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Científicos usan bacterias vivas para crear ropa deportiva que se enfría cuando el cuerpo suda

Las prendas de vestir incorporan cada vez más tecnología pero, ahora, se ha dado un paso singular con la utilización de bacterias para confeccionar ropa capaz de ofrecer prestaciones singulares.

Y no se trata, desde luego, de los microorganismos peligrosos e incluso letales que propagan epidemias, laceran a la población y colman los hospitales. Son, para seguir con el juego de palabras, bacterias mucho más hospitalarias.

Ejemplos de ropa deportiva creada con ‘biotelas’ en donde bacterias vivas detectan cambios en la humedad (el sudor) y abren o cierran aperturas de ventilación para mantener fresco al atleta. (MIT)
Ejemplos de ropa deportiva creada con ‘biotelas’ en donde bacterias vivas detectan cambios en la humedad (el sudor) y abren o cierran aperturas de ventilación para mantener fresco al atleta. (MIT)

Investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) diseñaron una muy activa prenda de uso deportivo: una camisa que posee aperturas, de tamaño similar a una uña o a un pulgar, que se abren y se cierran para permitir la ventilación del cuerpo del atleta cuando suda al realizar ejercicio. El singular detalle es que el abrir y cerrar es realizado por células bacterianas que se encogen o expanden en función de los cambios de la humedad, en este caso la sudoración, de su entorno, el torso del atleta.

A primera impresión puede sonar inquietante que la ropa que una persona viste esté cargada de bacterias vivas (algo que, si se tratase de microorganismos nocivos resultaría peligroso), pero en realidad el cuerpo humano está cubierto, por dentro y por fuera, por miríadas de bacterias. Muchas de ellas inocuas, algunas potencialmente dañinas y muchas benéficas e incluso muy necesarias para preservar la salud y el buen funcionamiento del cuerpo humano (la flora intestinal es un ejemplo).

Por ello, el diseño de ropa o zapatos con ventilación ‘propulsada’ por células bacterianas vivas –bautizado como proyecto ‘bioLogic’– sería una prolongación innovadora de las relaciones benéficas entre humanos y bacterias, además de tratarse de una singular colaboración entre científicos y artistas de numerosas disciplinas (ingeniería química, ingeniería mecánica, ingeniería biológica, arquitectura, diseño de moda e investigación atlética).

Una explicación gráfica del accionar de las bacterias en la ‘biotela’ de bioLogic: a la izquierda bacterias en su estado inicial, a la derecha bacterias que se expanden y brillan al detectar mayor humedad. (MIT)
Una explicación gráfica del accionar de las bacterias en la ‘biotela’ de bioLogic: a la izquierda bacterias en su estado inicial, a la derecha bacterias que se expanden y brillan al detectar mayor humedad. (MIT)

El resultado, según los investigadores, es más que simple ropa: es un entorno complejo en el que componentes y sensores biológicos detectan y modifican su entorno, en este caso controlan la ventilación y humedad del cuerpo del atleta al abrir y cerrar las aperturas mediante la acción viva de bacterias que se expanden y contraen como una suerte de ‘segunda piel’.

La ventilación del atleta, así, no responde a patrones externos o a las capacidades o limitaciones de una tela estática, sino que esta ‘biotela’ reacciona dinámica y específicamente a las peculiaridades de la sudoración de la persona.

El proyecto bioLogic, dicen sus impulsores, es una aproximación armoniosa entre la ingeniería y la biología y un primer paso interesante en el ámbito de las ‘biotelas’, en este caso bacterias no patógenas B. subtilis y E. coli (que reaccionan ante la humedad) impresas en 3D sobre una superficie de latex natural.

Previamente, esas bacterias fueron modificadas para que emitieran luz fluorescente al expandirse, lo que añade un componente visual a la idea de este biotraje.

El uso de E. coli fue solo para el prototipo y, para las prendas a ser comercializadas se usarán otras especies bacterianas plenamente inocuas.

Por si fuera poco, un zapato deportivo con similares aperturas y habitantes microbianos fue diseñado por los mismos investigadores del MIT. Ambos diseños fueron publicados por sus autores en la revista Science Advances.

Las posibilidades en el ámbito de las ‘biotelas’ son enormes y no solamente en el campo de la ventilación. Basta con imaginar que, al usar bacterias como sensores y vectores de acción o movimiento, prendas de vestir y otros accesorios pueden convertirse en elementos dinámicos vivos que presten servicios (incluso de tipo terapéutico) a quienes los visten, en una suerte de ‘segunda piel’ que protege, ayuda y hasta hacer lucir bien.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro