Constellation Brands hace las paces con el gobierno de México

La cervecera Constellation Brands, que produce marcas como la de Corona, llegó a un acuerdo con el gobierno mexicano para abrir una planta en el sureste del país, luego de que en el 2020 le fueran revocados los permisos para operar en Mexicali, Baja California, a pesar de contar con casi la mitad del proyecto construido.

Según dio a conocer el Wall Street Journal, esta misma semana Andrés Manuel López Obrador hará el anuncio de una inversión por 1.300 millones de dólares para el nuevo desarrollo.

Anteriormente, Tatiana Clouthier, titular de la Secretaría de Economía, había dado a conocer que la empresa contemplaba invertir en Veracruz, por lo que se especula que esa sería la ubicación de la planta. Sin embargo, no hay datos confirmados.

El puerto cuenta con vías de acceso por vía marítima a Estados Unidos, principal destino para las exportaciones del consorcio, que incluyen las marcas Modelo, Pacifico, Victoria y Corona, la más vendida en territorio estadounidense.

La ruptura antes del reencuentro

En el primer trimestre del 2020, a tan sólo unos meses de que se cancelara la construcción del Nuevo Aeropuerto de Texcoco, el gobierno obradorista puso a consulta la continuación del desarrollo de la planta en Mexicali, Baja California.

Constellation Brands es la tercera compañía de cerveza más grande en los EU, así como productora, comercializadora y proveedora exclusivo de diversas marcas de cerveza importadas; y en 2015 había firmado el acuerdo de invertir más de 4 mil 500 millones de dólares en el país.

En cumplimiento de este acuerdo, planeaban una inversión de 1.400 millones de dólares para contar con una planta en Mexicali, generando de 3 mil a 4 mil empleos temporales y al menos 750 puestos de trabajo altamente calificados para su operación.

A pesar de contar con los estudios de impacto ambiental necesarios, que determinaban que la cervecera sólo consumiría el 1,8% del agua total disponible, al proyecto se opusieron diferentes organizaciones civiles y políticas que acusaban el riesgo en que se pondría la seguridad hídrica de la región por la operación de la planta.

La consulta se llevó a cabo en Mexicali el 21 y 22 de marzo del 2020 y a las 27 mesas instaladas acudieron casi 37 mil personas, menos del 5 por ciento de los que tenían posibilidad de votar, de las que el 76 por ciento, es decir, casi 28 mil personas, no estuvieron de acuerdo con que se terminara el desarrollo industrial cervecero.

“Yo voy a hablar con los, si es necesario, con los dueños de la empresa para darles mi punto de vista. Claro que nos importa la inversión, no estamos en contra de la inversión extranjera, mucho menos vamos a estar en contra de la creación de empleos, pero también tenemos que tomar en cuenta la opinión de la gente y tenemos que cuidar nuestros recursos naturales”, dijo en ese momento López Obrador.