décadas, se ensanchó en los últimos años y se proyecta como una autopista con mucho potencial hacia el futuro. En ese sendero, permanentemente aparecen nuevas alternativas agrícolas para proveer a la industria de bioproductos y para satisfacer a los consumidores, con sus permanentes cambios de hábitos en búsqueda de nuevos estímulos sensoriales Estos son otros de los cultivos que despiertan interés:

Tomate de árbol

Se desarrollan racimos de tomates redondos u ovalados en árboles dispuestos en filas como los olivos, que se pueden cosechar durante todo el año. Un rendimiento alcanzable son 40 toneladas por hectárea

Quinoa

Los consumidores la buscan por su alto contenido de proteínas, que duplica al de los cereales, y por proveer ocho aminoácidos esenciales. Se cultiva principalmente en zonas andinas; los principales países productores son Perú, Ecuador, Bolivia y la Argentina

Maíz amiláceo

De color amarillo y sabor dulce, rico en antioxidantes y vitaminas del grupo B, mantiene buena textura una vez cocido y adquiere una consistencia almidonosa. Se emplea en ensaladas o para preparar humita o pastel de choclo

Manzanilla

Es una planta perenne con inflorescencias amarillas y blancas, con forma de capítulo. Se utiliza para infusiones con efectos digestivos y sedantes, y como materia prima de cosméticos para el cabello

Lúpulo

Planta trepadora perenne, cuyas flores se usan como equilibrante del dulzor de la malta de cebada en la elaboración de cerveza. El componente amargo del sabor de esta bebida es aportado por la lupulina, un compuesto presente en las brácteas de las flores