Comodoro Rivadavia: las primeras trillizas gemelas del país cumplen nueve años

Uma, Briana y Luana nacieron en Comodoro, cumplirán este lunes 9 años y fueron, según los registros, el primer caso de trillizas gemelas.

COMODORO RIVADAVIA.- Uma, Briana y Luana nacieron en Comodoro. Mañana cumplirán 9 años y fueron, según los registros, el primer caso de trillizas gemelas. Su historia recobró fuerza en las últimas semanas cuando se conoció que también en esta ciudad se registró el segundo nacimiento con estas características, pese a que las estadísticas revelan que hay un embarazo de trigemelas cada aproximadamente 200 millones.

Las trillizas celebrarán la vida junto a Silvina y Facundo, sus padres, quienes sí tienen plena conciencia de todo lo que pasaron para que las pequeñas crezcan sanas y felices.

El segundo caso se conoció también en agosto, pero de este año. Se trata de Reyna Iris Aytana y Aryadne Liz Eunice, que aún se encuentran internadas en un centro de salud de Comodoro. Priscila Eris Alely, la tercera de las pequeñas que nacieron el último 12, murió la semana pasada. Las trillizas llegaron al mundo con una gestación de 23 semanas (seis meses) y un peso por paciente inferior a 750 gramos. A raíz de su condición, fueron puestas en observación en incubadoras.

El caso reavivó el archivo en Comodoro, donde pese a la rareza estadística hubo otro nacimiento de trillizas gemelas. Silvina, la madre de las tres nenas que mañana cumpirán 9 años, contó el impacto de la noticia que, tras 40 días en terapia intensiva y estrictos cuidados durante los primeros meses, los consolidó como familia numerosa.

Trigemelas

En 2010 la joven pareja ya eran los padres de Mía, la hermana mayor de las trigemelas. Facundo quería que Mía "no sea hija única" y apostaron a agrandar la familia.

Silvina dejó de tomar las pastillas anticonceptivas, pensando que la búsqueda sería larga. "Yo esperaba el segundo y último; el varón. Mía tenía 3 años, dejé las pastillas en enero y nos fuimos de vacaciones en febrero. Me empecé a sentir mal, lo asociaba con la altura de Villa General Belgrano, pero ni de casualidad imaginé que podía estar embarazada", aseguró.

Ya en Comodoro, Facundo y Silvina hicieron la consulta médica con un ginecólogo, sin imaginar que la sorpresa vendría por partida triple. "Nos hicimos todos los estudios un mes después y fue lo más loco, parecía una cámara oculta porque iban encontrando cada vez más bebés", recordó sobre la primera ecografía.

"La pantalla estaba rota y yo no veía lo que estaba viendo el ecógrafo con mi marido. Pero me generaba mucha ansiedad porque me decía 'a ver no para.si, no, ah, sí', y no me decía nada más, hasta que me dijo 'no es uno, creo que son dos'. Esas pausas a mí me mataban. Yo pensaba que pasaba algo malo hasta que me dijo: 'Discúlpame, en 40 años de trayectoria, es la primera vez que me pasa algo así. No son dos...son tres'", recordó.

Las nenas eran, además de trillizas, gemelas. Esto ocurre como resultado de la fecundación de un óvulo y un espermatozoide que se dividieron en tres embriones en la primera etapa de gestación. Los tres se alimentan de la misma placenta, con tres cordones umbilicales pero cada uno se desarrolla en su propia bolsa amniótica.

Silvina recordó que previo a tener a Mía había perdido un embarazo. El de las trillizas era un embarazo de riesgo y tuvo guardar reposo para que las bebés estén el mayor tiempo posible en la panza, ya que los prematuros no suelen llegar a las 45 semanas de gestación. Tuvo preeclamsia (presión alta durante el embarazo) e hinchazón en su cuerpo, algo natural en el embarazo pero de mayor magnitud en este tipo de circunstancias.

Las tres gemelas nacieron el 26 de agosto

Tras largos meses de espera, las trigemelas nacieron el 26 de agosto de 2010, a las 33 semanas. De la cesárea participó un equipo de más de 10 personas. Uma pesó 1260 kg; Briana, 1550 Kg y Luana 1,680 kg, respectivamente.

Hay un embarazo de trigemelas cada aproximadamente 200 millones

Silvina pudo ver a sus hijas tres días después de su nacimiento. En ese momento, ya estaban en la terapia intensiva infantil, a donde estuvieron cuidadas por casi 40 días, bajo un estricto control médico y de las enfermeras.

"Fue un momento muy difícil", reconoció Silvina. "Fue horrible no poder verlas. Después que me dieron el alta, con mi marido estábamos todo el tiempo que podíamos en la clínica. Me sacaba leche, pero no alcanzaba; me daban para tomar de todo, pero con ese esfuerzo que hacían los bebés para succionar bajaban de peso muy de golpe".

Uma fue la mas pequeña y la más delicada. Sin embargo, quien puso en vilo a sus padres fue Briana que sufrió una infección en el catéter.

"Los médicos nos explicaron: 'Ya le pusimos todo lo que le podíamos poner, sino pasa en las próximas horas, no tenemos nada por hacer', nos dijeron. Los partes son así. Esos 40 días fueron con angustia, ningún parte era esperanzador porque ellos no te pueden prometer nada, pero gracias a Dios sus órganos estaban perfectos", recordó Silvina.

Vuelta a casa

La vuelta a la casa con las tres bebés es historia: cambios de rutina, padres sin dormir y el desafío de hacer todo por tres. "Imagínate que no podés bajar un bebé, dejarlo en la vereda y bajar al siguiente. Todo era una organización total: avisarles a mis hermanas o mis cuñadas. Cada control era multitudinario, no era así no más", recordó la madre.

Mariela es la cuidadora de las nenas hace ocho años. Asegura que las trigemelas son muy diferentes entre ellas, y su madre completa. "Son re distintas: Luana es más amorosa, más dulce, de modular, pero le gusta competir, se quiere destacar. Te doy un ejemplo, compitieron en Fama, fuimos a Trelew y ganaron en competencia".

Agregó que "entonces llegaron con sus medallas felices y cuando fueron al colegio las llamaron adelante para que compartan su experiencia, y ahí tenés tres cosas: Luana moría por explicarlo, mostrar sus medallas y la emoción que sintió; Briana quería que la trague la tierra, ella es recontra introvertida, súper reservada y no le gusta estar expuesta; y Uma no le importa nada, si está ahí, está ahí, si ganó, ganó".

Posibles confusiones

Pero su propia cuidadora asegura que las nenas son tan parecidas que todavía a veces las puede confundir. Incluso cuando estaban en jardín dos de ellas se cambiaron de sala sin que lo supieran las maestras. Con complicidad de la hermana mayor las pequeñas cambiaron mochila y fueron descubiertas por su madre cuando las fue a buscar.

"Ellas quieren ser una sola. A ellas les encanta si viene su tío y las lleva pero de a una porque acá todo se hace de a tres o de a seis. Ellas no tuvieron lo que tuvo Mía que era hija única. Pero cuando andan solas se extrañan, se necesitan", contó Silvina.

En una rutina de tres todo está pensado. "En esta casa lo que más vas a escuchar es 'hoy me toca a mí'. Hoy fue con las zapatillas, pero me siento una bendecida de Dios que me dio mis cuatro angelitos; primero Mía y después ellas tres. Yo no pensaba tener cuatro hijos pero si Dios me lo envió es por algo", sostuvo Silvina.