Cocinas de cocaína y vuelos clandestinos, las amenazas en la frontera caliente con Bolivia

SALTA. Los grupos de élite de la policía local y los refuerzos de la Gendarmería Nacional ya se encuentran desplegados en los puntos más conflictivos de la frontera norte, donde esta provincia se conecta con Bolivia a través de dos puentes internacionales y decenas de pasos clandestinos en el monte. En esta zona, según información oficial a la que accedió LA NACION, los principales problemas provienen de las actividades de grupos de narcotraficantes que, con una estructura "empresarial", despliegan del lado boliviano a sus productores nómades de cocaína en rudimentarias cocinas y luego "bombardean" el noroeste argentino con cargas de droga que lanzan desde avionetas.

También envían "capsuleros" con la droga en el estómago, o "mulas" que llevan los paquetes adheridos a su cuerpo. A este escenario se suma el arribo masivo de ciudadanos bolivianos en busca de atención médica ante el colapso del sistema sanitario en el país vecino por la expansión de la pandemia del coronavirus.

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Los narcotraficantes, además, han puesto sus aceitadas cadenas logísticas a trabajar en el contrabando de mercaderías que escasean en el mercado legal y cuyos precios en la Argentina se dispararon por la emergencia sanitaria del Covid-19.

Ricardo Toranzos, titular del área de Delitos Complejos de la Fiscalía de Distrito de Salta -con jurisdicción en esta provincia y en Jujuy- analizó la situación en esta conflictiva zona y dijo a LA NACION: "Las organizaciones dedicadas al narcotráfico y a la trata de personas adoptaron un perfil empresarial. Se manejan con clanes familiares locales, con células alternativas, pero ya no encargan las distintas etapas del camino del crimen a sus propios familiares sino que contratan células regionales que no están vinculadas" con ellas.

"Hay organizaciones dedicadas a la producción de cocaína en las regiones bolivianas del Beni, de Santa Cruz [de la Sierra], de las yungas. Allí tienen sus cocinas. Luego contratan a alguien que traslade la droga hacia aeropuertos cercanos. Finalmente, pagan a otra célula que carga el avión, ingresa en territorio argentino y vuelve", dijo Toranzos.

En Delitos Complejos coinciden en señalar que el tránsito de cocaína genera el surgimiento residual de un mercado de microtráfico dominado por organizaciones pequeñas de fuerte arraigo territorial.

La complejidad de la ruta de la cocaína llevó a los investigadores judiciales de esta unidad a desarrollar métodos de estudio y análisis de la criminalidad para poder anticiparse a la comisión de los delitos, cruzando datos obtenidos en los allanamientos, escuchas e interrogatorios. De esta forma, explicaron, pueden analizar el fenómeno territorial de forma global y no a través de casos aislados detectados circunstancialmente en la ruta. Buscan, así, instruir a los agentes federales de la zona y convertirlos proactivamente en especialistas en el combate del tráfico de drogas.

Con respecto a los vuelos que sueltan cargas de droga, el fiscal Toranzos dijo: "Los aviones tienen las coordenadas para bombardear, pero también requieren de confirmación visual. Del lado argentino, los receptores encienden fuego en barriles de combustible para ratificar que la droga llegó a manos de los receptores. Ahí interviene una célula baqueana, que guarda la cocaína. Ya en territorio argentino aparece otra célula, pero de transportistas, que llevan la cocaína hacia los puertos".

Por plata y por "mercancía"

Datos oficiales confirman que, por recibir la cocaína, camuflarla y trasladarla hacia los puertos en camión, los clanes salteños y jujeños cobran aproximadamente 600.000 dólares en efectivo. También aceptan droga en forma de pago. Las cocinas de cocaína están del lado boliviano, cerca de la frontera, y también hacia el norte.

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Los productores se mueven de forma nómade, con campamentos, y su mayor temor en esta zona es el "mejicaneo" de la producción. Del lado boliviano, un kilo de cocaína cuesta 2000 dólares. Si los pilotos de las avionetas deben aterrizar, se les paga muchísimo más, pues el riesgo aumenta. En caso de que el envío viaje por tierra, los traficantes envían un señuelo con droga de mala calidad y ellos mismos dan aviso a las fuerzas de seguridad argentinas.

El fiscal Toranzos enfatizó: "Los narcos pretenden que las distintas células que producen, reciben y trasladan la droga no se conecten. Los bombardeos se realizan en montes indescifrables, en sitios donde no hay señal de celular, y la coordinación se lleva adelante con teléfonos satelitales. Nosotros buscamos estos sitios, estos nudos, y los esperamos allí. Pusimos puestos de investigaciones que pudiesen dar alerta de manera inmediata".

"Muchos pilotos jóvenes de Bolivia se dedican a 'bombardear'. Sacan los asientos, el copiloto va en cuclillas, y lanza la droga en los lugares marcados. Ellos no pueden volar mucho sobre territorio argentino porque no pueden reabastecerse de combustible. Cuando tienen que volar hacia Tucumán o hacia el norte de Santiago del Estero lanzan la droga en un sitio y aterrizan en otro punto para cargar combustible con calma, ya sin la droga en su poder", agregó.

En estos pasos fronterizos del noroeste, según datos del Ministerio Público Fiscal a los que accedió LA NACION, también se caracteriza como usual el tráfico de menores de edad con fines de explotación sexual. El constante tránsito de personas por pasos legales y clandestinos es utilizado por los criminales para camuflar sus actividades ilegales. "Cada frontera tiene su peculiaridad. Y en la nuestra no existen límites técnicos ni materiales, como un alambrado o una muralla", señaló el fiscal Toranzos.

"El orden es selvático, totalmente abierto. En las laderas del río hay barrios. Esto favorece el tránsito vecinal, el movimiento fluido que permite a las organizaciones la utilización de esa muchedumbre que camina de un lado a otro para disimular algunas actividades. Son fronteras con poca actividad laboral y hay personas vulnerables, que muchas veces, por ejemplo, ingieren cápsulas con droga".

En cuanto a las investigaciones judiciales en esta zona del límite internacional, el titular de la Fiscalía de Distrito de Salta, Eduardo Villalba, dijo a LA NACION: "Estratégicamente, en la lucha contra el delito es clave el cuidado de las peligrosas fronteras del norte. Tratamos de llegar al corazón de las bandas criminales con una persecución penal inteligente. Logramos en un año, solo con la Procuraduría de Narcocriminalidad del NOA, 22 condenas, con acuerdos de partes. Esto habla de la contundencia probatoria de las acusaciones".

Asedio

A la tensión habitual del narcotráfico se suman, en el contexto de la pandemia por el coronavirus, los recientes ataques de contrabandistas contra los retenes de la Gendarmería. En junio se registraron dos casos graves de personas que en su intento por entrar con mercadería ilegal agredieron a los agentes federales, que debieron disuadirlos con disparos de munición antitumulto.

Hace pocos días, según información a la que accedió LA NACION, se produjo una nueva emboscada y al menos diez transportistas de mercadería que estaban escondidos en una arboleda atacaron a una gendarme, que resultó severamente herida cuando intentó identificar a otro grupo de ciudadanos.

Pese a esto, tal como confirmaron a dos importantes jefes de la fuerza federal desplegados en la frontera, el ánimo de la tropa se mantiene alto. "Enfrentan con determinación la misión de estar en la primera línea contra el virus y contra los delincuentes", dijeron desde el escuadrón que tiene asiento en la localidad fronteriza de Salvador Mazza.

Respecto del despliegue conjunto de fuerzas en la zona, el Poder Ejecutivo de Salta informó oficialmente que envió a la frontera a los grupos especiales de la policía provincial, que trabajarán conjuntamente con los escuadrones de Gendarmería asentados en la frontera, adonde también llegaron refuerzos federales. Anteriormente, fuentes oficiales del gobierno de Jujuy también informaron a este diario que por el avance de la pandemia y el potencial riesgo que el tránsito fronterizo reviste en medio de la emergencia sanitaria también se desplegaron brigadas especializadas en narcotráfico de la fuerza de seguridad local.