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Compañeros de equipo en Brooklyn, rivales en la MLS

El alero de los Nets de Brooklyn, Kevin Durant, tiene una participación parcial en la propiedad del Philadelphia Union. (Jed Jacobsohn/The New York Times)
El alero de los Nets de Brooklyn, Kevin Durant, tiene una participación parcial en la propiedad del Philadelphia Union. (Jed Jacobsohn/The New York Times)

El verano pasado, en los primeros días de la reanudación de la temporada de la Major League Soccer (MLS), Jim Curtin, entrenador del Philadelphia Union, les dijo a sus jugadores que había conseguido a un invitado especial para una videoconferencia.

Los jugadores del Union estaban en la burbuja pandémica de la liga en Walt Disney World, en las afueras de Orlando, Florida, y, debido a los protocolos de salud y seguridad que prohibían las grandes concentraciones de personas, se habían dispersado en sus habitaciones del hotel para la videollamada. Pronto apareció una figura conocida en sus pantallas. Kevin Durant, uno de los nuevos propietarios del equipo, se había conectado para darles unas palabras de ánimo.

A medida que el discurso de Durant —un mensaje sobre lo que se necesita para tener éxito y convertirse en campeón— se transformaba en una discusión sin temas prohibidos, los jugadores le preguntaron acerca de sus títulos de campeonato de la NBA con Golden State, sobre su decisión de unirse a los Nets de Brooklyn en la agencia libre y sobre su rehabilitación de una intervención quirúrgica del tendón de Aquiles.

“A nuestros jugadores les impactó esa conversación porque todos han estado lesionados en ciertos momentos y saben lo solitario que eso puede ser y la lucha por regresar a la cima”, afirmó Curtin. “Lo interesante es que tengo chicos de 15 países en mi grupo y todos dijeron: ‘Fue increíble’. Creo que el aporte de Kevin al equipo fue más grande de lo que pudo haber imaginado”.

Cuando Durant acordó comprar una participación del 10 por ciento en el Union en junio del año pasado —una inversión de más de 20 millones de dólares— se unió a un creciente pero selecto club de estrellas del baloncesto que han adquirido interés en equipos profesionales de fútbol. Lebron James fue todo un visionario cuando en 2011 se aseguró una pequeña participación en el club inglés Liverpool.

Durante un breve periodo, Carmelo Anthony fue dueño del Puerto Rico FC de la ya desaparecida North American Soccer League y la estrella de la WNBA Candace Parker compró recientemente una fracción del Angel City FC, un equipo de expansión de la National Women’s Soccer League (NWSL).

Durant ni siquiera es el único propietario de un equipo de fútbol en el vestuario de los Nets. Diariamente recibe recordatorios de la veloz polinización cruzada de la NBA con la MLS: Steve Nash, el entrenador de los Nets, es copropietario de los Vancouver Whitecaps; Joe Tsai, propietario de los Nets, tiene una participación en Los Ángeles FC, y James Harden, uno de los compañeros de equipo de Durant, llegó esta temporada a Brooklyn con un trozo de propiedad del Houston Dynamo.

El guardia de los Nets de Brooklyn, James Harden, en el centro, tiene una participación de propiedad parcial del Houston Dynamo de la MLS y del Dash de la NWSL. (Michelle V. Agins/The New York Times)
El guardia de los Nets de Brooklyn, James Harden, en el centro, tiene una participación de propiedad parcial del Houston Dynamo de la MLS y del Dash de la NWSL. (Michelle V. Agins/The New York Times)

“Estoy seguro que cuando enfrentemos a esos chicos, James y yo tendremos una pequeña apuesta”, dijo Durant en una entrevista telefónica. “Es genial ver a tipos en nuestro deporte dar un paso al frente y hacer algo distinto”.

La participación de importantes jugadores de baloncesto en el fútbol estadounidense se produce en un momento en el que los atletas —en particular atletas de color— están aprovechando cada vez más su riqueza y sus perfiles públicos para cambiar la dinámica tradicional entre propietarios y atletas. Consideremos el hecho de que no solo Parker es propietaria en la NWSL, sino también Serena Williams y Naomi Osaka, estrellas del tenis que entienden la influencia que tienen y están aprovechando las oportunidades para ejercerla más allá de la cancha.

“Creo que los jugadores se están dando cuenta de que ahora tienen la oportunidad de no solo limitarse a jugar para sus equipos y recibir un pago de esos propietarios”, dijo Parker. “Tienen la oportunidad de escribir los cheques. Esta generación tiene una mentalidad diferente”.

Parker dijo que empezó a tomarse más en serio la idea de ser propietaria de un equipo en los últimos años como jugadora de Los Angeles Sparks. Dijo que había llegado a conocer a los propietarios y le intrigaba lo que sucedía tras bambalinas y el profundo efecto que tenían esas decisiones.

Durant dice que se ha metido de lleno en los asuntos del Union. Participa en las conferencias telefónicas semanales del grupo de propietarios. Ha conversado con los entrenadores sobre desarrollo y entrenamiento. Ha dado sus opiniones, sobre todo, desde el diseño de las camisetas hasta la relación con la comunidad. Se ha reunido con los jugadores para tratar temas de justicia social y ayudó a que el equipo desempeñara un papel en una campaña de registro de votantes el año pasado. Además, ha mostrado una tendencia a opinar sobre decisiones arbitrales dudosas, como cualquier otro buen aficionado del Union.

Luego de que el Union perdiera a dos de sus mejores jugadores durante el receso de temporada —el centrocampista Brenden Aaronson ahora juega en Austria y el defensa Mark McKenzie se fue a Bélgica— Durant podría ser la adición más notoria del equipo en el último año.

Durant no fue exactamente un aficionado del fútbol durante su niñez y adolescencia en el condado de Prince George, Maryland, en las afueras de Washington D. C. Ya con 2 metros de estatura para el momento en el que entró en la secundaria, Durant pasó la mayoría de su tiempo perfeccionando su tiro en suspensión. Sin embargo, dijo, sí solía jugar algo de fútbol con sus amigos y casi de inmediato identificó un paralelismo entre ambos deportes.

“Estoy seguro que una de las cosas que le encanta de esto es que depende de marcar un tanto”, dijo Rich Kleiman, mánager y socio comercial de Durant.

Al principio de su carrera en la NBA, Durant realizó un par de viajes promocionales a Europa en nombre de Nike, uno de sus patrocinadores. Allí conoció a algunos de los otros promotores globales de la compañía, y descubrió que eran jugadores de fútbol. La exposición de Durant con este deporte siguió creciendo cuando se unió a los Warriors y desarrolló una relación con Nash, quien en ese momento trabajaba como consultor de desarrollo de jugadores. Nash, quien ha sido copropietario del Whitecaps desde 2008, es un ávido jugador de fútbol cuyo hermano Martin estuvo alguna vez en la selección nacional de Canadá.

“A Steve le encanta el fútbol”, dijo Durant. “Hemos hablado sobre lo que significa ser propietario y cuánto viaja para mantenerse al día con el equipo y con qué frecuencia va para allá”.

Durant recordó una experiencia formativa en 2019, cuando vio un comunicado de prensa que anunciaba que Harden se había unido al grupo propietario del Dynamo y del Houston Dash de la NWSL. “Me empecé a interesar más y más cuando vi a algunos de mis compañeros meterse en esto”, dijo Durant.

Para atletas como Durant, dijo Kleiman, las franquicias de fútbol son “un punto de entrada realista” para el mundo de los propietarios de equipos. Los jugadores actuales tienen prohibido adquirir participaciones en equipos de la NBA o la WNBA y las valoraciones de las franquicias de la NFL y los principales clubes de fútbol europeos pueden llegar a los miles de millones de dólares, lo que aleja las participaciones importantes de propiedad del alcance de incluso atletas millonarios (por supuesto, hay excepciones: el mes pasado, James le compró una participación menor de los Medias Rojas de Boston a los mismos socios que son dueños del Liverpool).

Durant había conversado con otro equipo de la MLS, el D. C. United, sobre la posibilidad de invertir en el equipo, hasta que esas negociaciones se estancaron. Cuando The Athletic informó sobre esas discusiones en octubre de 2019, el propietario mayoritario del Union, Jay Sugarman, lo contactó.

“Fue una especie de momento fortuito”, dijo Sugarman. “Estábamos buscando voces diferentes en nuestro grupo de propietarios”.

Para junio del año pasado, el acuerdo ya era oficial. La participación de propiedad de Durant incluye una asociación de mercadeo con Thirty Five Ventures, la compañía de deportes, medios y entretenimiento que cofundó con Kleiman. Pero, además, le ha dado el desafío de ganar un campeonato en otro deporte.

El Union terminó con el mejor récord de la MLS en la temporada reducida del año pasado, pero fue eliminado en la primera ronda de las eliminatorias. Tanto ellos como Durant quieren tener un mejor desenlace este año.

“Solo queremos seguir construyendo. Queda mucho trabajo por hacer”, dijo Durant.

This article originally appeared in The New York Times.

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