Comedias, caricaturas y un regreso al final de su carrera: Ray Liotta fue mucho más que “Goodfellas”

Ray Liotta, protagonista de Goodfellas, Cop Land y Marriage Story, falleció a los 67 años (Getty Images)
Ray Liotta, protagonista de Goodfellas, Cop Land y Marriage Story, falleció a los 67 años (Getty Images)

Cuando se trata de Ray Liotta, sus ojos no son tanto una ventana al alma como un test de Rorschach. Parecían a la vez amenazantes y lacrimógenos: unos ojos que podían revelar la calidez, el miedo o la cólera sin que parecieran cambiar en absoluto. En este sentido, era como muchos grandes actores, solo que más. A menudo, sus personajes parecían incluso un misterio para sí mismos.

Liotta, que falleció el jueves (26 de mayo) durante el rodaje de un nuevo proyecto en la República Dominicana, también era un misterio para sí mismo. Cuando era un bebé, fue abandonado en un orfanato. Sus padres adoptivos le dieron su apellido a los seis meses. Solo más tarde, cuando contrató a un investigador privado para localizar a su madre biológica, se enteró de su herencia, que era principalmente escocesa. Pero en la práctica, Liotta era un chico de Newark, Nueva Jersey, un autodenominado “deportista” que estudió interpretación en la universidad antes de dedicarse a ello profesionalmente. Tras mudarse a Los Ángeles a principios de los años 80, Liotta pasó cinco años luchando por hacerse un nombre. Fue solo gracias a una clase de interpretación que había tomado con Melanie Griffith que llegó a ser considerado para un papel en Something Wild, la comedia criminal de 1986 dirigida por Jonathan Demme, de Silence of the Lambs. “Si no conseguía esa película, habría tenido que ponerme a trabajar, porque el dinero escaseaba”, confesó más tarde.

Al describir el éxito de su interpretación como el exmarido delincuente del personaje de Griffith, Something Wild, Liotta dijo: “Simplemente hice mis deberes y estaba donde tenía que estar”. Fue nominado a un Golden Globe por su esfuerzo, y la película le llevó a una serie de otros. Primero, como el desgraciado jugador de béisbol “Shoeless” Joe Jackson en Field of Dreams (1989), y luego, el año siguiente, como el gánster irlandés Henry Hill en la epopeya criminal Goodfellas, de Martin Scorsese.

Goodfellas fue siempre una película en la que Scorsese se llevó la mayor parte del mérito, pero es difícil subestimar la importancia de la interpretación de Liotta. Capta todos los matices de Hill -el joven advenedizo, el gánster complaciente, el amante tramposo, el drogadicto en espiral- con total seguridad. Hay pocas imágenes en el cine más imborrables que la del Henry Hill de Liotta, drogado con cocaína, mirando paranoicamente hacia un helicóptero. La caída de Hill se capta maravillosamente a través de la música de la película y el experto montaje de Thelma Schoonmaker, pero es la interpretación de Liotta -esa mirada desesperada y llena de pánico de un animal atrapado en una trampa- la que más se queda con uno.

Había algo en Liotta, sobre todo a medida que envejecía, que parecía emanar autoridad. No es de extrañar que acabara interpretando sobre todo papeles de policía. Quizás el mejor ejemplo de ello fue Cop Land (1997), en la que Liotta interpreta a un policía bienintencionado junto a Sylvester Stallone en una comisaría plagada de corrupción.

Mientras que las risas en Goodfellas eran en su mayor parte burlas quejumbrosas, marcando o precediendo una escena de horrible violencia, Liotta también tenía una sensibilidad cómica sorprendentemente refinada. Se lanzó a proyectos incongruentes como Bee Movie de Jerry Seinfeld o Muppets Most Wanted, además de mojar los pies en comedias televisivas como Frasier (como cameo), Family Guy y Unbreakable Kimmy Schmidt.

En Marriage Story, de 2019, estuvo francamente hilarante como abogado de divorcios de carácter duro. Cuando llegó la temporada de premios, la actuación se vio eclipsada por el giro de Laura Dern de “mátalos con bondad” como una abogada rival en el banquillo contrario, pero el abogado, fiero como perro de presa, que Liotta interpretó, era igual de cautivador.

Ray Liotta y Lorraine Bracco en Goodfellas (Warner Bros)
Ray Liotta y Lorraine Bracco en Goodfellas (Warner Bros)

Tras una serie de aclamadas actuaciones a principios de la década de 2000 -incluido un papel protagonista en el videojuego Grand Theft Auto: Vice City, en el que interpretaba al criminal Tommy Vercetti-, Liotta pasó unos años alejado de las grandes producciones hollywoodenses. En la última década, más o menos, había hecho un convincente regreso.

Además de Marriage Story, devoró papeles en A Place Beyond the Pines y Sin City: A Dame to Kill For. Su última aparición importante fue en la precuela de The Sopranos de 2021, The Many Saints of Newark. No solo hizo una interpretación que robaba escenas, sino dos: como el descarado y lascivo mafioso Aldo “Hollywood Dick” Moltisanti, y su pensativo hermano gemelo Salvatore (“Sally”), que cumple una larga condena en prisión por matar a otro hombre. Tras el éxito de Goodfellas, Liotta siempre fue cauteloso a la hora de aceptar proyectos relacionados con la mafia -rechazó el papel de Ralph Cifaretto en The Sopranos por miedo a ser encasillado-, pero tiene algo de apropiado que vuelva al género al final de su vida.

Por supuesto, Newark no iba a ser su última película. Además del proyecto en el que trabajaba en el momento de su muerte, Dangerous Waters (cuyo futuro se desconoce), Liotta había reportado haber terminado de trabajar en una nueva película de terror titulada Cocaine Bear, y en una comedia sin título escrita y dirigida por Charlie Day, de It’s Always Sunny in Philadelphia.

Moltisanti el viejo: Liotta, a la derecha, en la película precuela de The Sopranos , The Many Saints of Newark (Warner Bros)
Moltisanti el viejo: Liotta, a la derecha, en la película precuela de The Sopranos , The Many Saints of Newark (Warner Bros)

En una entrevista de 2019, Liotta habló de su propia relación con la fama, de su falta de voluntad para mantener su perfil haciendo “cosas de tipo espectáculo”. “Probablemente no soy tan grande como me gustaría ser a veces, pero hay un método en mi locura”, declaró a SquareMile. “No creo que un actor deba salir demasiado a la luz porque le quita el misterio de quién eres. Creo que es mejor permanecer algo oculto”. Por supuesto, Liotta nunca consiguió pasar desapercibido cuando era importante; era demasiado bueno. Y el cine se enriqueció por ello.