¿Está usted en la ciudad para ver ganar al Miami Heat? Esta es una guía de nuestra bella (y húmeda) ciudad

Si es usted un seguidor de los Denver Nuggets que visita Miami para las finales de la NBA, es probablemente le preocupe una cosa y solo una: que Nikola Jokic llegue a los 50 puntos en cada uno de los dos próximos partidos, y que su equipo arrase al Miami Heat en el horno caliente, húmedo y trágico de la historia del basquetbol.

Deseamos, por supuesto, que ocurra exactamente lo contrario y, si nos encontramos con ustedes en el estadio en las próximas noches, quizá nos sintamos motivados a decirlo en términos menos agradables.

Pero eso no significa que no le ofrezcamos una guía para pasarla bien en Miami.

Escuche, sabemos que viene de una ciudad impresionante, donde el aire es fino y la hierba es legal. Tiene montañas majestuosas e incendios forestales. Nosotros tenemos lluvias torrenciales y una corrupción interminable. Ambos tenemos muy buenos equipos de baloncesto, pero probablemente usted ya lo sabía.

Si está aquí, probablemente ya tenga una agenda. Pero si no es así, aquí tiene algunas cosas que debe tener en cuenta al planificar su estancia en Miami.

En primer lugar, hablemos del tiempo

En Miami hay muchas probabilidades de que el tiempo no coopere en los planes nocturnos al aire libre, ya sea para ir a cenar o para ir y volver del partido. Los aficionados del Heat pueden contarle historias de terror sobre las secuelas de una reciente derrota de Boston, caminando millas hasta sus autos bajo vientos huracanados y lluvia torrencial, con el agua chapoteando hasta los tobillos mientras esquivaban monstruosos rayos y conductores distraídos en el downtown de la ciudad (ambos son igual de peligrosos).

Las tormentas repentinas azotan Miami con la ferocidad de un remate de Bam Adebayo, así que haga sus planes y espere lo mejor. Es todo lo que puede hacer. Y recuerde, si están cayendo rayos, intente dar los 30,000 pasos de ida y vuelta al Kaseya Center sin agarrarse a la barandilla metálica.

El Kaseya Center

Nadie en Miami sabe que este es el nombre correcto del estadio del downtown de la ciudad, así que si pregunta por él prepárese para recibir miradas vacías. La mayoría seguimos llamándolo Triple A. Seguimos pensando que el estadio de football se llama Joe Robbie, y estamos muy equivocados. También creemos firmemente que debería llamarse Udonis Haslem Arena, pero nadie nos escucha porque estamos arruinados por pagar abonos de temporada.

Además, “Kaseya” no hace referencia en modo alguno a la empresa de criptomonedas que fracasó y que dio nombre al estadio, pero al igual que el Fight Club y Bruno, ya no hablamos de ello (aunque quedan pruebas en los asientos dentro del estadio).

También tenemos que hablar de Bayside

Quizá vea el Bayside Marketplace al lado del Kaseya Center y piense que es un lugar al que los lugareños van a comer algo antes del partido.

Se equivoca.

Nosotros no vamos allí nunca, a menos que vivamos al norte de la línea de Miami-Dade y tengamos un miedo irracional a las malvadas y, ¿hemos mencionado, a menudo inundadas calles de Miami? Usted tampoco quiere ir allí, a menos que tenga antojo de una bebida helada demasiado cara y azucarada. Bayside es la definición misma de una trampa para turistas y los rumores de estacionamiento a $100 en las noches de partido no han sido exagerados.

Dónde comer en las noches de partido

Si quiere comer cerca del downtown, salga temprano y vaya a uno de nuestros lugares favoritos en la noche de los partidos: el funky Bunbury, un restaurante argentino con excelentes filetes y una carta de vinos cada vez mayor. O puede simplemente pedir un par de empanadas y darlo por bueno (recomendamos la empanada de pato si la tienen).

También puede probar el salón de comida Julia & Henry’s, que acaba de abrir en Flagler. Encontrará conceptos de chefs como Michelle Bernstein y José Mendín y casi cualquier cosa que pueda imaginar: hamburguesas, tacos, sushi, pasteles, comida cubana y comida china y comida mediterránea, y más, además de la barra de cerveza artesanal Boxelder y otros dos bares.

Si tiene tiempo suficiente, puede probar el mejor pollo a la parmesana del país en Crust (que también sirve pizzas estupendas). Pero tenga cuidado: Las raciones son enormes y no querrá dejar sobras, así que pida en consecuencia.

Dónde comer otras noches

Si vive en Colorado y le encanta comer, no será ajeno a los restaurantes con estrellas Michelin. Buenas noticias. Miami cuenta con 12 restaurantes con estrella Michelin y bastantes más señalados por la famosa guía internacional. El restaurante francés L’Atelier de Joel Robuchon tiene dos estrellas Michelin y merece una visita.

O puede probar la última incorporación a la guía, The Tambourine Room by Tristan Brandt en el Carillon Miami Wellness Beach Resort, que sirve cocina francesa moderna con toques asiáticos.

Dependiendo de la duración de su estancia, también puede probar Jaguar Sun y Rosie’s, las dos últimas incorporaciones a la lista Bib Gourmand de Michelin, lo que significa que sirven buena comida a precios asequibles.

También tenemos bares en las azoteas

Si no llueve, acérquese a uno de los muchos bares de azotea de Miami. No hay nada mejor que sentarse por encima de todo y contemplar la ciudad o la bahía. Pida el coctel que prefiera y piense cómo es posible que el Heat haya llegado tan lejos sin uno de sus jugadores titulares.

Las reglas para ir a la playa

En primer lugar, debe saber que ningún miamense que se precie pone el pie en South Beach a menos que se vea absolutamente obligado a ello (aunque es más probable que nos vean allí que en Bayside, aunque solo sea para comer en Macchialina).

Pero como usted es turista y de un estado sin playas, es perfectamente aceptable que se aventure a cruzar la calzada.

Así que tome el sol. Pasee. Báñese. Pero hágase un favor y manténgase alejado de las agresivas recepcionistas de Ocean Drive, que estarán encantadas de apuñalarle con un menú lleno de platos caros para llamar su atención.

Y, por favor, no se ponga en ridículo pidiendo una de esas falsas bebidas tropicales con dos Coronas. Queremos que su equipo pierda y que las pesadillas con Jimmy Butler consuman sus días de vigilia, pero no queremos que le persiga este recuerdo vulgar.