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Cómo un fotógrafo del siglo XIX hizo el primer 'GIF' de la historia: un caballo al galope

Mucho antes de que existieran las películas de cine, un fotógrafo inglés mostró al mundo lo que el ojo humano no podía adivinar. Eadweard Muybridge pudo captar en 1878 cada etapa del galope de un caballo en una pista de carrera y también logró hacer, sin saberlo, el primer GIF del que se tenga noticia.

El caballo en movimiento de Eadweard Muybridge. (Imagen de la Biblioteca del Congreso de EEUU)
El caballo en movimiento de Eadweard Muybridge. (Imagen de la Biblioteca del Congreso de EEUU)

Era el siglo XIX y la Revolución Industrial estaba en su apogeo. Muchos estudiosos estaban empeñados en identificar, catalogar y mecanizar la naturaleza, pero no tenían herramientas para lograrlo, y las fotos del caballo a galope resultaron un verdadero hito.

Pero esas increíbles imágenes también guardan una historia no menos impactante. Su hazaña para la época resulta un verdadero thriller.

Para que esas fotos se lograran primero debieron pasar varios acontecimientos: una obsesión científica, un accidente en carruaje, una apuesta y hasta un asesinato, según un reporte de la revista Smithsonian.

La obsesión por los caballos

Para Shannon Perich, curadora de fotografía en el Museo Nacional de Historia Americana, el gran avance fue “que la cámara pudo ver cosas que el ojo humano no podía ver”. Se demostró que con la fotografía se podía acceder a un mundo del que no se sabía nada.

Aunque ahora nos resulte cómico, en esos tiempos también había una gran controversia sobre si el caballo apoyaba sus cuatro cascos en el suelo, cuando iba a todo galope, o solo los dos primeros delanteros y luego el par posterior.

Tener esa certeza llegó a polarizar tanto a los científicos como a los apasionados de las carreras de caballos. Entre estos últimos estaba Leland Stanford, fundador de la Universidad que lleva su nombre, quien creía que las fotos de Eadweard Muybridge lo podían ayudar a resolver la controversia sobre los caballos.

Marta Braun, profesora de la Universidad Ryerson, explica que en esa época los caballos eran “la fuente de toda locomoción de importancia”. Se iba a la guerra con los caballos y cualquier tipo de movimiento a gran escala se realizaba con estos. “Comprenderlo fue realmente muy esencial”, dice.

Braun apunta que se lee a menudo, aunque cree que es una exageración, que “Stanford hizo una apuesta con el dueño de un periódico de San Francisco por 25,000 dólares, y la cámara de Muybridge iba a demostrar si el caballo tenía o no las cuatro patas suspendidas en el aire”.

De la venta del libros al asesinato

Eadweard Muybridge llegó a EEUU con 20 años, desde Inglaterra, con un negocio familiar de venta de libros. Se instaló en San Francisco poco después de que comenzara la conocida “Fiebre del Oro”. Pero no le fue bien en su primera estancia en el país.

Eadweard Muybridge. (Foto de dominio público/Wikipedia)
Eadweard Muybridge. (Foto de dominio público/Wikipedia)

En la década de 1860, Muybridge decidió regresar a Londres. Pero en la diligencia de San Francisco a St. Louis, los caballos saltaron, el conductor perdió el control y Muybridge fue expulsado por la parte trasera del carruaje y se golpeó la cabeza.

“Quedó inconsciente, se despertó un día después en Arkansas y le dijeron que nunca se recuperaría”, cuenta Braun.

Muybridge regresó a Londres, pero la gente que lo conocía diría más tarde que su lesión lo cambió para siempre. Cuando regresó a EEUU, después de 5 años, tampoco era el mismo, ni librero.

En 1870 ya estaba trabajando para lograr la foto de un caballo con las patas en el aire mientras galopaba, aunque firmaba con el nombre de Helio. Se dice que era el encargo de Stanford.

Su primer intento fue fallido. La imagen fue borrosa, aunque algunos periódicos la publicaron, pero no lograba resolver la controversia y la legendaria apuesta de Stanford.

Se dijo que Muybridge había estado obsesionado con su trabajo. Los académicos han argumentado hoy que Muybridge puede haberse lesionado su corteza orbitofrontal, una parte del cerebro asociada con la emoción y la toma de decisiones, indica Smithsonian. Era visto como errático y emocionalmente volátil.

Se casó a los 42 años con una mujer de 21 años, con la que tuvo un hijo. Pero su vida familiar era muy tensa y Muybridge descubrió que su esposa estaba teniendo una aventura amorosa con otro hombre.

“Lo encuentra en una cabaña jugando a las cartas”, cuenta Braun. “Muybridge llama a la puerta. Pregunta por Larkyns, y cuando llega, le dice: ‘Tengo un mensaje de mi esposa’, y lo mata a tiros”.

Su juicio duró solo tres días y salió absuelto. Aunque se declaró loco, no fue el motivo de que saliera libre. El jurado, compuesto principalmente por hombres casados, consideró que el asesinato del hombre que tuvo un romance con la esposa de Muybridge fue un homicidio justificable.

Pocos años después de ser absuelto por asesinato, en junio de 1878, Muybridge hizo historia en una pista de carreras en Palo Alto, California.

La secuencia que lo cambió todo

Stanford había invitado a los periodistas a la pista para presenciar una nueva era en la fotografía y para ver a Muybridge capturar las fotos de su premiado caballo al galope.

Para hacerlo, Muybridge colgó una sábana blanca, pintó paredes en la pista de color blanco, y esparció polvo de mármol blanco y cal en el suelo. El caballo de Stanford galopó por la pista tirando de un carro.

En su camino había 12 cables, cada uno conectado a una cámara diferente. A medida que el caballo aceleraba por el sendero, las ruedas del carro rodaban sobre cada cable y las cámaras disparaban una tras otra y capturaban al caballo en diferentes etapas de movimiento.

Muybridge expuso los negativos en el lugar y mostró a la prensa una serie de imágenes de un caballo al galope, incluido uno de los caballos con los cuatro cascos levantados del suelo.

Luego inventó un dispositivo, zoopraxiscop, con el que creó el primer GIF de un caballo galopando. La imagen a muchos les resulta hipnótica.

Finalmente Muybridge era el hombre que usaba secuencias de imágenes para mostrar movimiento y el que haría que esas imágenes se movieran, pero sobre todo era quien sentaba las bases para hacer las películas de cine tal como lo conocemos hoy.