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Cómo diferenciar un kiwi dulce de uno muy ácido cuando vas a hacer la compra

Pocas frutas han sufrido un proceso tan rápido de adaptación a nuestra realidad como país cultivador como el kiwi. Fue hace 50 años cuando las primeras empresas comenzaron a interesarse por esta fruta, en aquel momento tan exótica, para iniciar su producción en Galicia. Un dato curioso es que hasta bien entrados los años 80 estos pioneros tenían que exportar la totalidad de su producción fuera de España. Dicho de otro modo, en España el kiwi tardó en entrar aunque, una vez que empezó a consumirse, el interés por él no ha cesado... Actualmente se cultiva en casi toda la parte norte del país. Precisamente, hemos hablado con una empresa vasca, Kiwis Intxausti, que cultiva hortalizas de temporada con producción integrada en la reserva de la biosfera de Urdabai (Vizcaya) para que nos enseñe cómo distinguir los kiwis de calidad de los que no lo son tanto. Maite Intxausti, ingeniera al frente de esta empresa familiar, nos da las claves.

Los kiwis duros pueden madurarse a voluntad en casa. Foto: Getty Creative
Los kiwis duros pueden madurarse a voluntad en casa. Foto: Getty Creative

Si el kiwi está blandengue, mal asunto. Intxausti explica que hay pocas pistas para ver si un kiwi está o no en su momento óptimo de consumo. Desde luego, una de las más fiables tiene que ver con el tacto. "Si cede a la presión por encima de la piel al apretarlo, estará pasado, sin duda".

Comprarlo duro es la mejor opción (aunque parezca mentira). Aunque creamos que nos hemos equivocado si nos traemos unos kiwis duros a casa no es así. Intxausti nos explica que muchos de sus clientes le piden los kiwis aún duros para ir madurándolos en casa. "Un truco es ponerlos en una bolsa de plástico junto a manzanas y peras para que el etileno que sueltan vaya ablandándolos. También depende de cómo los quiera el cliente. Algunos prefieren que estén más duros y otros, más blandos".

Para que esté dulce, importa el trabajo del productor. Los kiwis que Maite Intxausti cultiva cuentan con el sello de garantía Euskal Baserri, que da confianza al consumidor sobre el producto que ha comprado... y el dulzor que va a aportar. "En Kiwis Intxausti cogemos los kiwis del árbol en su momento justo de maduración. Es importante controlar los grados Brix de azúcar, un indicador que nos permite saber si van a estar dulces o no. Si se recolectan con 5 grados de Brix nunca van a tener una evolución hasta los 10, 11 o 12 grados en los que van a tener un dulzor perfecto. Por eso, en nuestro caso, los cogemos cuando están entre los 7 y 10 grados Brix".

Si lo queremos menos ácido, hay que ir a por el amarillo (o a por el rojo). Aunque siempre que pensamos en un kiwi lo hacemos en el verde (por dentro, obviamente), existen diferentes especies. Está el rojo, el amarillo... "Si lo que queremos es un kiwi con un sabor más dulce, mejor ir a por estas variedades en lugar de a por la verde".

Los kiwis amarillos son más dulces que los verdes. Foto: Getty Creative
Los kiwis amarillos son más dulces que los verdes. Foto: Getty Creative

El kiwi puede consumirse todo el año... salvo en verano. Inxtausti explica que la temporada del kiwi europeo es muy larga. Tanto que puede consumirse de noviembre a junio. Por lo tanto, tan solo habría que sacar de la ecuación los meses de verano.

Si ha sido un año húmedo, seguro que el kiwi está bueno. Si somos aficionados a la meteorología es posible que tengamos clara una de las claves que hace que el kiwi esté bueno. "Al kiwi le gusta la humedad. Teniendo asegurado esto es capaz de aguantar mucho frío en invierno y mucho calor en verano, pero necesita que la tierra esté húmeda. Ahora bien, en caso de lluvia excesiva hay que tener en cuenta que se puede ahogar...", sentencia Intxausti.

Sobre todo, nunca debe congelarse. En los últimos tiempos se ha puesto de moda congelar frutas como los higos, las uvas o las ciruelas. ¿Qué tal responde el kiwi a ese proceso? De acuerdo con Intxausti, "no pasa nada por tenerlos en el frigorífico en casa, pero mejor no meterlos en el congelador. Lo que ocurre es que se modifica totalmente el sabor de la fruta". Por tanto, pese a modas o tendencias, mejor no hacer pasar a nuestros kiwis por el trance del congelador... si lo que queremos es que estén buenos, claro.

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