Yahoo Noticias Conoció a un hombre amable en Miami. Se convirtió en el verdugo que la llevó al infierno
Cuando Julia Sakamoto conoció a un hombre en una estación de transporte público de Miami que la trató con amabilidad y la invitó a cenar, nunca imaginó que se transformaría en su verdugo durante dos semanas tras secuestrarla, torturarla y trasladarla a otro estado con un objetivo macabro.
Se acercó a ella, se presentó como un productor musical que viajaba con frecuencia al sur de la Florida y le pidió su número de contacto. Sakamoto, de origen brasileño, al principio no quería salir con él, pero aceptó en un momento en que se encontraba muy vulnerable porque había finalizado una relación tóxica y su mamá estaba muy enferma.
“Soy una mujer transexual y soy muy precavida porque en Brasil las personas transexuales sufren mucha violencia. Sabía que debía tener cuidado”, dijo a el Nuevo Herald en una entrevista.
A pesar de su precaución, Sakamoto, de 24 años de edad, fue víctima de tráfico humano con fines de explotación sexual en Florida, el tercer estado con mayor número de casos de trata de personas después de California y Texas.
Un delito atroz que las autoridades de Florida combaten en varios frentes, mientras que organizaciones ayudan a las víctimas a superar el infierno vivido y las preparan para que se reincorporen a la comunidad.
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En 2021 se registraron 781 casos en los que 1,253 víctimas estuvieron involucradas, de acuerdo con Human Tracking Hotline.
A nivel internacional se calcula que hay aproximadamente 27.6 millones de víctimas que “lamentablemente, muchas de ellas a menudo están ocultas ante nosotros”, informó el Departamento de Estado de EEUU al conmemorar este enero el Mes de la Prevención de la Trata de Personas.
Una de las organizaciones que ayuda a las víctimas es Camillus House, con sede en Miami, donde reciben servicios para recuperar la estabilidad emocional y mental que les permita reintegrarse a la comunidad y puedan ir a la corte, si lo desean, a testificar contra sus verdugos.
Desde el 15 de julio de 2015 que inició este programa ha prestado asistencia a 243 víctimas, en su mayoría mujeres, y a unas diez personas que están en proceso de cambiar de sexo, dijo Hilda Fernández, directora ejecutiva de Camillus House.
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“El 95.4% de las personas que hemos ayudado son mujeres”, puntualizó en una entrevista con el Nuevo Herald.
Explicó que el tráfico humano es utilizado para la explotación sexual y la esclavitud laboral. La mayoría de las víctimas que en el programa son mujeres que cayeron en las garras de traficantes que las prostituyeron.
El terror de una víctima
Sakamoto, de madre brasileña y padre japonés, fue forzada a prostituirse después de ir a cenar a South Beach con quien se convertiría en su captor. Luego de la velada la llevó bajo engaño al hotel donde se hospedaba arguyendo que necesitaba buscar algo. No quería ir, pero él la convenció.
Una vez dentro de la habitación comenzó el infierno de Sakamoto que le causó, incluso, trastorno de estrés postraumático (PTSD).
“Me puso un arma en la cabeza, me torturó unos cuatro días (...) Me quitó la ropa, me obligó a bañarme con agua fría, me dejó desnuda sentada en un sofá, no me dejaba dormir, ni moverme. Eso fue la primera noche, los demás días me entrenó para prostituirme”, relató.
El traficante, de unos 30 a 40 años de edad, le exigía generar entre $200 a $500 por noche y tenía un plan: llevarla a Texas, luego a New Orleans, donde ella dijo que el hombre pertenecía a una pandilla, y después a Las Vegas.
Durante el traslado a Texas la obligó a mantener la cabeza baja y le impedía mirar a las personas. También le incautó el teléfono celular y le vació la cuenta bancaria.
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La noche antes de que la policía la encontrara , su captor realizó lo que ella asegura fue un rito satánico. Se hizo un corte cerca de la muñeca y la sangre que brotó la esparció sobre el cuerpo de Sakamoto.
El plan del traficante se vio truncado cuando las autoridades encontraron a ambos en un hotel de Texas, “gracias a que mi mamá emprendió una campaña para que me buscaran”.
Mientras la policía hablaba con ella en el hotel, su captor logró escabullirse y aún sigue prófugo, dijo la maquilladora profesional y pintora.
Superar ‘horribles circunstancias’
Fernández detalló que el objetivo de Camillus House es suministrar a las víctimas un sistema completo de ayuda con trabajadores sociales y terapistas.
Las víctimas pueden permanecer en el programa el tiempo que necesiten. Algunas han estado casi 90 días en promedio y siete permanecieron entre nueve y diez meses.
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La directiva dijo que son personas con mucho trauma, tienen problemas de drogas inducidos por sus captores y necesitan un lugar donde, además de sentirse seguras y recuperarse, tengan entrenamientos para obtener empleos, culminar sus estudios y reciban asistencia con programas de viviendas.
El 52% de las víctimas declara que padece problemas de salud mental y otro 30% afirma tener problemas de adicción.
También reciben ayuda para tramitar sus documentos de identidad que les roban los traficantes, y para disimular tatuajes que les ponen en los senos como “una marca de su propiedad, igual como se hace con las vacas en las fincas”.
“El propósito y objetivo final es prepararlas para que puedan superar las horribles circunstancias que vivieron y se independicen”, dijo Fernández.
Camillus House recibe víctimas referidas por la Fiscalía Estatal de Miami-Dade, agencias policiales o el Departamento de Seguridad Nacional durante las 24 horas del día y los siete días de la semana. También a las víctimas que se comunican directamente con la organización.
La edad promedio es 25 años, pero han recibido de más edad como fue el caso de una mujer afroamericana de 54 años, de Georgia, que fue vendida por su mamá que tenía problemas de adicción, a un familiar por $500 cuando la víctima tenía ocho años. Sufrió abuso sexual y terminó en redes de tráfico humano.
Las víctimas son atendidas en un espacio que trata de recrear el ambiente de un hogar donde también les imparten clases de yoga.
“He recibido muchos beneficios, me han dado la oportunidad de estudiar bachillerato y nos dan tiempo para reconstruirnos. Todavía tengo ataques de pánico y PTSD”, dijo Sakamoto quien lleva un año en el programa.
Combatir el tráfico humano
En 2022 el Departamento de Cumplimiento de la Ley de Florida (FDLE) y la Patrulla de Carreteras (FHP) crearon un equipo especial contra la trata de personas y el contrabando de drogas para atrapar a los traficantes en las carreteras del estado. Estas operaciones han generado 206 acusaciones.
Además, el Departamento estatal de Seguridad Vial y Vehículos Motorizados y la FHP se unieron a la procuradora general del estado, Ashley Moody, para lanzar la iniciativa “Highway Héroes” en 2020 para capacitar a medio millón de conductores comerciales sobre cómo identificar y denunciar sospechas de trata de personas.
Desde su implementación más de 6,500 conductores, empleados de transporte y miembros de la FHP han recibido capacitación proporcionada por Truckers Against Trafficking.
Los bomberos de Miami-Dade que operan en el Aeropuerto Internacional de Miami (MIA) también recibieron capacitación adicional los primeros días de enero.
Miami-Dade es considerada la principal zona de tráfico humano en Florida, de acuerdo con la Fiscalía Estatal del condado.
El Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) a su vez ofrece información detallada para las víctimas y cómo detectarlas en su sitio en internet, en inglés y español.
