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Cómo combatir el auge de la izquierda en América Latina | Opinión

Sin duda los grupos de izquierda sacan provecho de los errores e ineficiencia de los gobiernos en el poder. En América Latina hemos visto un marcado posicionamiento de la izquierda, siendo el más reciente el triunfo de Gustavo Petro en Colombia.

Evidentemente, la corrupción es un mal común en todos los países de la región. Y como tal se ha convertido en una bandera de la lucha izquierdista para hacerse con el poder. Sin embargo, pocos se percatan que en los regímenes comunistas la corrupción es aún mayor, solo que en ellos los medios están amordazados y por lo tanto estos negocios turbios permanecen ocultos.

Aún así es vox populi que los allegados a esos gobiernos han fabricado enormes fortunas, como es el caso de los “bolichicos” en Venezuela.

A continuación haremos un recuento de algunos países que con sus fallidas políticas o torpezas, han abierto las puertas a elementos izquierdistas, que en su mayoría buscan enriquecerse y perpetuarse en el poder.

Colombia: Se sabe que el Presidente Iván Duque se concentró en la capital, Bogotá, y no prestó la debida atención a la provincia. En adición a esto, la inseguridad se destapó con el asesinato de 835 lideres sociales entre 2019 y 2022. Como si esto fuera poco, se rearmaron grupos insurgentes y resurgió el narcotráfico.

Desde el punto de vista económico, la reforma tributaria intentada en el 2019 fracasó y la inflación se disparó al 42.5% en el 2020. Todo esto contribuyó a que Duque fuera el presidente menos popular en los últimos 30 años, con un índice de aprobación del 23% según la encuestadora Invamer.

A raíz de esta desaprobación, surgió la figura del candidato Rodolfo Hernández, un ingeniero antisistema sin una estructura de partido, quién a pesar de convertirse ahora en el opositor más importante, para las elecciones propició que los colombianos vieran en Gustavo Petro a un candidato capaz de “enderezar el entuerto”.

Sin embargo, no detallaron la miseria y represión rampante en su vecina Venezuela, a pesar de que más de un millón de venezolanos emigraron a su país, señal inequívoca de un gobierno opresor, que por cierto, tuvo en Petro a un maestro que encaminó al extinto Hugo Chávez.

Honduras: El presidente Juan Orlando Hernández fue acusado por EEUU de enviar toneladas de narcóticos al país, motivo por el cuál fue extraditado el pasado 21 de abril. Ya anteriormente su hermano Juan Antonio Hernández fue sentenciado en el 2021 por un juzgado en Nueva York.

Increíblemente, en 2014 Juan Orlando Hernández firmó un convenio con Transparencia Internacional para “la Promoción de la Transparencia, Combate a la Corrupción y Fortalecimiento de Sistemas de Integridad”. Este convenio pudiera apreciarse como una burla a la población.

El electorado reaccionó votando en contra de su partido y eligiendo a alguien que prometía “refundar” al país. Así Xiomara Castro, el pasado 27 de enero se posicionó como la primera mujer de izquierda presidenta.

Entre las medidas que ha prometido se encuentran “la amnistía para los presos políticos, de conciencia y en el exilio”, la cuál ha sido catalogada como un “pacto de impunidad” que favorece a funcionarios corruptos del gobierno anterior de su esposo Manuel Zelaya (2006-2009).

Chile: Sebastián Piñera, quién fuera presidente dos períodos (2010-2014, 2018-2022), enfrentó en su segundo gobierno una serie de protestas callejeras impulsadas por la izquierda, que no solo destruyeron obras públicas como el metro, sino que desestabilizaron al país.

Chile es una excepción a la regla, ya que el triunfo del izquierdista Gabriel Boric no fue por un mal ejercicio del gobierno de Piñera, toda vez que este país fue considerado en su oportunidad como un “oasis” por su estabilidad financiera y social. Fue por las acusaciones referentes a que Piñera “declaró la guerra a su propio pueblo”, a raíz de las revueltas donde participó el propio Boric, que habiendo fundado el partido Frente Amplio, se unió al Partido Comunista para efectuar los actos de sabotaje generalizados.

Algo similar ocurre ahora con el gobierno de Guillermo Lasso en Ecuador, donde quieren desestabilizarlo con esos supuestos “estallidos sociales” como lo han bautizado. El verdadero estallido social ocurrió en Cuba el 11 de julio de 2021 cuando espontáneamente la población salió a protestar por una dictadura de 62 años.

Futuro cercano: Como están las cosas, vemos a Lula Da Silva ganando en Brasil, a Andrés Manuel López Obrador de México y a Alberto Fernández de Argentina, con un contínuo apoyo a las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Peligro: He venido sosteniendo que en América Latina es muy factible que se forme una zona de tensión militar, habida cuenta que ya hay varios gobiernos abiertamente enemigos de nuestro sistema.

Solución: Desatar una campaña educativa, no solo en los centros de enseñanza, sino a través de todos los medios. Debemos mostrar con claridad las bondades de nuestro sistema versus las falsedades, ineficacia y opresión que representan los regímenes comunistas.

A nuestra democracia tenemos que defenderla “a capa y espada”. Pero debemos hacerlo ya.

Benjamín F. DeYurre es un economista y periodista. Twitter: @DeYURRE.