La compra-venta de medios de comunicación es posible en democracia | Opinión

Cuando no existe la propiedad privada sobre los medios de producción, no es posible realizar una transacción legal de compra-venta, algo que caracteriza a los sistemas comunistas.

Recientemente fueron vendidas 18 emisoras de radio con alcance nacional, pertenecientes a una poderosa cadena de medios. La venta en cuestión ha generado todo tipo de comentarios y nosotros a continuación analizaremos varios aspectos inherentes a ella.

Todos los medios en general tienen una línea editorial principal. Sin embargo, la ética profesional que rige el desempeño periodístico, propicia la participación de todos los sectores, estén o no de acuerdo con esa línea editorial. Esto no es solo ética, es además necesario para una información completa que alcance a la mayor proporción de la población; recordemos que el nivel de audiencia que tenga un programa determina la cantidad de anunciantes que estén presentes en él.

Desde luego, existen varias aristas que marcan las actividades en los medios y que suelen manifestarse ocasionalmente. Por ejemplo, para nadie es un secreto que existen presentadores de programas de opinión, que aunque son reconocidos, han vetado a personajes, que incluso no conocen personalmente. Es una situación inexplicable, pero evidentemente alejada de la ética profesional.

La pregunta es, ¿acaso estos presentadores no son buenos profesionales? Por supuesto, al parecer mientras el programa sea exitoso, todo lo demás es secundario.

Muchos programas de opinión por radio y TV tienen el formato de debate. Bajo el mismo se confrontan una serie de argumentos contrapuestos que lo hacen interesante elevando así su audiencia ¿Pueden ir contra la línea editorial del programa? Lo importante es que se respeten todas las posturas, honrando así a la ética profesional y a la vez, despertando el interés del público.

En todo este asunto, por supuesto el propósito económico es un factor principal; en nuestro sistema, cuando se compra o vende un negocio, usualmente se le ofrece al mejor postor, independientemente de su tendencia política.

En el caso que nos atañe; sabemos que las 18 emisoras de radio recientemente vendidas son a ultranza unas de las principales defensoras de la democracia ya que la mayoría de su programación están a favor de la economía de mercado y en contra de ideologías dictatoriales o comunistas.

Lógicamente, muchos pudieran pensar en lo que sucedería una vez que la FCC autorice la transacción.

¿La programación de las emisoras cambiará? ¿Varios presentadores opuestos a la nueva línea editorial, serán despedidos?

Hemos podido conocer, que aún después de realizada la venta, la cadena vendedora seguirá controlando las emisoras por algunos meses posteriores, de manera que el nuevo grupo adoptará decisiones solo después de ese plazo. Pudiera ser que algunas cosas cambiarían entonces. Se comenta incluso, que una nueva programación pudiera hasta llegar a influir en las próximas elecciones presidenciales del 5 de noviembre de 2024.

El origen principal de la discusión generada por esta adquisición, se debe al supuesto financiamiento de la transacción por parte del inversionista George Soros, conocido por su activismo izquierdista.

Los recursos financieros al parecer siguen dominando todos los escenarios y el patriotismo y defensa de nuestro sistema continúan quedando en un segundo plano.

El ejemplo más sonoro de esta afirmación es el comercio con China, que es un país comunista conocido por oprimir a su pueblo. Sin embargo, China se convirtió en la fábrica de EEUU y del mundo.

Aquí surge la interrogante, teniendo nosotros un modo de producción capitalista, ¿por qué comerciamos con ellos? Evidentemente, la respuesta está en el beneficio económico. El costo de la mano de obra china es irrisorio comparada con la nuestra. Esto arrojó como consecuencia que la mayoría de empresas manufactureras trasladaran su producción a China, abandonando sus plantas en Estados Unidos.

Actualmente, el costo de reposición de dichas plantas es tan elevado que resulta un negocio seguir fabricando allí. De manera que la estrategia China funcionó; mientras EEUU se queda con los diseños y las patentes, ellos se quedan con la producción. Entonces llegará el momento de presionar con los precios o dejar de producir como ha ocurrido ahora con la pandemia, en cuyo caso la escasez será galopante, la inflación estará por las nubes y enfrentaremos una difícil recesión económica.

Las consecuencias de hacer negocio con Dios y con el diablo, son impredecibles. Por eso debemos defender nuestra democracia en todas las instancias.

En ese sentido “nunca es tarde cuando la dicha es buena”, afortunadamente en Florida ya se ha aprobado una Ley Educativa Anticomunista conocida como “Civic Education Curriculum”, cuyo propósito es enseñar a los estudiantes en que consiste esa nefasta ideología.

De esta forma Florida se convirtió en el primer estado de EEUU en defender activamente nuestra democracia.

Benjamín F. DeYurre es un economista y periodista. Twitter: @DeYURRE.