Cómo Michelle Vieth se ha rehusado a ser una víctima pese a que la adversidad se ensaña con ella

Si hay alguien que, como decimos en México, ha "aguantado vara" desde hace algunos años —prácticamente más de 20, con sus ires y venires— es Michelle Vieth. De verdad que su resiliencia es impresionante. Posiblemente cualquier otra, por muy curtida que estuviera, ya se habría quebrado (o retirado del medio) después de todas las cosas que le han pasado, que no han sido escandalitos de rompe y rasga, sino auténticos irigotes monumentales, que incluso han trascendido al tiempo.

Es verdad que al inicio de su carrera, cuando le dieron de golpe y porrazo el estelar de 'Mi pequeña traviesa', una telenovela en la que compartía créditos con Héctor Soberón, que luego sería su marido con desastrosos resultados y canallesca venganza, a Michelle, que solo tenía 18 años y ninguna experiencia previa, se le subieron los humos (más, cuando comenzó de manera subrepticia una relación sentimental con Soberón, que es 14 años mayor que ella).

Entonces, siendo aún muy jovencita, la Vieth era muy condescendiente con la prensa, incluso con la de Televisa — esto me consta, en su época de 'Amigas y Rivales', cuando yo era reportero de la empresa, ella era la única que era completamente inaccesible y despreciativa con todo aquél que tuviera la necesidad de preguntarle algo, haciendo desplantes petulantes, a diferencia de Laisha Wilkins, Ludwika Paleta, Angélica Vale o Adamari López, quienes tenían una actitud profesional y afable con los medios (lo cual se refleja en el trato de los mismos con ellas hasta ahora).

El precio que pagó por ello fue que los medios se la guardaron y conforme ha pasado el tiempo, le han pasado factura por sus errores pasados, su inexperiencia, su arrogancia de celebridad instantánea de fines de los 90, con ataques realmente virulentos, desenterrando huesos y exhibiéndola con especial crueldad, algo que, como dije, a otra ya la hubiera llevado a, como la poeta estadounidense Sylvia Plath, meter la cabeza en el horno. Literalmente.

Es admirable, y lo digo sin un ápice de sorna, que Michelle se ha mantenido en pie, que ha tenido que madurar en público, y ha tenido que pagar el precio de ser famosa (sin que medre su talento como intérprete o no; después de sus humillaciones públicas a manos de los medios, lo que el espectador mira ya resulta irrelevante, siendo imposible —al parecer— el separar su trabajo o imagen, de aquellas que, desde hace años la persiguen.

Hablo, por supuesto, del golpe bajo para acabar con todos los golpes bajos: cuando en medios y redes aparecieron fragmentos en secuencia de un sextape del que Vieth era protagonista, innegablemente teniendo un coito con alguien con quien obviamente tenía confianza.

Esta ruindad imperdonable se atribuye a Soberón como el presunto responsable de "filtrar" el material pornográfico. La propia Michelle lo ha sostenido en público con valentía e integridad, señalando que la única persona con quien tenía relaciones en su vida conyugal y reconoció el lugar como su casa.

Mientras Soberón tira la piedra y esconde la mano, Michelle ha logrado salir adelante con la frente en alto, si bien la actitud de los medios no ha cambiado para con ella, cosa que personalmente encuentro injustificada y lamentable, porque ya es una caza deliberadamente personal.

Ahora las redes la han vuelto tendencia, porque está metida en un nuevo lío, ya que puso en su sitio a un reportero que la abordó en el Aeropuerto de la Ciudad de México mientras Vieth, que pidió permiso para ausentarse de las grabaciones de 'Mi fortuna es amarte', lloraba por su abuelo, que ya falleció.

En el nuevo video, que aparece en YouTube y ha sido reproducido hasta el cansancio, aparece Vieth caminando cuando varios reporteros la abordan y preguntan cómo está, a lo que ella responde: "Les pedí hace ratito que por favor mi abuelo está muy malito, que me den oportunidad de llegar primero a Acapulco con mi familia, otro día con todo gusto", antes de seguir su camino, anegada en llanto.

Al ver que se subió el video de este momento a sus redes, Michelle respondió con una publicación en su plataforma de Instagram: "Cuando alguien, sea quien sea, te suplica, te pide que por favor respetes... se hace eso si eres humano y tienes corazón. Pero si eres escoria y no tienes ni un ápice de humanidad en tu alma, haces lo que Edén Dorantes en estos momentos acaba de hacer. ¡Ya fue suficiente, no más! Respeto a la prensa, pero no a quienes con el dolor ajeno de toda una familia hacen esto. ¡Basta!". El que el abuelo de Michelle, con quien era muy cercana, hubiera muerto cuando ella iba a su encuentro, solo añade un tinte más lúgubre y lleno de furia a sus palabras.

Lo que ahora resulta más infamante es que algunos comunicadores, como una de las conductoras del programa 'Sale el sol' compartieron el fuerte mensaje de la Vieth y en vez de empatizar con ella y su pérdida, salió en defensa del youtuber.

Esto fue lo que dijo Anita Alvarado, que ha acumulado mucho poder traficando con la maledicencia y la miseria e infortunio ajeno mientras ella misma no ha dudado en darse baños de pureza, por lo que la comentarista es poco querida por numerosas celebridades: "Cabe aclarar que no le hicieron nada; ella ya iba llorando, iba triste, solamente le preguntaron '¿Qué te pasa?'. No le insistieron ante las preguntas, ella ya venía de malas o triste", señaló la Alvarado. Si tú vienes llorando el cubrebocas ayuda a que no se note. Ella se retira el cubrebocas, les dice 'Chicos, ahorita no, por favor' y sigue caminando. Lo único que hizo Edén fue compartir el video de su trabajo. Entonces, Michelle, de verdad no somos enemigos, lo único que hicieron fue su trabajo, te respetaron porque seguiste tu camino. No hizo nada; dejen de tratarnos como enemigos o que nosotros les hacemos la vida difícil".

Existe el módico del respeto y ganar unos clics o unas vistas por publicar a alguien que llora es algo de la peor calaña: sea quien sea, el llanto ajeno se debe mantener al margen de todo, por muy pública que sea la figura. Y si Michelle ha levantado su voz, es algo que ya tenía que hacer. Porque Michelle Vieth no es una víctima y su integridad no debería ser cuestionada ni comprometida, por muchos años de experiencia que tenga el o la representante de cualquier medio. Y lo que ella hizo, en todo su derecho y desde su plataforma personal, está muy bien. Ya era hora.

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