Con un ojo en China, la UE busca controlar más la inversión extranjera

FOTO DE ARCHIVO: El presidente chino Xi Jinping camina junto a la canciller alemana Angela Merkel durante la cumbre del G20 en Hamburgo, 7 de julio de 2017. REUTERS/Wolfgang Rattay/File Photo

Por Philip Blenkinsop

BERLÍN/BRUSELAS (Reuters) - Los miembros del Parlamento Europeo están cerca de un acuerdo sobre una propuesta que ampliaria los poderes de la Comisión Europea para vigilar las inversiones extranjeras en plena preocupación por las adquisiciones chinas en Europa.

La comisión de comercio internacional de la cámara ha comenzado a debatir casi 450 enmiendas a una propuesta legislativa presentada por la Comisión Europea el año pasado, y está cerca de completar un borrador propio, que se espera sea votado en comisión el próximo lunes, según varios responsables implicados en las conversaciones.

Éstos dijeron que la propuesta parlamentaria sería más fuerte que la de la Comisión en varios aspectos: extendería la lista de sectores que podrían atraer la vigilancia de la UE y obligaría a que el brazo ejecutivo de la UE vete inversiones sospechosas en lugar de sólo darle la opción de hacerlo.

El borrador ofrece una definición mucho más amplia de lo que se conoce como infraestructuras y tecnologías críticas que podrían desencadenar el proceso de revisión. Entre los sectores añadidos a la lista están los de medios de comunicación, deportes, automoción e infraestructuras electorales.

El nuevo texto subraya la importancia de salvaguardar los datos personales de ciudadanos de la UE. El borrador hace más hincapié en las inversiones que se pueden realizar bajo la influencia de un Estado, lo que pone de relieve los temores a que las empresas chinas estén comprando rivales en Europa como parte de una estrategia industrial orquestada por Beijing.

"Será más fuerte que la propuesta de la Comisión. Hay más sectores. Hay muchos añadidos", dijo un responsable de la UE implicado en las conversaciones.

Una vez aprobado en comisión, el plan es llevarlo rápidamente para su negociación con la Comisión y el Consejo Europeo, evitando el voto en el Pleno del Parlamento, según varios responsables. Para que prospere la legislación, tiene que haber consenso entre las tres instituciones europeas.