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Los comentaristas de Moscú celebran que Biden vea a Rusia como una gran potencia

De izquierda a derecha, el presidente Donald Trump y el presidente Vladimir Putin en una conferencia de prensa conjunta en Helsinki, Finlandia, el 16 de julio de 2018. (Doug Mills/The New York Times)
De izquierda a derecha, el presidente Donald Trump y el presidente Vladimir Putin en una conferencia de prensa conjunta en Helsinki, Finlandia, el 16 de julio de 2018. (Doug Mills/The New York Times)

GINEBRA — Durante meses, los medios de comunicación estatales rusos han ridiculizado al presidente Joe Biden por considerarlo torpe, confundido y porque pareciera que no sabe dónde está parado. Pero el jueves, la atmósfera cambió: en la Casa Blanca hay un hombre que nos entiende, con el que podemos hacer negocios, decían algunos.

La reunión de Biden con el presidente Vladimir Putin en Ginebra provocó celebraciones en los a menudo exagerados programas rusos de entrevistas políticas, así como expresiones menos estridentes de cauto optimismo sobre el establecimiento de la política exterior de Moscú.

Todos parecían coincidir en una cosa: Biden era un nuevo tipo de interlocutor, más predecible y profesional que el presidente Donald Trump y más inclinado a contar con los intereses rusos que otros predecesores recientes, como el presidente Barack Obama.

“La doctrina anterior, planteada por el presidente Obama, que desestimaba a Rusia al tacharla de una potencia regional, ha sido rechazada”, declaró Konstantin Remchukov, editor del influyente periódico Nezavisimaya Gazeta, en su aparición en el Canal Uno perteneciente al Estado.

Se reveló, dijo Remchukov, que Rusia es una potencia indispensable con la que Estados Unidos “necesita hablar” y que “ya no sataniza” a Putin como un paria.

La descripción de Putin por parte de Biden antes de la cumbre como un “digno adversario” levantó ámpula en Moscú. Y en su discurso de inauguración de la cumbre del miércoles en una villa del siglo XVIII con vista al lago de Ginebra, se distanció del comentario de Obama de que el país era una “potencia regional” y afirmó que Rusia y Estados Unidos eran “dos grandes potencias”.

“Es el primer presidente estadounidense después de la Guerra Fría que tiene nociones adecuadas de lo que es Rusia y de lo que quiere, y de lo que Estados Unidos puede y no puede hacer al respecto”, señaló Kadri Liik, especialista en Rusia del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores en Berlín. “Biden ha sido muy hábil para posicionarse”.

De izquierda a derecha, el presidente de Rusia Vladimir Putin y el presidente Joe Biden se saludan al llegar a su reunión en Villa La Grange en Ginebra, el miércoles 16 de junio de 2021. (Doug Mills/The New York Times)
De izquierda a derecha, el presidente de Rusia Vladimir Putin y el presidente Joe Biden se saludan al llegar a su reunión en Villa La Grange en Ginebra, el miércoles 16 de junio de 2021. (Doug Mills/The New York Times)

El jueves, en una videoconferencia con graduados universitarios en Moscú, el propio Putin defendió a Biden de la concepción que se tiene de que está fuera de la realidad.

“Quiero decir que la imagen del presidente Biden que pinta nuestra prensa, e incluso la estadounidense, no tiene nada que ver con la realidad”, dijo Putin. “Es un profesional, y tienes que tener mucho cuidado al trabajar con él para asegurarte de que no se te escape nada. A él no se le escapa nada, se los puedo asegurar”.

Según los analistas, la relación entre Rusia y Estados Unidos está llegando a tal extremo que es imposible imaginar un alivio real de las tensiones a corto plazo. Y Putin —al negar cualquier responsabilidad por los ciberataques y rechazar cualquier crítica a la represión de la disidencia por parte del Kremlin en su país— dejó claro que no iba a cambiar ninguna política.

Pero existía la esperanza de que la espiral descendente de la relación, que muchos temen que en algún momento pueda virar hacia la confrontación militar, pudiera al menos detenerse si Moscú y Washington volvían a entablar conversaciones. Los analistas y funcionarios rusos, que durante mucho tiempo han criticado con dureza a Estados Unidos por, según ellos, tratar de debilitar a Rusia, dijeron que veían en Biden un reconocimiento de que tenía que hacer frente a los intereses rusos.

“La reunión de los líderes justificó por completo las expectativas más optimistas y ofreció los mejores resultados de las últimas décadas de relación entre estas potencias”, escribió Timofey Bordachev, un destacado comentarista, en Vzglyad, un medio de comunicación en línea afín al Kremlin. “Biden, lo crean o no, parece ser el primer presidente estadounidense en 30 años que está jugando un ‘juego largo’”.

Los elogios a Biden por parte de los comentaristas pro-Kremlin fueron significativos porque la élite rusa ha considerado durante mucho tiempo que los demócratas forman parte de una clase dominante estadounidense “rusófoba” para la cual la democracia y los derechos humanos son solo palabras que se esbozan para justificar los ataques a Putin. Sin embargo, algunos rusos ven a Biden como un líder experimentado y que tiene claras sus prioridades —como los asuntos internos y la competencia con China— para quien la confrontación con Rusia no es un fin en sí mismo.

Y tras las esperanzas truncadas de la era Trump —cuando un admirador declarado de Putin en la Casa Blanca nunca cumplió sus promesas de relaciones más amistosas—, Moscú está en especial atento a la aparente destreza de Biden en la gestión del aparato de gobierno.

“Hay que reconocer que la presidencia de Joseph Biden ha traído consigo la estabilización”, escribió Fyodor Lukyanov, un analista de política exterior que asesora al Kremlin, en el periódico Kommersant. “Tanto por su personalidad como porque sabe muy bien lo que quiere”.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, acudió el jueves por la mañana a una emisora de radio liberal, Eco de Moscú, para interpretar el resultado de la cumbre. Alabó a Putin y a Biden por, entre otras cosas, estar de acuerdo en que están en desacuerdo. En temas como las protestas contra el gobierno en Bielorrusia y el encarcelamiento del líder de la oposición Alexéi Navalni, dijo Peskov, los dos presidentes intercambiaron opiniones y pasaron de inmediato a la acción.

“Los líderes tuvieron la oportunidad de exponer sus posiciones de manera directa, de entender más o menos dónde es posible la cooperación y dónde no lo es por el momento, dada la categórica divergencia de opiniones”, dijo Peskov. “Eso también es positivo”.

Los adversarios de Rusia en Europa del Este vieron con aprensión la cumbre de Ginebra y los funcionarios ucranianos dijeron antes de la reunión que rechazarían cualquier acuerdo sobre Ucrania que hicieran Putin y Biden sin su participación. Ambos presidentes sugirieron en sus conferencias de prensa que Ucrania desempeñó un papel menor en sus discusiones, lo cual provocó cierto regodeo entre los analistas favorables al Kremlin.

This article originally appeared in The New York Times.

© 2021 The New York Times Company