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Comando se llevó un collar y dinero de la casa de líder haitiano durante su asesinato, dice el FBI

Michael Brochstein/Sipa USA

Cuando un comando colombiano sospechoso de unirse a ex soldados en el tiroteo mortal contra el presidente de Haití escapó a Jamaica, pronto se cansó de la vida de fugitivo y organizó un encuentro con las autoridades estadounidenses para evitar ser enviado de vuelta a Haití.

Mario Antonio Palacios Palacios, que había huido a Jamaica dos meses después del asesinato del 7 de julio de 2021, habló por teléfono con alguien en quien confiaba: un militar colombiano que había sido su jefe en el pasado.

El oficial, el coronel Alberto Moreno, alias “Don Carlos” y “el Chacal”, había visitado la oficina del FBI en Miami dos años antes y todavía tenía contactos ahí. Aconsejó a Palacios que su única esperanza era reunirse voluntariamente con investigadores estadounidenses en Jamaica ese octubre, según el testimonio de una agente del FBI el martes en un tribunal federal de Miami.

A través de mensajes de texto de WhatsApp, Moreno coordinó la reunión entre Palacios y un equipo de investigación dirigido por el FBI. Cuando el equipo, con ayuda de la policía jamaicana, recogió a Palacios en una zona remota a unas dos horas de Kingston, este dijo inicialmente a una de los agentes del FBI que estaba “asustado”. También pidió a la agente, Jacqueline Valdés, que le dio una botella de agua, un favor: que sostuviera un collar que según dijo era de su esposa, según declaró.

Resultó que Palacios mentía, dijo Valdés durante el testimonio previo al juicio en el caso del FBI sobre el asesinato en Haití. Agregó que en una entrevista de casi seis horas grabada en video con agentes federales el 7 de octubre de 2021 en un hotel de Kingston, Palacios confesó que había tomado el collar, dos relojes, $2,060 en efectivo y otros objetos personales pertenecientes al presidente de Haití, Jovenel Moïse, y a su esposa, Martine, cuando él fue asesinado y ella resultó herida en el ataque a su casa en la ladera de una colina a las afueras de Puerto Príncipe.

Palacios había guardado los objetos de valor en una mochila, junto con un hacha, según declaró la agente en el estrado del tribunal federal. El fiscal federal no le preguntó por qué Palacios llevaba el hacha.

Durante el interrogatorio en el hotel de Jamaica, la agente del FBI dijo que Palacios se autoincriminó en el complot para asesinar al líder de Haití cuando el comando colombiano admitió que “se enteró de que iban a asesinar al presidente la noche anterior” en una reunión con otros conspiradores, en lugar del plan inicial de arrestarlo en un intento de golpe de Estado.

Estos nuevos detalles en el caso del FBI sobre el asesinato de Haití salieron a la luz durante la audiencia del martes, cuando Valdés y otros agentes federales testificaron sobre su interrogatorio a Palacios en dos ocasiones en Jamaica en octubre de 2021, declaraciones grabadas similares a “confesiones” que sus abogados, Joaquín Méndez y Alfredo Izaguirre, están tratando de anular porque argumentan que su cliente estaba bajo coacción. Si ganan, debilitarían, pero no destruirían, el caso de los federales contra Palacios, que enfrenta una posible cadena perpetua.

Se espera que la jueza auxiliar Jacqueline Becerra emita en breve una decisión preliminar sobre este asunto y sobre la posibilidad de desestimar uno de los cargos contra Palacios, de 44 años. Su recomendación será revisada entonces por el juez del Tribunal Federal de Distrito José Martínez, quien preside el caso del asesinato de Haití en Miami, que ha nombrado a 11 acusados —entre ellos varios haitianoamericanos y otros del sur de la Florida acusados de reclutar a los comandos colombianos— en el presunto complot para asesinar al líder de Haití.

De ellos, tres acusados, incluido uno de los líderes de los comandos colombianos, Alejandro Rivera García, alias “Coronel Mike”, se han declarado culpables de cargos de conspiración que conllevan hasta cadena perpetua. La sentencia de Rivera está prevista para el viernes. (Unos 20 ex soldados colombianos están bajo custodia en Haití en el marco de la investigación que se lleva a cabo en ese país. Otros tres murieron en un tiroteo tras el asesinato de Moïse; Palacios fue el único comando colombiano que consiguió huir de Haití antes de entregarse en Jamaica).

Durante la audiencia del martes, Méndez, el abogado defensor, pudo confirmar a través del interrogatorio de Valdés que a Palacios nunca se le leyeron sus derechos Miranda sobre la presencia de un abogado durante la primera entrevista el 7 de octubre. También confirmó a través de ella que el FBI pagó a Moreno, ex jefe de Palacios en las fuerzas militares colombianas, $15,000 por facilitar la reunión entre él y los agentes federales en Jamaica, aunque no pudo asistir como estaba previsto porque se quedó atrapado en Miami por las restricciones de viaje del COVID-19 de camino a la isla caribeña.

Méndez argumentó ante el tribunal que Palacios había sido presionado para que admitiera de antemano su conocimiento del plan de asesinato y que el objetivo de la reunión de los federales con él era “sacarlo” de Jamaica para que pudiera ser acusado en la investigación del FBI sobre el asesinato, que en aquel momento no había concluido. Méndez dijo que ya se había comprado un pasaje de avión para su traslado de Jamaica a Estados Unidos.

Valdés, la agente del FBI, no estuvo de acuerdo y dijo que el propósito era hablar con él sobre su presunto papel en el asesinato del presidente haitiano, afirmando que no tenía autoridad para arrestar a Palacios, que había entrado ilegalmente en Jamaica y estaba siendo detenido ahí.

En un escrito presentado ante el tribunal, los abogados de Palacios argumentaron que “los agentes fueron implacables en su búsqueda de esa confesión, y el Sr. Palacios negó repetidamente que tuviera conocimiento previo de un plan para asesinar al presidente. Sostuvo que nunca había aceptado llevar a cabo una misión de ese tipo. También insistió (y sigue manteniendo) que nunca disparó su arma en la casa del presidente.

“Sin embargo, después de cinco horas y media de interrogatorio ... El Sr. Palacios finalmente capituló y dijo que se le había comunicado el cambio de planes (de arresto a asesinato) la noche anterior a los hechos. Esta admisión crucial se produjo después de que el Sr. Palacios pidiera a los agentes que pusieran en pausa la grabadora para poder hablar en privado”.

Posteriormente, un equipo de agentes del FBI entrevistó a Palacios por segunda vez el 12 de octubre de 2021 en el mismo hotel de Kingston, pero esta vez le leyeron los derechos Miranda y firmó un formulario de renuncia por el que accedía a hablar con ellos sin la presencia de un abogado. Los abogados de Palacios siguen argumentando que su cliente no comprendía plenamente la legislación estadounidense ni sus derechos, aunque Palacios admitió los mismos hechos que en su primera entrevista.

El traslado de Palacios a Estados Unidos no fue inmediato; de hecho, ni siquiera fue trasladado desde Jamaica.

Palacios fue arrestado en enero de 2022 por agentes federales en Miami tras llegar de Panamá. Fue la primera persona presuntamente implicada en el asesinato del presidente haitiano en ser acusada formalmente de un delito, prestar apoyo en el complot mortal.

Palacios había estado bajo custodia en Jamaica, que en enero solicitó su deportación a Colombia, su país natal. Pero durante una escala en Panamá, aceptó viajar a Estados Unidos, según las autoridades federales.

Una denuncia penal redactada por el FBI acusaba a Palacios de conspiración para cometer asesinatos o secuestros fuera de Estados Unidos y de proporcionar apoyo material con resultado de muerte, a sabiendas de que dicho apoyo se usaría para llevar a cabo un complot para asesinar al presidente haitiano. La denuncia penal se había presentado bajo secreto en un tribunal federal el 24 de noviembre de 2021.

Desde su traslado, Palacios se ha declarado inocente de la acusación y ha permanecido recluido en el Centro de Detención Federal de Miami.

Un año después de su arresto, el Miami Herald informó que una fortuna en efectivo encontrada en la casa del presidente haitiano podría haber sido un factor de motivación para que los ex soldados colombianos participaran en el complot mortal.

Horas antes de que un grupo de ex soldados colombianos asaltara por la noche la residencia del presidente, recibieron nuevas órdenes. Su misión, según les dijo un jefe de escuadrón, había cambiado y ahora era doble: Encontrar y matar a Moïse, y encontrar y tomar bolsas de dinero en efectivo en su casa, según los detalles de la investigación colombiana sobre el asesinato.

La cantidad que supuestamente había en su interior oscilaba entre $45 millones y $53 millones, según las declaraciones que algunos de los sospechosos encarcelados en Haití compartieron con los investigadores colombianos y estadounidenses que investigan el descarado asesinato.

La importante cantidad de dinero supuestamente escondida en la casa del presidente sugiere que podría haber supuesto un incentivo adicional para ultimarlo, que se sospecha que los comandos colombianos llevaron a cabo mientras los guardias presidenciales haitianos se mantenían al margen.