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Cómo hablar con tu hijo adolescente sobre la marihuana

Para algunos padres, hablar con sus hijos adolescentes puede ser comparable a caminar de puntillas por un campo minado. Si bien en parte esto es así por lo volátiles que pueden llegar a ser los adolescentes, también son fácilmente influenciables y es difícil saber cómo van a tomar la opinión de los padres.
Esa es la razón por la cual muchos padres y madres evitan hablar de cosas importantes en general, incluida la cuestión de la marihuana, según los resultados que arroja la nueva y exclusiva encuesta de Yahoo News y Marist. Esta revela que el 28% de padres nunca han abordado temas relacionados con substancias psicotrópicas.

El 37% dice que no hablan con sus hijos sobre la marihuana porque simplemente no saben qué decir, pero el 34% dice que no se sienten cómodos con el tema. Y el 19% alude a otra razón para guardar silencio: no quieren incitarlos a consumir la droga.
Según Barbara Greenberg, una psicóloga especializada en adolescentes que vive y trabaja en Connecticut, y que es coautora del libro Teenage as a Second Language: A Parent’s Guide to Becoming Bilingual, se trata de una lógica incorrecta.
“No hablar sobre algo, no significa que no vaya a pasar”, le señaló Greenberg a Yahoo Beauty. “Eso es un pensamiento supersticioso”.

¿Entonces qué debes decir sobre los peligros de fumar marihuana –se sabe que es especialmente perjudicial para los cerebros en edad adolescente‒ y qué no? Entre las reglas de oro, de acuerdo a Greenberg y a otros expertos que le han dado su opinión a Yahoo Beauty, figura la importancia de hacerlo pronto (preferiblemente cuando tu hijo todavía sea preadolescente), ser directo y honesto, y conversar un buen rato. Para más detalles y puntos a tratar con tu intimidante adolescente, sigue leyendo…

Empieza antes de que comience la escuela secundaria
Lo mejor es comenzar a abordar el tema “tan pronto como los chicos oigan hablar de la marihuana, y ni bien empiecen a estar expuestos a medios que mencionen al cannabis… probablemente lo mejor sea en torno a los 11 años”, sugiere Greenberg. La encuesta de Yahoo News y Marist muestra que los adultos que han hablado con sus hijos sobre la marihuana coinciden en que comenzar pronto la conversación es algo bueno, aunque puede que esperen uno o dos años más. Los padres informan que la edad promedio en la que tienen esa conversación por primera vez con sus hijos es entre los 12 y los 13 años.

Lisa Damour, psicóloga especialista en adolescentes y directora del Centro para la Investigación sobre Chicas de la escuela Laurel, en Ohio, dice que se trata de un buen punto de partida. Concretamente le comentó a Yahoo Beauty que es una buena idea hablar de estos temas espinosos lo más pronto posible, “y especialmente sobre la marihuana, porque es habitual que sea tratado con normalidad en canciones y vídeos”.

Tómalo como una conversación en proceso

Photo: Getty Images
Talking to your teen about marijuana can be awkward, but it has to be done. (Photo: Getty Images)

“No es un tema que se aborda una sola vez, por lo que no hay tal cosa como ‘la conversación’”, insiste Damour, autora del libro Untangled: Guiding Teenage Girls Through the Seven Transitions Into Adulthood. Una razón, explica, es que “los hijos pueden asimilar una cantidad determinada de información de una sola vez”, y es posible que se escapen de esas conversaciones difíciles con cierta rapidez. Así que necesitarás repartir la información. Con el paso del tiempo, tendrás que variar el mensaje, pues querrás transmitirle diversos grados de detalle en distintos momentos de su desarrollo, añade Damour. Además, los adolescentes cambian su manera de pensar. “Un niño de 13 años podría pensar que lo último que quiere hacer es meter una sustancia extraña en su cuerpo”, indica, pero cuando pasa a tener 15 años y descubre que sus compañeros o compañeras fuman habitualmente, esa postura puede cambiar.

Es posible que sea incómodo hablar sobre la marihuana con tu hijo, pero debes hacerlo

Afortunadamente, muchos padres entienden esta necesidad, según se desprende de la nueva encuesta de Yahoo News y Marist. Esta expresa que el 40% de padres que han tenido conversaciones sobre la marihuana con sus hijos lo han hecho una, dos o tres veces. Y, el 33% dice que se trata de un tema del que se habla a menudo o todo el tiempo.

No olvides preparar el terreno para la charla

Asegúrate de que sea un rato agradable y no inicies la conversación en un mal momento, por ejemplo, en medio de una discusión. En lugar de eso, “busca los mejores momentos para hablar, como por ejemplo, cuando en la cultura popular surja el tema de la marihuana, o cuando haya un debate local sobre algo como la apertura de una tienda de cannabis medicinal”, le aconsejó a Yahoo Beauty Sharon Levy, pediatra y directora del Programa de Abuso de Sustancias en Adolescentes del Hospital Infantil de Boston. Y no tengas miedo de hacer preguntas en los momentos oportunos, como por ejemplo, antes de que tu hijo vaya a una fiesta. “¿Qué harán allí tus amigos?”, es una pregunta posible. O, “¿por qué crees que alguien podría estar tentado a probar marihuana?”. Incítalos a pensar y a hablar.

Damour añade que una buena idea es recibir con los brazos abiertos cualquier mención al tema y aprovechar la oportunidad como “un disparador de la conversación”, aunque es fácil que a un padre lo pille desprevenido cuando no es él el que inicia la conversación.
“A menudo, el niño abre la puerta y los padres se la cierran en las narices”, advierte. “Aprovecha las aperturas que los niños mismos crean”. A veces esto podría significar que tengas que responder a la alarmante pregunta de si consumiste drogas en el pasado, pero no te dejes invadir por el pánico, aconseja Greenberg. “Es típico que con esa pregunta estén evaluando lo dispuesto que estás a hablar sobre el tema”.

Prepárate para responder a preguntas sobre tu propia experiencia con la marihuana

La encuesta de Yahoo News y Marist revela que el 60% de los padres que han probado la marihuana se lo dijeron a sus hijos, y el 71% de consumidores habituales se lo han explicado a sus hijos.
¿Y qué pasa con los padres que no saben cómo responder a esta pregunta directa? “Hay muchas formas de responderlo”, dice Damour, y añade a modo de sugerencia las siguientes opciones:

• “En realidad, no la he probado y me alegra mucho, dado lo que sabemos ahora sobre ella”.
• “La probé y me alegra que nada fuese mal, y que la marihuana fuera siete veces menos potente de lo que es hoy”.
• “La probé, y me arrepiento mucho”.

Si ninguna opción de las anteriores se adecúa a tu experiencia personal, sigue Damour, y te preocupa decirle la verdad, también puedes ir de frente. “Di: ‘Quiero que tengamos una conversación sincera, pero no quiero que te lo tomes como un permiso. ¿Entonces qué te parece que hagamos al respecto?’”, sugiere como una posible forma de encararlo.
No ensalces tu propio pasado ni lo uses para conectar con tus hijos, apunta Greenberg, pero comparte cualquier experiencia negativa que hayas tenido, por ejemplo, algún ataque de paranoia o ansiedad. “Aunque no es buena idea que les cuentes historias de terror”, sugiere. “Si algo da demasiado miedo, tu hijo dejará de estar en sintonía contigo”.
Finalmente, dice Levy, “No tienes que contarle la historia completa a tu hijo”.

Hagas lo que hagas, no mientas ni exageres
“Aporta información, o pierde credibilidad”, dice Greenberg. “Los hijos no escuchan a unos padres que no tienen idea sobre algo”.
Para ello, señala Levy, “puedes decir que es absolutamente cierto que la concentración de THC [el componente psicoactivo de la marihuana] ha aumentado considerablemente”, explica. “Cuando aquellos que ahora son padres, eran adolescentes, el THC tenía una concentración de un 4% y hoy en día es de en torno al 19%”. En relación a esto, agrega Greenberg, enséñale a tu hijo que “estamos viendo la evolución de los trastornos derivados del consumo de marihuana; desde problemas motivacionales, que es lo que solía pasar, a lo que vemos ahora: niños con problemas psiquiátricos y reacciones psicóticas agudas, algo que se está volviendo cada vez más común”.

A los niños les gusta verse a sí mismos como personas inteligentes, añade Greenberg, así que puedes mostrarles investigaciones sobre cómo reduce el coeficiente intelectual. “Y explícales que fumar marihuana les puede hacer perder la cabeza”, dice. “Y háblales de lo mucho más agradable que es conocer gente cuando tienes todas tus facultades mentales intactas y de que si están colocados tienen más probabilidades de caer en comportamientos de riesgo, como pueden ser el sexo u otras drogas”.
Pero también es importante tener en cuenta lo que observan los niños por sí mismos, como por ejemplo, a sus amigos fuman marihuana de forma habitual y siguen sacando buenas notas. “Un consejo tosco que no encaje con eso hará más difícil que el adulto sea tomado en serio”, aconseja Damour. “En lugar de eso, pregúntales: ‘¿Qué piensas tú? ¿Crees que les afecta?’. Quisiera que [los padres] sean tolerantes y que tengan la voluntad de tomar partido en esa conversación”. Y es bueno señalar, continúa, que “no todos aquellos que hacen dieta van a terminar con desórdenes alimenticios, pero que prácticamente cualquier desorden alimenticio tiene su origen en una dieta”.
También sugiere que compartir la sabiduría que uno pueda haber ganado con los años es positivo, especialmente mediante experiencias de primera mano: “Puedes decirles: ‘Con las drogas, hay una fina línea que separa el control de ti sobre las drogas del control de las drogas sobre ti. Tú eres lo más importante para mí, y lo último que quiero es que te veas controlado por ellas’”.
Insiste en la seguridad, y no en la ley
“No dirijas estas conversaciones hacia el tema de lo legal, porque las leyes no tienen sentido, y si dejamos aparte la posibilidad de ser detenido, son irrelevantes en cuanto a los riesgos”, señala Damour. “Recuérdales que los cigarrillos y las camas de bronceado son legales, y que su cerebro es para el resto de su vida”.
Y añade: “Queremos tener el lugar de protectores, no de castigadores. Se trata de seguridad, no de ‘redadas policiales’. El tema no debería centrarse en cómo hacer para no ser detenido”.
Si ya sabes que tu hijo ha probado la marihuana, intenta con la empatía en lugar de la ira
“Los adolescentes a menudo tienen dificultades para regular y expresar sus emociones, por lo que hay que asegurarse de sentar las bases para la discusión con empatía. Intenta recordar cómo te sentías cuando eras adolescente”, sugiere Kristin Wilson, directora de divulgación clínica en el centro de tratamiento residencial Newport Academy. Dice que hay que expresar las preocupaciones, al tiempo que se da la oportunidad al hijo de expresar lo que siente.
“Si puedes, evita darle un sermón, pues la mayoría de adolescentes dejarán de escuchar y se cerrarán en seco. En lugar de eso, prueba con algo de escucha activa. Haz preguntas de respuesta abierta (eso requiere más que un simple ‘sí’ o ‘no’), y repite lo que estás escuchando”, sugiere Wilson. Después, da validez a sus sentimientos e intenta ofrecer apoyo y soluciones alternativas. Y si el hábito de consumo del adolescente continúa, advierte, “tendrás que buscar ayuda profesional”.

Conclusión: sé claro y firme

“Los adolescentes realmente consideran que la marihuana debe ser una droga legal y no ven que sea perjudicial, señala Damour. Por tanto, si bien puede ser obvio para ti, “es importante decir: ‘Seamos claros, no estamos de acuerdo con que fumes marihuana’, algo que podría causar sorpresa en él o ella al oírlo”.
Levy también insiste en la importancia de ser claros. “Esta misma mañana he visto a unos padres que le habían dicho a su hijo de 15 años: ‘No creemos que te vaya a matar si la consumes ocasionalmente’”, comenta. “Pero creo que eso es como darle el visto bueno, y que lo hizo acabar en un programa de abuso de substancias y expulsado de la escuela”. Si tenemos en cuenta que el 90% de los adolescentes que beben lo hacen de forma intensa en fiestas, agrega Levy, resulta claro que los adolescentes “tienen una idea distinta de lo que significa ‘ocasional’ y, por tanto, los chicos pueden interpretar estos mensajes como que ‘está bien [consumir]’”.
Básicamente, agrega Levy, si te tratan de hipócrita o de ser un policía de la marihuana, puedes probar con esto: “Hay algunas cosas de adultos que no queremos que hagas. Simplemente añade a la lista esta”.