Cinco aspectos clave de la suba del dólar en Argentina

Vidriera de una casa de cambio en Buenos Aires. (EFE)
Vidriera de una casa de cambio en Buenos Aires. (EFE)

Daniela M. – Buenos Aires, Argentina

La semana pasada, la divisa norteamericana experimentó una escalada muy fuerte en Argentina: subió un 10% su precio en apenas 5 días y, si bien ahora se calmó y bajó unos centavos, su valor más cercano a los 18 pesos parece no tener vuelta atrás.

Actualmente el precio se estabilizó alrededor de los 17,93 pesos.

Sin embargo, esta fuerte escalada tuvo un impacto en el ecosistema no sólo económico sino político: ¿En qué puede llegar a repercutir? ¿Cómo puede influir en las elecciones? ¿Se traslada esto a los precios?

Hay cinco aspectos a tener en cuenta, y tienen que ver directamente con el modo en que el accionar del Gobierno de Mauricio Macri intervenga.

– Competitividad: “Proyectamos un dólar a 18 pesos” –

El propio ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio, lo dijo en una entrevista: el dólar que proyecta el Gobierno está cerca de los 18 pesos.

Esto tiene que ver con una idea que expresó, a su vez, Mauricio Macri cuando el dólar atravesó esta fuerte escalada. “No hay de qué preocuparse: el Banco Central tiene muchísimas reservas, muchísimas más de las que teníamos hace 18 meses cuando solamente teníamos reservas negativas. Hoy hay decenas de miles de millones, así que los argentinos no deben preocuparse por el dólar”, apuntó el Presidente en la radio Cadena 3 de Córdoba.

Lo cierto es que el Gobierno esperaba que fuera subiendo, pero la sorpresa fue la brusquedad: en una semana, el dólar subió fuertemente pasando la barrera de los $ 18.

Y la razón por la cual la gestión de Macri esperaba un incremento del precio de la divisa norteamericana tiene que ver con que esto mejora la competitividad de los productos nacionales.

El problema es que la idiosincrasia argentina es muy dólar dependiente, y estas situaciones generan que se salga a comprar más y, en consecuencia, esto suba más aún el precio de la divisa.

– Una devaluación más –

El principal problema, coinciden muchos economistas, es que esto impacta en una devaluación del peso. No es que una suba del 10 por ciento se traduzca en esa cantidad de incremento de los precios, pero los economistas privados estiman que pueden subir entre un 1 y un 2 por ciento.
El peso así se va depreciando y, si el Banco Central no toma medidas para contenerlo frente al dólar (a fines de la semana pasada sí intervino, pero luego de una fuerte suba), el tipo de cambio salta bruscamente. Esto tiene un reflejo, aunque el Gobierno lo niegue, en los precios: en las góndolas de los supermercados, en los servicios y en los productos a consumidores finales.

Muchos economistas coinciden en que el precio del dólar estaba atrasado. Pero ellos mismos acuerdan en que un salto de golpe puede ocasionar problemas en la economía.

– La inflación no baja –

En las mismas declaraciones de Mauricio Macri, el Presidente argentino aseguró que la prioridad del Gobierno no es el dólar, sino una más sensible: “Preocuparse por bajar la inflación, por trabajar en las empresas para bajar los costos y ofrecerles a los argentinos productos de calidad y más baratos para que nadie se tenga que ir a Chile a comprar las cosas más baratos”, aseguró.

“Y este es un camino que recién comienza, con muchas empresas que todavía no han hecho ningún avance significativo para bajar los costos. Esta es una tarea pendiente para todos”, enfatizó.

Sucede que, en rigor, si bien la inflación se mesetó este año, los especialistas estiman un índice para julio de 2%. Esto se debe, principalmente, a la suba de los combustibles que aprobó el Gobierno, y que se traslada a todos los productos y servicio por los costos del transporte.

Para peor, el piso esperado para agosto es de 1,5%. Nunca pudo conseguir hasta ahora, el Gobierno, una buena noticia en términos de precios.

– La tasa de interés del Banco Central –

La gestión de Federico Sturzenegger ha manejado una ortodoxia monetaria muy fuerte: ante las noticias de las subas del dólar, incrementó aún más la tasa de interés. Esto, según los especialistas, genera un enfriamiento de la economía.

El problema es que con una tasa de interés alta, la motivación está más puesta en que los inversionistas compren Lebac en vez de invertir en otra cosa que mueva el amperímetro de la economía.

Entre todos estos factores, este puede llegar a ser quizás el más sensible.

– Las elecciones –

Como siempre, el clima electoral. Y como si fuera poco: a los distintos vaivenes que atraviesa la economía se suma la manera en la que el Gobierno intenta regar aún más la polarización con Cristina Fernández de Kirchner, e instalar la idea de que si es electa, las inversiones nunca llegarán.

Pero lo cierto es que, y como son elecciones de medio término, ya van dos años del Gobierno de Macri. Y lo que empezó como una promesa del “segundo semestre” se terminó transformando en dos años.

A una semana y media de las PASO, el Gobierno maneja números preocupantes: las encuestas le dan que Cristina ganaría en la Provincia de Buenos Aires.

Todo esto plantea un escenario de incertidumbre política que, en este caso, tiene una traducción en un terreno de arenas movedizas para la economía.

Mientras tanto, el dólar, ya un poco más tranquilo, no da señales de retirarse de cifra que el Gobierno de Macri había proyectado en el presupuesto 2017: 18 pesos.

Relacionado: