Colombia baila con Guaidó y Maduro responde con censura y represión

El presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, saluda a la multitud junto a su esposa Fabiana Rosales en el concierto organizado por Richard Branson en Colombia el 22 de febrero de 2019 (Foto Marcelo Segura/Cortesía de la Presidencia de Chile via Reuters)
El presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, saluda a la multitud junto a su esposa Fabiana Rosales en el concierto organizado por Richard Branson en Colombia el 22 de febrero de 2019 (Foto Marcelo Segura/Cortesía de la Presidencia de Chile via Reuters)

Unas 300.000 personas bailaron y cantaron el viernes durante siete horas en el lado colombiano del Puente Binacional Tienditas, cerca de la ciudad de Cúcuta, en un concierto al que asistió hasta el propio presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, a pesar de que el Tribunal Supremo del régimen de Nicolás Maduro prohibió su salida del país.

Las imágenes mostraron a un ágil Guaidó, vestido de negro, mientras cruzaba la frontera trotando. “Estamos aquí. Claro que se puede”, dijo el político de 35 años con una amplia sonrisa en un abierto desafío a las fuerzas revolucionarias que desea vencer. Fue el último tramo de una travesía desde Caracas en la que se trasladó en varios vehículos y un helicóptero.

El espectáculo musical, organizado para recaudar 100 millones de dólares con el fin de financiar la ayuda humanitaria para Venezuela y que contó con la participación de una treintena de artistas internacionales, transcurrió como una enorme fiesta donde la multitud acompañaba con risas y lágrimas las letras de las canciones de sus artistas favoritos.

Un poco antes del final del evento, al caer la tarde, apareció Guaidó, esta vez vestido de blanco. Entre la muchedumbre lo esperaban los presidentes de Colombia, Chile y Paraguay ― Iván Duque, Sebastián Piñera y Mario Abdo Benítez ―, quienes lo recibieron con abrazos y palabras de aliento.

Luego los cuatro mandatarios se trasladaron a uno de los centros de acopio donde han sido almacenadas las primeras 600 toneladas de medicamentos y suplementos nutricionales para salvar a unos 300.000 niños, mujeres embarazadas, enfermos crónicos y adultos mayores que están en riesgo de muerte.

El presidente de Chile Sebastián Piñera (i), el presidente de Colombia Iván Duque (2i), el secretario general de la Organización de Estados Americanos Luis Almagro (c), el presidente de Paraguay Mario Abdo Benítez (2d) y el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó (d), que fue proclamado presidente interino del país, ofrecen una rueda de prensa este viernes el después del concierto por Venezuela en Cúcuta (Colombia) en un centro de acopio de ayuda humanitaria. (EFE/Ernesto Guzman)

Maduro ha rechazado de manera rotunda la ayuda enviada por Estados Unidos, Puerto Rico, Colombia y Chile; ordenó el cierre de las fronteras y aseguró que Venezuela “no es un país de mendigos”. Al mismo tiempo anunció que llegarán unas 300 toneladas de “asistencia humanitaria legal”, provenientes de Rusia a Maiquetía, el principal aeropuerto internacional del país.

Guaidó, quien asumió el mando del Poder Ejecutivo el 23 de enero luego de que la Asamblea Nacional declaró a Maduro como un usurpador de la presidencia, insinuó que las Fuerzas Armadas fieles a la revolución han comenzado a respaldarlo.

“Hay una pregunta que siempre se hace sobre Venezuela en este momento: las Fuerzas Armadas. ¿Cómo llegamos aquí hoy, a Colombia, cuando prohibieron el espacio aéreo, obstaculizaron las vías y dispararon a diputados que venían en la caravana? Estamos aquí porque las Fuerzas Armadas también participaron de este proceso”, aseguró el mandatario interino.

Represión y balas

Las imágenes de alegría y esperanza de Cúcuta contrastaron con el viernes de horror que vivieron los indígenas del sureño estado Bolívar, donde la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) repelió con gases lacrimógenos y balas los intentos civiles por vencer los bloqueos militares a la ayuda humanitaria.

La masacre ocurrió el viernes en la mañana en un puesto de control de la etnia pemón que impedía el paso de seis convoyes de la GNB que se dirigían a Santa Elena de Uairén, la localidad fronteriza con Brasil por donde entraría la ayuda humanitaria que ahora se encuentra en el centro de acopio del estado brasileño de Roraima.

Zoraida Rodríguez, de 46 años, murió de tres tiros de FAL en el pecho en San Francisco de Yuaraní cuando intentaba convencer a los guardias de no bloquear los medicamentos tan necesarios en el sur del país. Rodríguez no estaba armada. El portal digital El Pitazo informó que al momento de su muerte, la indígena amasaba maíz para preparar las empanadas que vendía frente a su casa.

En el tiroteo resultó herido Rolando García, de 51 años, quien murió horas después porque ni en el Hospital de Santa Elena de Uairén ni en los centros de salud de la zona había insumos médicos para tratarlo.

Las acciones de la GNB dejaron al descubierto la cruda realidad asistencial de los estados fronterizos. La comunidad pemón ha solicitado ayuda para tener acceso a insumos tan básicos como guantes, gasas estériles y alcohol para atender a los otros 15 heridos de bala.

Las víctimas más graves tuvieron que ser trasladadas hasta un hospital en Pacaraima, Brasil.

La teniente Grecia del Valle Roque Castillo, una de las guardias que fue retenida por el pueblo pemón después del tiroteo, hizo un llamado como mujer y madre a Maduro y al ministro de la Defensa Vladimir Padrino López para que frenara las acciones violentas contra los indígenas. También pidió perdón a la comunidad indígena por “las malas acciones” de sus compañeros.

Paradójicamente, Maduro publicó el jueves imágenes de manifestaciones populares de solidaridad a su gobierno en el estado Bolívar.

Censura y hackeo

Mientras la atención de los venezolanos se dividía entre el multitudinario concierto en Cúcuta, los llamados de auxilio de los pemones y muestras de disgusto de comunidades que rechazaban las jornadas sociales bolivarianas, el concierto organizado por Maduro no terminaba de comenzar.

Corresponsales de la prensa internacional calcularon que la asistencia al evento realizado en el lado venezolano del puente que divide el departamento colombiano del Norte de Santander del estado Táchira rondaba las mil personas.

Entonces comenzó a operar la censura.

El portal Runrunes informó que los usuarios de las cableras Intercable, NetUno y Directv sacaron del aire los canales NatGeo y Antena3 que retransmitían el concierto Live Aid Venezuela.

Una fuente cercana a las cableoperadoras dijo que funcionarios de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) cortaron la fibra óptica que permite la transmisión de los canales censurados, lo que limita aún más las posibilidades de los venezolanos que permanecen en su país a mantenerse informados.

Las redes sociales YouTube, Google y Bing sufrieron ataques informáticos al punto de permanecer bloqueadas dentro de Venezuela durante la duración del concierto.

Al menos 50 periodistas venezolanos que cubrían el concierto en Cúcuta y unos 10.000 voluntarios que acampaban en Colombia para colaborar con el traslado de la ayuda se quedaron de manera forzada fuera del país luego de que la vice presidenta de facto Delcy Rodríguez anunció el cierre definitivo de la frontera ya entrada la noche.

A la 1:30 de la madrugada del sábado, unos “colectivos”, como se le conoce a los paramilitares que apoyan la revolución bolivariana, asaltaron una caravana de diputados que se trasladaban hacia la frontera colombiana para recibir la ayuda humanitaria, dijo el Servicio de Información Pública.

La diputada Janet Fernández denunció que varios sujetos con armas largas asaltaron el autobús cuando se trasladaban por el Puente La Dorada, en el estado Táchira. Los paramilitares los golpearon, patearon, hicieron disparos al aire y robaron los equipos de un periodista que los acompañaba.

Ahora que la música cesó, la tensión aumenta en unas fronteras blindadas por las Fuerzas Armadas leales a Maduro. Mientras que millones de venezolanos, dentro y fuera del país, mantienen el aliento con la esperanza de que la ayuda logre atravesar la frontera.